Al'Lan escribió:Eri escribió:Calla, perro número 3! xD
Un vídeo bastante viejo y famosillo, ya lo había visto hace tiempo. Y si, tristemente me he visto en esa situación, hablan de lo malo que es ser pagafantas, pero no lo malo que es ser la amiga de éste, se centran tanto en pinchar, que se olvidan que podrían ser verdaderos amigos, pero claro, eso que mas dará.
Hum…. Vamos a ver, la cosa es desde mi punto de vista un poco más compleja de lo que describís.
A mi particularmente no me parece que el que sigue detrás de una tía y “finge” ser su amigo sea un cabrón. La esperanza (dicen) es lo último que se pierde, y cuando te gusta mucho una mujer y te dice: prefiero que seamos (¿sólo?) amigos; siempre se mantiene esa esperancita de que, como el roce hace el cariño (o eso creen muchos erróneamente) algún día llegará a sentir algo por ti, cuando realmente es bastante difícil, si no siente nada hoy, que lo sienta en algún momento. Y ahí está el problema, la cantidad de esfuerzos que mete esa persona por “conquistar” a su “amiga” para acabar viendo que el resultado es nulo. Por eso al final acaban pasando (ya sea porque aparece otra persona que les gusta y les corresponde o porque decide poner coto). Ser amigo de una persona que te gusta con la esperanza de que algún día sienta por ti lo que tú sientes por ella es una práctica autodestructiva hasta límites insospechados. Vale, que también depende de cada uno y de cómo nos tomemos la vida, pero desde mi punto de vista es imposible, no se puede, porque siempre, interiormente, tendrás esa esperancilla. Por eso a Eri le ha pasado lo que comenta, que aparece otra chica y al final el que creías que era tu amigo te manda a la mierda. Pero más que por el hecho de que aparezca otra, o porque no era amigo de verdad, es porque se da cuenta de la espiral de auto-daño que ha seguido últimamente y decide distanciarse. El amor no correspondido es algo muy duro y, puesto que no se elige, no se puede culpar a nadie de querer o no querer a otro alguien (salvo familia directa en plan padres, hijos, hermanos, etc., casos en los que en mi opinión existe la obligación moral de corresponderlos y quererlos –bilateralmente por supuesto-).
Lo que quiero decir es que no se puede culpar al icorrespondido (por llamarlo de alguna manera) por poner pies por polvorosa, ni por mantener una esperanza. Yo creo que ahí entra parte de la obligación de la persona que rechaza hacer ver, claramente, su posición a la otra persona. Que muchas veces parece que las cosas han quedado claras y en realidad el “enamorad@” tiene tal cacao mental que no sabe dónde está pisando. Yo he estado en las dos posiciones y he experimentado el error de intentar ser amigo de quien me gusta. Grave error, porque además cuanto más tiempo pase, peores pueden ser los resultados. Pero también he experimentado lo otro, y sí que es verdad que en esa posición nos volvemos un poco egoístas por pensar que la otra persona podrá ser amiga nuestra igual que nosotros lo somos suya. Yo creo que el tiempo ayuda, y la distancia también. Tal relación será posible cuando pase un tiempo sin verse ni hablar ni ninguna clase de contacto y la persona enamorada se desenganche.
Pero esta es mi opinión basada en mi experiencia personal, que nada tiene que ver seguramente con las posturas de los demás. Además últimamente me doy miedo a mi mismo así que igual tengo una visión un poco sesgada.
Un saludo enamorados no correspondidos y gente no correspondedora. Buen día como dice uno de mis jefes jaja.