Lo dicho, cada carrera un ganador diferente, una historia diferente, un lider del mundial diferente... ¿quién no quería algo así? Que los últimos años parecía un partido de beisbol. Veías la salida, las 3 primeras vueltas, te ibas, lavabas al perro, salías a dar una vuelta en bici, comprabas el periódico, lo leías, preparabas la comida, ponías la mesa, volvías, veías la última vuelta y todo seguía igual que cuando te fuiste hora y media antes.
Bien por la emoción de la F1. Por fin.