Los que piensen que todo se resuelve con los gobiernos legislando, prohibiendo, sancionando, inventando multas, fijando topes, porcentajes, máximos, tramos, cantidades, permisos... y en definitiva regulando de arriba-abajo cualquier actividad, negocio, sector, iniciativa..., están bastante perdidos.
Generalmente todo sector que funciona medio bien (es decir, todo sector donde los políticos aún no han podido meter mano para "arreglarlo", o al menos no demasiado aún...) disfruta del hecho de que, en ausencia de regulación, el libre mercado tiende a filtrar y laminar los malos comportamientos, los malos productos, los malos servicios..., ajustándose con el tiempo y donde los buenos productos triunfan y los malos fracasan. Un mercado o sector, en la medida en que sea más libre y esté menos intervenido por políticos y su BOE, tiende a funcionar mejor. Pero resulta que ese mismo sector o mercado acaba funcionando fatal y desastrosamente, casi invariablemente, cuando llega el BOE a "solucionarlo" a base de prohibiciones y legislaciones arbitrarias y cambiantes.
RARE y MS, así como los usuarios que disfrutan con Sea of Thieves, son los primeros interesados en que el juego sea satisfactorio, y ello incluye que no hayan tramposos arruinando la experiencia de otros usuarios. Y a tal fin, Rare y MS, como propietarios del juego, como aquellos que se han gastado la pasta en la inversión necesaria para crearlo, introducirán, si quieren, las medidas que estimen más oportunas y necesarias en cada momento. Lo importante es que los intereses de Rare y MS están alineados (coinciden de forma natural) con los intereses de los usuarios, que quieren la mejor experiencia en el juego que han comprado y por supuesto no sufrir tramposos. Esa es la clave: MS y Rare sólo ganarán dinero de los usuarios (ganar dinero y obtener rentabilidad de sus inversiones es el interés último de las empresas) si consiguen entregarles un producto o servicio que tales usuarios consideren satisfactorio, bueno, innovador, mejor que la competencia, de calidad, etc. Ahí está la alineación de intereses.
Pero dejar esas decisiones (cómo reducir los efectos negativos de los tramposos) en manos de un burócrata, de un funcionario, de un comité de expertos, de un lobby cualquiera influenciando en quienes redactarán el BOE con sus prohibiciones y castigos..., es simplemente ser muy ingenuo. Eso no soluciona nada y sí genera infinidad de problemas y de disfunciones adicionales. Porque no hay alineación alguna de intereses.
Por ej., los intereses del funcionario y del burócrata, o del lobby, nunca están alineados con los del usuario del juego ni con los de MS y Rare: el funcionario quiere trabajar lo menos posible y cobrar el máximo, y que su plaza sea de por vida. Por ejemplo, le interesa mucho tener nuevos y mayores "derechos" cada vez. A poco que la economía mejore algo, empezarán a reivindicar: más días de asuntos propios al año, reducción de jornada con aumento de sueldo, incluir nuevas enfermedades que den derecho a baja sin merma de sueldo, salir corriendo cuando llegan las 15:00h, ir a desayunar con unos y con otros, tener una mejor pantalla en el PC, etc., etc. No le interesa la eficiencia de su trabajo, porque el presupuesto público le cae del cielo haga lo que haga ((y si trabaja poco y mal, siempre su superior jerárquico, su político de turno, dirá que le faltan medios, que su unidad necesita más personal, más equipos, más presupuesto público en definitiva!!. Miel sobre hojuelas, vaya!!)). Si ven sus derechos amenazados, montarán campañas mediáticas hablando de "recortes", tratando de vender a la opinión pública que la reducción de medios en sus unidades o departamentos son "recortes" que perjudican a la sociedad y al servicio que recibe, cuando en realidad a los único que perjudica es a ellos, pero ellos intentarán colarlo como recortes dañinos para todos. Los recortes penalizan a todos, dicen, pero los incrementos (lo contrario de los recortes, digamos) resulta que son solo para ellos: más salario, más días, más vacaciones, más permisos y licencias...
Por otro lado, el interés del político en nada está alienado con el usuario del SoT o de cualquier otro juego: básicamente el interés de cualquier político es comprar votos con el dinero del contribuyente: si calcula que con cierta ley se granjeará el favor de unos cuantos, aunque eso suponga gastar dinero público (en forma de funcionarios, policías, medios y demás que luchen contra los tales chetos...), pues lo hará alegremente.
El lobby, aquel que está cerca de quienes redactan el BOE, lo que quiere es una legislación que le favorezca a él y a los representados en su colectivo, y que penalice a otro colectivo que tenga otros intereses. Por ejemplo, puede existir una desarrolladora que haga juegos 1 player y que quiera boicotear por tanto a la competencia, a los juegos online, y decida que nada mejor que meter al BOE y al Gobierno a legislar estupideces en relación a los juegos online, por ser eso garantía de cargárselos.
Además, toda ley prohibicionista, automáticamente conlleva efectos: si prohíben X, la gente hará X-Z para no incurrir en X pero sí en algo parecido que no esté prohibido explícitamente. Y así sucesivamente, generando miles de páginas de BOE y de sentencias contradictorias que acaban por sepultar cualquier libre iniciativa. ¿Acaso no puede una desarrolladora ser especialmente innovadora y eficaz en su forma de luchar contra las trampas en su juego...? En la medida en que no hayan 800 páginas de BOE regulando el tema de los chetos, las desarrolladoras pensarán cómo ser innovadoras y eficaces contra tal práctica. Pero desde que hayan 800 páginas de BOE regulando la cuestión, es imposible inventar nada: todo está tasado, cuadriculado, previsto, redactado, configurado, encorsetado..., un asco vaya.
Quienes aún crean que los políticos y el BOE sirve para algo, en fin, andan perdidos.
El mundo creció y se desarrolló en base a la libertad económica, que potencia la competencia, la innovación, la búsqueda del éxito, la mejora continua, no dormirse en los laureles porque otros aspiran a tu pastel, todo ello en beneficio del consumidor de cada mercado. Tras el desarrollo económico propiciado por la libertad, vinieron, luego, los políticos y su BOE a regularlo todo..., a enlentecer en definitiva el crecimiento y desarrollo que el mundo venía experimentando. Por supuesto, en una economía libre hay quien gana..., pero también hay quien pierde (lo decide el mercado en cada momento: por ejemplo, en su momento triunfó el pequeño comercio. Luego las grandes cadenas de distribución. Con el tiempo puede que triunfe el comercio online. En su momento triunfó el herrero y el veterinario de caballos, así como el que preparaba comida de caballos, pero luego surgió el motor a vapor y lo que se necesitan eran mecánicos, ingenieros y mineros de carbón...). Pero en un punto, los que perdían en cada etapa decidieron que no querían aceptarlo, y que un gobierno con un BOE potente les sacaría las castañas del fuego, prohibiendo, legislando, rescatando, protegiéndoles de la competencia, inventando barreras de entrada, legislando a favor suyo y en contra de la novedad amenazante, etc. Y en estas estamos, con miles de páginas de BOE cada año de las cuales sobran la mayoría.
El que aprecie este hobby, sólo debe pedir un par de cosas: y una de ellas, y muy clara, es que los políticos, cuanto más lejos, mejor. Sus subvenciones, sus legislaciones, sus ayuditas, sus miles de páginas de BOE, sus "derechos del jugador de juegos online", sus "sanciones a los chetos" y demás estupideces, que se las ahorren, porque sus efectos nocivos son siempre muy superiores al supuesto bien que pretenden hacer, además de costarnos un ojo de la cara a base de impuestos...
No hemos pasado de la Conmodore a la Xbox One X gracias a gobiernos legislando sobre lo que deben ser las consolas de videojuegos o sus prestaciones. No hemos pasado de servicios nulos a la infinidad de ellos que ofrece hoy una consola puntera, con cosas como el XboxGamePass, el XboxPlayAnywhere o la retrocompatibilidad, gracias a cientos de páginas del BOE hablando sobre "derechos" del jugador de videojuegos. No hemos pasado de juegos de 8 bits de sprites simplones, a la impresionante tecnología de cualquier AAA reciente, caso por ejemplo del último Far Cry 5, gracias a subvenciones a la industria del videojuego. No hemos pasado de jugar en soledad o jugar en onlines de docenas y docenas de jugadores de éxito masivo, caso del Fornite, ni al auge de los eSports, gracias a todo tipo de leyes protegiendo a los jugadores online de chetos varios.
No nos han hecho falta para nada ni el gobierno, ni los políticos ni su BOE en el largo viaje que ha recorrido este sector, en crecimiento continuado. Por favor, que no venga ningún gobierno ahora a "arreglarnos" nada... Cuanto más lejos, mejor!!