Hoy he salido con los amigos. Vaya mierda. Dando vueltas por Gijón buscando algún garito donde beber ([lapota]), luego hemos acabado en un pedazo de antro, he bebido casi por obligación, calimotxo y vodka con limón. Nunca mais, ya recuerdo por qué no me gustan esos ambientes: la bebida sabe a basura (vino de brik y cola genérica ambos de marca "1", más cutre que la "Auchan" si cabe). Encima uno de los del grupo se trajo a su novia, que apenas hablaba y cuando lo hacía era mejor que se callara. Por supuesto, ellos a su bola, pasando del resto. No hubo chicas, solo en las otras mesas. Empecé con el ánimo por las nubes, y cuando llegó la hora de irse cada uno para su casa porque la cosa francamente no iba como se deseaba, me dí cuenta de que posíblemente me hubiera compensado más haberme quedado enfrente de mi PC, como siempre.
Para colmo dimos un rodeo por toda la zona de la playa buscando un bar que presuntamente conocía el que se trajo a la novia y que no encontramos. Irónicamente durante esa ruta nos encontramos con 3 prostíbulos y 4 o 5 sex-shops. Y yo con la procesión por dentro aguantando con la sonrísa en la boca y haciendo coñas (me duele la cara de reir, unas veces sincéramente, otras por compromiso).
Lo único bueno:
· Nos reímos bastante entre dos de los colegas y yo, pero para eso no hacía falta que nos fueramos a ninguna guarida de orcos a tragar brebajes que más valía no saborear.
· Descubrí que en el Burger King del centro de Gijón trabaja la cosa más bonita que he visto nunca, un ángel caminando entre humanas, de cabello dorado, ojos risueños y labios de fresa, ni alta ni baja, esbelta y bien proporcionada. Lástima que se fijara más en mis colegas que para mí, y eso que me sonrió un par de veces, quizás porque ya le había hablado antes, pura cortesía. Ni siquiera supe su nombre. Estube a punto de decirle que si se venía con nosotros cuando terminara el turno, pero no hubo huevos, el miedo al ridículo acechaba tras la esquina esperando a que yo la cagara. Volveré a esa hamburguesería el próximo fin de semana, e intentaré saber más de ella.
Resumiendo: There is no place like 127.0.0.1. Seguiré intentándolo, pero no me veo en ese rollo. Eso sí, Gijón petado de mujeres como siempre -nunca me había fijado, debe haber el doble que hombres- y yo aquí lamentándome y buscando consuelo en mi mano derecha.
¿Alguien sabe cómo mejorar el tema la próxima vez o dejo lo de salir para quién guste de beber y oír como los demás SÍ MOJAN y tú no?