Marcelino dice ahora que «no» al Valencia.
Marcelino García Toral, más conocido como Marcelino a secas, rompió el lunes por la noche el acuerdo que tenía con el Valencia. Lo hizo porque lo que se le ofreció para firmar no era lo pactado desde hace semanas entre ambas partes. El técnico y el club de Mestalla se habían comprometido para las dos próximas temporadas, pero lo habían hecho en unos términos que a pocos días de la reunión definitiva del lunes cambió casi por completo Juan Soler.
VALENCIA / C. VALLE Eugenio Botas y el propio Marcelino viajaron a Madrid para reunirse con Rafael Salom con la intención de firmar el contrato, pero lo que se encontraron fue lo más parecido a un «donde dije digo, digo Diego». La respuesta de Marcelino fue: «Lo siento, pero esto no es lo acordado», como el propio técnico confesó horas después a Francisco Pernía, su amigo y presidente del Racing de Santander.
¿Qué puntos del acuerdo cambió Juan Soler? La noche de antes a la final de la Copa del Rey, mientras Agustín Morera compartía tertulia con Pedja Mijatovic, Eugenio Botas y Rafael Salom ultimaban los detalles para la llegada de Marcelino a Mestalla a partir del próximo 30 de junio. Las condiciones que ponía el técnico eran: contar con una plantilla de 22 futbolistas (dos por puesto); consensuar con la dirección deportiva (en este caso con Salom y Juan Sánchez) la lista de bajas (piezas claves para su proyecto eran Villa, Silva y Joaquín); dar el perfil de refuerzos a realizar, siendo los nombres cosa de Juan Sánchez -tres o cuatro según las necesidades y posibilidades del club-, y llegar acompañado de su ayudante Rubén Uría y del preparador físico Ismael Fernández. Todos estos puntos se habían comenzado a detallar dos semanas antes a la final de Copa del Rey, también en la capital de España, y se acabaron de pulir en la noche previa mencionada. Había fumata blanca entre el Valencia y Marcelino, con el imprescindible OK de Juan Soler a la operación en los términos acordados y comentados, y los presentes en el cónclave se estrecharon la mano.
Aquel 15 de abril, Eugenio Botas propuso incluso firmar un esbozo de contrato... pero finalmente decidieron ambas partes dejarlo para más adelante, para cuando ni Ronald Koeman ni Miguel Ángel Ruiz estuvieran en la nómina de trabajadores de la entidad blanquinegra y para cuando Marcelino hubiera ya anunciado en persona a Francisco Pernía que no iba a aceptar la oferta de renovación por cinco años que le había sido presentada. Los despidos en Valencia y la reunión en Santander tuvieron lugar la semana pasada. ¿Qué faltaba para concretar el fichaje? Volver a verse Marcelino y el Valencia las caras para firmar unos contratos que ya estaban redactados. Nada más.
Tras varias conversaciones telefónicas durante la semana pasada, había día y sitio para la cita. La tarde del 28 de abril en Madrid, la del lunes. Marcelino alteró hasta el plan de viaje del Racing para no faltar a la reunión. A fin de cuentas, él tenía que firmar el contrato. El conjunto cántabro viajó el lunes hasta Santander desde Mallorca, si bien, el entrenador no iba en el avión. Había pedido permiso a su club para desplazarse por su cuenta hasta Madrid por motivos personales. Francisco Pernía, sabedor de tales ´motivos´, se puso en contacto telefónico en la noche del lunes con Marcelino para preguntarle por cómo le había ido... y su reacción fue igual de sorprendente que la del propio entrenador cuando escuchó en boca de Rafael Salom las condiciones del acuerdo que le ofrecían firmar, las cuales poco tenían que ver con las pactadas semanas atrás.
Juan Soler, tras varias reuniones mantenidas con el director general Miguel Gonsalves y el consejero delegado Jesús Wollstein respecto al estado de las cuentas de la entidad, comunicó a Rafael Salom y a Juan Sánchez, horas antes del partido entre el Valencia y Osasuna, las nuevas directrices del proyecto deportivo blanquinegro, las cuales distaban y mucho de las que habían convencido a Marcelino para que diese el «sí, quiero» (las cuales, cabe recordar, habían sido aprobadas por el propio Soler apenas diez días antes de su enésimo cambio de opinión desde que compró la primera acción).
Para empezar, como se informa en las páginas anteriores, Villa, Joaquín, Silva... y todos y cada uno de los futbolistas de la primera plantilla por los que haya una oferta respetable este verano van a ser vendidos. Por lo tanto, la opinión de Marcelino no iba a contar en lo que a la lista de bajas se refiere, la cual vendría ´impuesta´ por el mercado de fichajes. Dicho de otra manera, difícilmente Marcelino iba a tener en plantilla a tres de sus pilares: Villa, Silva y Joaquín.
Segunda alteración de lo pactado con la que se encontró el lunes Marcelino. No sólo no iba a poder contar con Villa, Silva o Joaquín... sino que además lo recaudado por ellos no va a ir destinado a reforzar el equipo. El Valencia necesita dinero para la construcción del nuevo estadio y el plan de viabilidad económica previsto no contempla fichajes de más de tres millones de euros (siendo lo primero a tratar el ejecutar el trueque entre futbolistas).
Marcelino, ante tales alteraciones de lo acordado, se levantó de la reunión. Lo hizo considerándose totalmente legitimado para no firmar documento alguno y para romper lo que semanas atrás dejó de ser una negociación para ser un pacto con el Valencia para las dos próximas temporadas. El club de Mestalla, y llueve sobre mojado, veía cómo se truncaba cuando no quedaba más que la firma el fichaje del entrenador de moda del fútbol español. Marcelino vuelve a estar en el mercado y Sevilla y Atlético de Madrid se frotan las manos (el técnico le comentó tras la reunión a Francisco Pernía que aunque no iba a firmar por el Valencia, tampoco tenía en mente continuar en el Racing de Santander la próxima temporada).
Ahora, más allá del nombre de Marcelino y pensando en el Valencia, el cambio de rumbo del club que controla Juan Soler (escenificado en la reunión del lunes en Madrid) conlleva que el proyecto deportivo para la temporada 2008/09 vuelva a forjarse prácticamente desde cero y casi sin un euro que poder gastar... y ya estamos a mayo.
Sacado de superdeporte.