"Les escribo estas líneas a cada una de ustedes que están en los cuatro monasterios de Buenos Aires. El pueblo argentino deberá afrontar, en las próximas semanas, una situación cuyo resultado puede herir gravemente a la familia. Se trata del proyecto de ley sobre matrimonio de personas del mismo sexo", comienza la carta del cardenal Jorge Bergoglio a las religiosas carmelitas de Buenos Aires.
Luego, Bergoglio advierte que "no se trata de una simple cuestión política sino de la pretensión de destruir el plan de Dios", atribuida a "una “movida” del Padre de la Mentira", uno de los tantos homónimos que la Iglesia le atribuye a Satanás.
Además sostiene que "está en juego la identidad, y la supervivencia de la familia: papá, mamá e hijos. Está en juego la vida de tantos niños que serán discriminados de antemano privándolos de la maduración humana que Dios quiso se diera con un padre y una madre. Está en juego un rechazo frontal a la ley de Dios, grabada además en nuestros corazones".
Para finalizar, apela a la conciencia de los legisladores que intervendrán en la votación: "Pidan por ellos, por sus familias; que el Señor los visite, los fortalezca y consuele. Pidan para que ellos hagan un gran bien a la Patria", antes de acudir a una cita bíblica para convocar a los fieles. "Recordémosle lo que Dios mismo dijo a su pueblo en un momento de mucha angustia: “esta guerra no es vuestra sino de Dios”. Que ellos nos socorran, defiendan y acompañen en esta guerra de Dios", concluye la misiva.
El martes pasado, la comisión de Legislación General del Senado aprobó un proyecto de unión civil para parejas del mismo sexo y dejó en segundo plano el de matrimonio homosexual que impulsa el oficialismo y organizaciones civiles.
Nueve de los quince integrantes de la comisión rechazaron el texto del proyecto aprobado por diputados, y votaron a favor de la "unión civil" que no contempla el derecho de una pareja homosexual a adoptar.
El controvertido tema será debatido en el pleno del Senado el 14 de julio, cuando se votará primero el proyecto de unión civil y, de ser aprobado, deberá volver a la Cámara de Diputados.
De lo contrario se tratará el proyecto de matrimonio gay que ya cuenta con la media sanción de la Cámara Baja. Si recibe el apoyo de la mayoría se convertirá en ley.