Serkenobi escribió:Muy digno el Mirandés, que ha jugado mucho mejor que la Real y cuyo planteamiento estratégico ha sido mejor: cuando ha sido necesario, ha presionado, cuando ha sido necesario, ha conducido por las bandas, cuando ha sido necesario, ha cambiado el ritmo y conducción de la pelota, cuando ha sido necesario, ha optado por balones largos y cuando ha sido necesario, ha contraatacado. Ha demostrado adaptarse en función a las circunstancias.
Por su parte la Real muy plana, que de no ser por el penalti y al contra final, no se hubiera acercado prácticamente en toda la primera parte. Con muy poco van por delante en el marcador (y con un penalti bastante discutible a mi parecer).
El Mirandés merece de momento algo más de lo que ha obtenido, han dado una auténtica lección de fútbol a un primera.
La segunda parte comenzó de manera bastante intensa y disputada, donde empezó avisando el Mirandés para poco después tener que salvar Limones un mano a mano donde los aficionados realistas ya cantaban el 3-1. Durante el primer cuarto de hora, una Real movida por el orgullo y por jugar en casa, mostró más ímpetu e iniciativa que en la primera parte, consiguiendo aplacar al Mirandés. Sin embargo los de Miranda retomarían la iniciativa pasados los 60 minutos y a base de coraje y buen juego, pusieron en aprietos a la Real, creando varias ocasiones de peligro donde tuvo que intervenir el guardameta rival. En los últimos minutos del encuentro se pudo pasar del 2-2 al 3-1. Primero con una contra del Mirandés donde Merquelanz (sino me falla la memoria), llegó a estar dentro del área a punto de disparar, pero perdió el esférico ante un último recorte innecesario. Luego en el últimos instantes la Real gozó de una falta donde Limones tendría que intervenir a un cabezazo accidental de un compañero suyo, que cerca estuvo de ser el tercero para los de Euskadi.
El partido finalizó con un bonito duelo de fútbol, donde hubo emoción e intensidad hasta el final. El Mirandés jugó sin ningún tipo de complejos y puso en apuros a una Real que llegó a verse desquiciada y desesperada en el terreno de juego, incapaz de poder llegar con claridad al área del Mirandés, mientras que los del Ebro generaban bastante peligro, gracias a una inteligente presión (vital Malsa en dicha función), a dos estelares Matheus y Merquelanz y sobre todo, a la capacidad de sorprender al contrario. Y es que si algo no fue el Mirandés, fue previsible. No se dedicaba solamente a esperar el contraataque, o jugar balones largos, no, en función a la situación, optaba por una vía u otra, se adaptaba, lo que dificultó las labores defensivas de la Real al no saber a que atenerse.
De esta manera la vuelta queda abierta, con el factor campo a favor del Mirandés, terreno donde se han mostrado fuertes en copa. Están todas las espadas en lo alto.