A los profetas, a los visionarios, a los prescientes, a los ofendidos, a los patriarcas de nuestra sociedad, a los moralistas que profesan los valores puros y perpetuos, a sus principios rectores y a su clarividencia por saber como será la realidad más allá de lo que pueden percibir y probar. A quienes no se cuestionan sus palabras, ni sus ideas, a los que se ofenden por ser críticos con ellos, cuando la crítica constante, superflua, es su razón de ser. A los que quieren una cosa y la contraria, y que buscan sin saber qué buscan. A los que opinan sin tener datos, ni información contrastada, a los que juzgan y sentencian sin tener pruebas ni evidencias.
A todos ellos, un feliz y sinuoso día de la reflexión ligera y la crítica deconstructiva.
Y, por supuesto, un saludo a los eternos insatisfechos que sostienen vagos juicios, falsas premisas decoradas de "hechos" infundados.
PS Me olvidaba saludar a los eternos incomprendidos que comulgan con las ideas más arcaicas de nuestra sociedad, con los valores más rancios que deberían, para su satisfacción personal perpetuarse 'sine die', y cuya virtud se mancilla cada vez que aparece una protagonista femenina en algún producto cultural.
Saludos.