Más allá de que la película sea peor o mejor (las sensaciones no son demasiado buenas, eso sí), el gran e inexplicable problema aquí es que Disney, y Kathleen Kennedy en particular, haya sido incapaz de armar un plan a largo plazo para esta trilogía. Es evidente que no ha habido una hoja de ruta y ni siquiera unas líneas maestras para la trama a seguir. Es una trilogía de bandazos en guión, tono, uso de personajes y un largo etcétera.
El trabajo de una directora creativa como Kennedy (así como de los, seguro, decenas de empleados que tendrá a su cargo) es asegurarse que, al menos, nos llega una saga cohesiva en sí misma y, quizá ya fuera pedir mucho, con lo que hemos visto hasta ahora. Y aquí no hablamos de pequeños errores de continuidad o algo parecido, si no de pasarse por el forro lo visto en la historia de la saga y en una película que salió hace dos años (igual que TLJ decidía que las semillas plantadas en TFA no le interesaban y las desechaba todas...). Es absolutamente lamentable y demuestra una mala praxis exagerada.
Y con eso y con el gran fracaso de Solo (además de los problemas con los directores de aquella), creo que son motivos suficientes para que en Disney se replanteen muchas cosas pero, visto lo visto, eso no va a pasar. No puede ser que la principal responsable de la marca dentro de Disney conserve su trabajo después de los despropósitos de los últimos años. No me cabe en la cabeza que por un lado tengamos a Kevin Feige coordinando una saga de 20 películas, con personajes, tiempos y localizaciones diferentes y que todo termine encajando y que, aquí, sean tan ineptos como para no seguir ningún plan en una saga de TRES películas. ¿Para qué? Solo están trabajando en la saga más conocida de la historia del entretenimiento...