Paso para decir que en mi segunda partida, tras dejar la primera hace un año, me he pasado ya varias zonas del juego, y esta tarde acabo de pelearme con tres insectos reales, cuyo combate, desafío, danza y contoneo, al son del órgano barroco, han dado paso a reverencias ante un gran guerrero.
Al grito de "Toma jeroma" me he adentrado en unas oscuras grutas de larvas, lombrices y escolopendras. Muy agradable esta zona.
Me está gustando mucho el juego. La otra vez no llegué a jugar contra esos jefes y me bloqueé en uno en la ciudad de lágrimas que soltaba almas y era muy difícil. Ahora se va a enterar cuando vuelva por ahí.
Salud.