Todos conocíamos al Kojima director-guionista-productor en Konami. Sabíamos de su amor incondicional por el cine y su maestría y excentricidades a la hora de crear juegos. También de su culo inquieto creativo y como con cada MGS posterior al 3 lo demostraba cada vez más lo asqueado que estaba de tener que trabajar una y otra vez en lo mismo, llegando a cambiar cimientos de la saga con tal de darse motivación para seguir adelante.
Lo que no conocíamos y creo que no se valora nada es su faceta de CEO y de spokesperson. Justamente pensaba en Shenmue y el maestro que hay detrás, Yu Suzuki. Fue un creativo extremadamente influyente, innovador y que iba totalmente adelantado a su tiempo. Con Shenmue sin embargo fue como Ícaro volando demasiado cerca del sol. Tuvo la enorme mala suerte de que todo lo que podría ir mal terminó yendo mal (con Dreamcast hundiéndose y él puliéndose presupuesto por un tubo en una Sega ahogada y cada vez más americanizada) pero es que después de Shenmue 2 desapareció y todos sus proyectos han sido o cancelados o han terminado saliendo de milagro con bajos presupuestos, como Shenmue 3 gracias a los fans y Air Twister, donde muy muy lejos queda de las obras maestras arcade que hacía en los 80.
Y es que Kojima le pudo haber pasado igual o peor. Shenmue gustará más o menos, pero nadie le tiene odio a Yu Suzuki ni ha deseado ver su caída, es un tipo humilde, callado y reservado. Kojima en cambio es como una celebridad autoproclamada y ha generado pasión casi de culto y odio por parte de mucha gente que nada le hubiese gustado más que verle caer rendido tras el despido de Konami.
Sin embargo sale de Konami, monta su estudio, se monta un cast digno de Hollywood gracias a venderle simplemente su nombre a Sony, consigue que se peleen los estudios por regalarle los derechos a su motor gráfico, saca una obra de autor que solo Sam Lake dentro del espectro de los doble y triple A podría llegar a acercarse, se lleva una recepción mixta y mucha gente tratando de hundirlo en la miseria... Y lo que consigue es que Sony le financie una secuela aún más grande, montar un estudio para hacer peliculas de sus juegos, que Microsoft le suelte una morterada para un juego que de momento solo tiene caras de actores y que Sony le vuelva a financiar otro proyecto a años vista solo con la promesa que se parecerá a MGS.
Pasó de estar maniatado en Konami a la saga MGS y posteriormente en la calle a tener su estudio totalmente independiente, a tener independencia económica y creativa absolutas para hacer literalmente lo que le venga en gana porque los publishers se pegan para financiar su próximo juego y los actores de Hollywood están dispuestos por él a actuar en un entorno que para muchos es la primera vez. Y todo gracias no solo a que sea un genio y así lo haya demostrado siempre (porque ha habido y hay otros genios comiéndose los mocos), sino porque al igual que por ejemplo Tarantino ha sabido venderse él como producto. Porque no es "Érase una vez en Hollywood", es la nueva peli de Tarantino. Porque no es OD o Death Stranding, son los nuevos juegos de Kojima. Y ese rasgo que tanto odian sus haters, el de aparecer como una celebridad allá donde pisa, es lo que ha hecho que 10 años después de su salida de Konami esté en su mejor momento con muchísima diferencia y que nunca se vaya a quedar con las ganas de crear lo que le apetezca.
Tener esa capacidad cuando el único juego de KojiPro por el momento es Death Stranding es sencillamente de locos, el juego más antimainstream y anticomercial que te puedas echar en cara. Y esto es una bendición para este medio donde cuesta un montón ver juegos de gran presupuesto arriesgar tanto, donde se apuesta por lo seguro y por la nostalgia en un mundo donde los desarrollos son extremadamente caros y largos. Que Kojima pueda hacer esto es de un valor enorme.
Ojalá otros genios pudieran tener esa capacidad de gestión y pudieran dar rienda suelta a juegazos que nunca vamos a ver o se verán en formato indie alejados de su potencial real.