DaniGonmoda escribió:¿Pero entonces traducir nombres es inclusión forzada? ¿Qué tiene que ver eso con el tema del hilo? ¿Frodo es Zorrozabal en euskera? Qué pasada.
Cabrones, he escupido café en el teclado con lo de Frodo Zorrozabal.
Y no, no es inclusión forzada, solo graciosísimo.
katatsumuri escribió:Dejemos de normalizar que ser homosexual es algo normal, no lo es, es una DISFORIA, y no hay que meterle en la cabeza que culturalmente eso es algo de todos, ya están los derechos humanos para respetar a las personas que sufren esa disforia, derechos que ya funcionaban hace 40 años, por lo menos en este país.
Y no, yo no creo que la homosexualidad sea una enfermedad como dicen algunos, ya que dudo que tenga cura, es un facto biológico que sucede durante la gestación, pero si es una desviación de la naturaleza humana y no debería de meterse en la cabeza de la gente de que es algo normal, en el concepto de que TODOS somos así o que podemos serlo en algún momento de nuestra vida, porque no es así.
Ojo, me temo que confundes gay con trans.
Gay es simplemente una orientación sexual. Un hombre gay se sigue viendo a sí mismo como un hombre, no hay disforia.
Trans en cambio
sí es una disforia de género. Ya que la mente cree ser de un género, y el cuerpo es realmente otro.
Ser gay actualmente no tiene problema (en una civilización occidental) más allá de tener que encontrar a su media naranja gay, y ya está. No es lo común, pero me parece algo perfectamente normalizable, ya que no les afecta negativamente ni a sí mismos ni a terceros.
Ser trans en cambio es un jodido drama, y uno que bajo ningún concepto debería normalizarse. Sus mentes no aceptan la realidad que todas las células de su cuerpo tienen genéticamente escrita. Van a estar
toda su vida condenados a luchar contra sus propios cuerpos a base de hormonas y operaciones con el fin de atrofiar, amputar, o extirpar los órganos que no aceptan, con las consecuencias para su salud que eso conlleva... Todo ello solo para que los demás les perciban como ellos se autoperciben. De ahí creo que viene su compulsión por intentar obligar a terceros a usar sus pronombres en la angloesfera.
Gobiernos y colectivos los meten a todos en la misma bolsa LGTB, pero no podrían ser más diferentes.