Ya veo por dónde vas y no me gusta un pelo. La solución a que las grandes empresas conviertan a los políticos en sus lacayos no pasa por eliminar al intermediario y que las grandes empresas nos mangoneen directamente, sino que pasa por crear un contrapoder, una sociedad civil fuerte con los mecanismos de control necesarios para poder reclamar responsabilidades y que la prevaricación y la venta de favores tengan consecuencias graves para quienes las perpetren.
Es por eso que yo siempre defenderé el asociacionismo, la apertura de la política a la ciudadanía y la creación de ámbitos públicos y espacios asamblearios con poder decisorio que hagan que el margen de maniobra de los políticos se reduzca y esté mucho más controlado, y que se nos dote de herramientas como son los referéndums, por ejemplo, a los que tanto políticos como empresarios tienen alergia.
Quitarle la vara de mando al corrupto y pasársela al corruptor no arregla desde luego absolutamente nada.