Voy por el capítulo 3 y creo que ya he jugado lo suficiente como para dejar unas ligeras impresiones.
Lo primero que entra por los ojos al jugar a este juego, evidentemente son los gráficos. Y es que es una auténtica pasada la potencia gráfica de este juego. Estás viendo las cinemáticas con el propio motor del juego y parece que estás jugando en una PS2.5. El diseño de los personajes, la sincronización labial, los escenarios, los monstruos, la coloración, los efectos de luz... todo está muy cuidado.
Sonoramente igual que lo anterior, una calidad sobresaliente. Melodías que casan perfectamente con el espíritu de la saga (espíritu que parece ser que sólo se conserva en este apartado). Un aplauso para Yoko Shimomura, un trabajo encomiable cuya calidad era de esperar de semejante compositora.
Respecto al gameplay, aquí el juego ya empieza a flojear bastante. En sí es una especie de Syphon Filter o de Resistance Retributión, es decir, un juego de acción en 3ª persona, de esos que se basan en apretar el gatillo y no soltarlo en toda la aventura. Han intentado meterle elementos para darle variedad y para esconder la tan monótona pauta de este tipo de juegos, pero no lo han conseguido. El sistema overdrive impresiona los 10 minutos de juego, después resulta aburrido y sin relevancia, y es que sólo cambias de cuerpo, o bien para no morir, o bien para aprovechar el punto débil de un enemigo. Se esperaba algo más de profundidad en el sistema de cambio de cuerpo, y no está aprovechado como debería. También han intentado meterle el tema de la mejora de habilidades a través de los chips que modifican el ADN, algo que sinceramente veo tosco y con poco valor como base técnica para el combate directo. La función que debería cumplir no la cumple. El gameplay, a los pocos capítulos del juego, se hace aburrido y pesado y sólo disfrutas cuando sale un jefe que te haga cambiar la mecánica de combate para descubrir su punto débil. Poco más.
Y por último, la parte más controvertida, el argumento. Como fan de la saga, he de decir que me siento vejado, violado y sodomizado por la historia de The 3rd Birthday. La protagonista ha dejado de ser Aya Brea para ser un homúnculo cuya única similitud con la protagonista de la saga es el físico. No tiene personalidad, no tiene espíritu, no tiene nada. Y vale que se justifique eso con el argumento de la pérdida de memoria, pero aún así me parece insuficiente, no me satisface esa excusa argumental. El resto de personajes cumplen su función, no se les llega a querer tanto como a los de anteriores versiones pero tampoco se les puede achacar nada. La historia, por lo que llevo jugado, me parece absurda. Transmigración de almas, salto en el espacio-tiempo, cambiar el pasado para cambiar el futuro ... ¿estoy realmente jugando a la misma saga? Por ahora no puedo quejarme de lo confusa de la historia porque lo entiendo todo perfectamente, mirando el log y la cronología de eventos, las cosas te cuadran. Eso sí, no entiendo cómo la gente es capaz de darse cuenta de que diversos sucesos han sido frutos de un cambio en el pasado o no. En teoría, si vas al pasado y cambias algo, al volver al presente, lo que has cambiado debería ser imperceptible para las personas del presente, ya que lo han vivido en su correlato temporal de forma natural. No sé si me explico. Por ejemplo, si ahora viajo al pasado para hacer que España no ganara el mundial y vuelvo ahora, toda la gente habría vivido el que España no hubiera ganado el mundial como algo normal que ha vivido, no dirían: "jope tío, nos han cambiado el pasado y España no ganó el mundial", es decir, no notarían qué ha sido un cambio o qué no, ya que al llevar el hilo temporal de la realidad por otro camino y volver a ese camino, te encuentras con las personas que están en esa dimensión temporal. En todo caso sólo lo sabría Aya. De todas maneras esto tampoco me parece digno de echar mierdas al argumento, es solo una valoración personal que no sé si estoy en lo correcto o no, o si se explica después en el juego. Como ya dije, no me he completado la historia, y es el único punto que dejo "abierto a cambio de gusto" ya que quizás lo valore de otra forma al pasármelo.