Reflexión que he puesto esta noche en facebook tras otra salida nocturna.
Dada mi naturaleza observadora, esto es lo que veo que ocurre los sábados por la noche al salir desde hace ya un tiempo importante.
El hombre tiene que hacer todo: Buscar la mirada, iniciar la conversación, hacerla reir, hacer que la chica baile un poco, seguir dándole conversación, seguir cayéndole bien. Pasadas dos horas, solo si ha pasado su elevadísimo filtro, cae un beso. Olvídate de follar esa noche, hay más posibilidades de que te acabe saliendo un Kamehameha, salvo, si claro está, ella va borracha o contenta.
Es decir, todo un proceso largo y tedioso donde la mujer tiene el absoluto poder de decidir y donde no tiene que hacer absolutamente nada, solo esperar que vengan. Y se les nota a leguas que esperan, porque te van observando por si se te ocurre ir, y si no vas, miran aleatoriamente: Alguno vendrá.
Su único requisito de éxito es: 1. No ir en un grupo de amig@s donde mayoritariamente sean tíos (se ve y eso les espanta) y 2. Estar medianamente normal.
Y yo, lo siento, a mis 28 años, no pienso pasar por el aro. Antes prefiero estar soltero y matarme a pajas que estar jugando a estas cosas.
Lo siento, mujeres, pero si vosotras queréis algo, también deberíais moveros.