Si estas grandes empresas obtienen beneficios fiscales o financieros en su computo global por aplicar ciertas políticas de inclusión o cumplir objetivos ESG, les puede salir a cuenta.
Disney en 2024 tuvo un beneficio neto de casi 5.000 millones de dólares. La división de películas es solo una fracción pequeña de su negocio, si aplicar cuotas inclusivas en esa división le permite obtener beneficios para el computo global, puede salirle muy a cuenta. Es decir, si Blancanieves le hace perder 200 millones, pero su diversidad le permite aplicarse diferentes beneficios fiscales y financieros y obtener 300 millones más en su computo global, le va a compensar. Aparte de la publicidad positiva que todavía percibe una buena parte del público por estas políticas.
Esto es aplicable a otras grandes empresas.
Empresas medianas o con mucha menos diversidad de ingresos sí que lo notan y cambian sus políticas. Por ejemplo Bud Light solo tiene sus productos de cervezas, si no las vende por publicidad negativa asociada al woke, se va a la quiebra por muy grande que sea. O Gillette, que no se le ocurrió otra cosa que insinuar que su único público objetivo era tóxico y hasta acosador.
Mientras no cambien el sistema de beneficios o la mentalidad de los mandamases, grandes empresas como Disney no van a cambiar su modus operandi.