La versión de Switch, esa máquina imposibleSe ha convertido en féliz costumbre. Switch, esa máquina tan limitada técnicamente sobre el papel, vuelve a sorprendernos con una revisión que hace que nos frotemos los ojos. Es cierto que el port se beneficia de unos gráficos originales que no eran punteros ni siquiera hace cinco años, por lo que la traslación a la portátil es casi exacta. El valor de Nier no está en el realismo que brindan millones de polígonos sino en la evocación a través de su bella dirección artística. Se trata pues, más de un valor estético que gráfico. Su particular uso del color, en continua variación entre zonas y según nuestro estado de salud, su atmosfera brumosa, las partículas que brillan en el aire cuando reflejan la luz del sol, la vencida belleza de unas ruinas de las que conocemos su pasado porque son nuestro presente, se trasladan casi tal cual a Switch en otra traslación portentosa.
Se dan las concesiones habituales como texturas con menor resolución, menos vegetación que solo se hace del todo evidente en la distancia, sombras titubeantes de las que no se libraba del todo la versión de sobremesa y un popping del que podríamos decir lo mismo. Por lo demás, todo luce de impresión a unos rocosos 30 frames por segundos que, tras alguna caída muy puntual (cerca de cataratas, por ejemplo), una vez pasadas unas horas no nos hace echar de menos el framerate tambaleante de PS4/One. La resolución, por su parte, luce a los máximos números en dock y portátil, esto es, 1080p y 720p respectivamente, aunque todas las carencias comentadas se notan mucho menos con la consola en las manos que en el televisor, donde se le ven algo más las costuras.
Tanto en dock como en portátil encontramos pros y contras. Si como decimos el juego luce increíble cuando está desacoplado, parece increíble igualmente que a estas alturas no sea un estándar contar con la elección del tamaño de los textos en portátil. Unas líneas diminutas que cuesta leer por su mímesis cromática con los fondos nos ha hecho compadecer a los usuarios de Switch Lite por su menor tamaño de pantalla.
El dock se beneficia, por su parte, de una sencilla implementación del control de movimiento. Una vez cogido el truco (esquiva agitando el joycon izquierdo, combate haciendo lo propio en horizontal o vertical con el derecho), nos hemos sorprendido a nosotros mismos realizando aspavientos ante la pantalla como opción preferida ante la más habitual de presionar botones.
En general, como el estado habitual de Switch para reposar es siempre el Stand By, esto beneficia las partidas más cortas en portátil y las exigencias de guardado (encontrarnos en lugares y zonas determinados). Esto puede traducirse sin embargo en la interrupción de la conexión de red, por lo que conviene estar atento para volver a activarla en las opciones. Su multijugador asimétrico con toque souls, esto es, dejar nuestro cadáver en un espacio de juego común o encontrar el de otros, funciona sin problemas más allá delque ehmos comentado.
Con respecto al contenido, Nier Automata The End of YoRHa Edition, incluye todos los extras que habían recibido hasta ahora las versiones de sobremesa (DLCs de nombre impronunciable y skins cosméticas para pods y personajes) sumando elementos en ese plan para la versión de Switch.
LO MEJOR• Está todo aquí a pesar de los necesarios sacrificios técnicos.
• El control por movimiento se ha implementado de forma sencilla y efectiva.
• En modo portátil luce especialmente bien.
• Máxima resolución posible en dock y portátil.
LO PEOR• En el dock se pueden apreciar las costuras.
• Textos en portátil demasiado pequeños y no ajustables