Los extremos nunca son buenos.
Yo por ejemplo, soy bastante discreto, y nadie diría que soy un friki si me ve por la calle, pero conozco a muchas chicas que van por la calle imitando a personajes, haciendo el gato o gritando palabras en japonés.
No sé si es por llamar la atención o porque les divierte, pero a veces las he visto y he pensado que más que frikis parecían niñitas tontas, porque se comportaban como tales.
Pero bueno, son libres de hacerlo ya que no molestan a nadie, pero a mí me da palo hacer esas cosas.
En los salones es un poco diferente: ves a tanta gente que comparte tu aficción, que se te puede ir la olla. No sé, yo cuando estoy en un Salón me siento cómodo entre lo que me gusta, y ahí sí puedo hacer tonterías con cualquier amigo o con mi novia (si es con ella, las hago yo solo, la verdad
), porque me río muchísimo y lo paso genial.
Todo tiene su momento, yo pienso que si al ir a un Salón siguiese siendo serio, no lo disfrutaría como lo disfruto, y si por la calle fuese haciendo tonterías, pues quedaría fatal.