¿Quien no tiene un amigo fan de Muse? Es duro reconocerlo, pero seguro que a pesar de ello, lo quereis igual e incluso lo apoyais compasivamente cuando suena su grupo favorito y empieza a riffear con su air guitar, super macho él… Porque, Muse es uno de esos grupos para pitopáusicos prematuros -y/o post-rojillos aburguesados- que intentan exteriorizar, gracias a la potencia guitarrera y al vanaglorioso empaque de sus letras pseudoincendiarias, una virilidad juventud que sus entradas capilares y oneroso vientre vienen a contradecir. En fín, que alegría se habrá llevado este colega vuestro cuando haya sabido que su grupo favorito no sólo ha sacado nuevo trabajo sino que encima lo está petando en cuestión de ventas. El título de tan magna obra The Resistance, y el nuevo single-video “Uprising“… qué revolucionario todo.
(VIDEO DE UPRISING)
Como veis, el video es de inspiración claramente fallero-fogueril, aunque a pesar de eso también recuerda a otros muchos, incluso de ellos mismos, y donde hay que reprimirse las ganas de usar las tenazas con la lengua de Mathew Bellamy -cada vez más bollito- en los pocos favorecedores primeros planos que le gastan.
Y para este nuevo trabajo, más “contestatarios” que nunca (o tan vacuos como siempre) nos vienen a proponer de nuevo una revolución de estómagos llenos a tenor de estribillos tan manidos como.
They will not force us,
They will stop degrading us,
They will not control us,
We will be victorious
Por supuesto, para inspirarse en la grabación de un album tan iconoclasta e incendiario, se fueron a una villa del Lago de Garda, en Italia entorno proletario donde los haya que da buena fe de la autenticidad de su mensaje. Y las letras, como siempre, además de rancias y repetidas, pues en su estilo, con las vocales hipertrofiadas hasta el paroxismo, que hace que cuatro versos minúsculos ocupen media canción. Imaaaaaaagiiiiinaaaaaaaaaaoooooos queeeeee toooodooooo hablaaaaaaaaaaaaaaaaraaaaamoooo asiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii… Vamos, que me viene a recordar aquella grandísima parodia de Barbara Cartland Dame Sally Markham en Little Britain.
Igual de rellenas que las novelas de Sally Markham están los discos de Muse, pero en este caso de supuestos ejercicios sinfónicos tan superados como poco creibles. The Resistance no es una excepción, más bien al contrario. Los fans de Muse estarán felices cual gallináceas silvestres al comprobar que una vez mas, su grupo del alma no les ha traicionado… Qué pereza, oigan, qué pereza…
Pero es The Resistance tan malo? Pues no todo es malo, como siempre hay canciones muy buenas, con melodías excelentes, porque Mathew Bellamy y compañía son buenos cuando no se alejan del pop y no se empeñan en meterse en cenagosos terrenos donde sólo destaca su pericia técnica y su pretenciosidad. El single “Uprising” pues no está mal, es marchosete aunque ese “so come on”, en forma de maullidodegatoaplastado-guitarrero, me enerva bastante. “The Resistance” es decentilla y con unos coros ultra-Queen, cuando mencionar a Queen es un halago, porque tal cita puede convertirse en todo lo contrario.” Undisclosed Desires” parece que la vaya a cantar Beyoncé, hasta que arranca el Bellamy, luego mejora y es hasta bonita, os lo juro (poniendo la mano sobre el OK Computer). El resto, simple ganga autocomplaciente de qué buenos músicos somos y cuanto nos lo creemos y que bien nos va siendo así, para qué vamos a cambiar…
El caso es que en sus comienzos caían hasta bien: surgidos a la estela de Radiohead y Placebo y combinando para sus singles-gancho lo mejor de ambos (o de Queen y Depeche Mode, si no queremos ver que imitan referentes tan próximos) consiguiendo que su propuesta de pop-rock dramático, exaltado, algo oscuro y muy amariconado barroco de temazos como “Bliss” o “New Born” sonara fresca y épica. Sin embargo nadie auguraba que este grupo clónico a tantos acabaría convirtiéndose en un nombre capital en esta década y que llegaría al quinto trabajo publicado, en clamor de multitudes. Algo tendrán, indudablemente, pero se lo deben a sus buenos singles y al inteligente marketing de su discográfica, porque desde Origin of Symmetry han seguido autocalcando su fórmula sin intentar superar esa cargante tendencia al sinfonismo pretencioso, desfasado y setentero.
Pero lo peor ya no es eso, sino cuando ves que empiezan a calar tan hondo en gente que igual les gustan Muse que el El Canto del Loco o la programación de Kiss FM, momento de colocar al grupo en cuarentena e incluso de cuestionar tu propio criterio… -¿me estaré volviendo mainstream? -te preguntas- ¡JAMÁS!
En fín, que a vuestro amigo fan de Muse, dadle un buen calvote y luego un besito, pobrecín, hay que quererle, bastante ya tiene…
http://trastornotripolar.wordpress.com/ ... n-de-muse/No os encanta la review? xDDD