Suele haber dos maneras de afrontar el ocaso de una gran generación: apostar por una renovación sin demasiadas pretensiones de cara al futuro inmediato o jugártela con la vieja guardia hasta el final, primando el pasado y la hoja de servicios en lugar de las capacidades actuales.
Del Nabo fue perfectamente consciente de la situación desde la Confederaciones y optó por la segunda opción, es lo que hay. A mí sinceramente me la pela la selección, con ver algún partido entretenido y que los jugadores de mi equipo no vuelvan cojos me doy por satisfecho.