Me parece que aquí la raíz del problema es de sentido común. Una hostia dada a lo Darwin -vamos, por hacer una gilipollez- o accidental, puede tener gracia ya que su causa o bien es aleatoria o bien 'autoprovocada'. Pero que alguien ponga mantequilla para que te pegues un guarrazo en el baño, sabiendo que duele un huevo y que hay riesgos de hacerse una lesión considerabl me parece una gilipollez bíblica -he exagerado un poco-.
Y sino lo simplifico: es una broma fuera de lugar. Si os la hicieran a cualquiera de vosotros os cabrearíais por mucho que dijerais jota.