Los perros que huyen de Vovchansk lo hacen nerviosos y temblando...... Así empieza el reportaje del enviado especial de EL PAIS, Cristina Segura, en Vovchansk. Abajo os dejo el mapa para que os ubiquéis:
Los perros que huyen de Vovchansk lo hacen nerviosos y temblando. Observarlos es una manera de entender que en esta localidad al norte de la provincia ucrania de Járkov, en la frontera con Rusia, se han abierto las puertas del infierno. Las mascotas son evacuadas con sus propietarios en un centro de acogida a pocos kilómetros del municipio. Son gente humilde de una zona que está sufriendo la segunda ofensiva rusa en los más de dos años de guerra. Un vecino baja de un furgón con sangre en las orejas y en la nariz, que además la tiene rota. Una explosión a pocos metros le ha dejado contusionado, quizá de por vida.

Arriba, el mapa de la invasión, actualizado a 10 de mayo. Arriba del todo está Vovchansk, pegado a la frontera rusa. Un poco a la izquierda está, Kharkiv City (Járkov), la gigantesca ciudad de la que Putin se ha encaprichado. Su ejército tiene órdenes de invadirla a toda costa. Y el paso previo es tomar Vovchansk. Los invasores rusos bombardearon la explanada donde se aglomeraban los civiles con munición de racimo. Son unas bombetas que sueltan metralla en todas direcciones:
Vovchansk es el principal objetivo de una nueva campaña militar rusa relámpago iniciada el 10 de mayo. Es una conquista especialmente codiciada porque su núcleo urbano sería un centro ideal para concentrar tropas de cara a un futuro avance hacia Járkov, la segunda ciudad de Ucrania. El pasado jueves quedaban cerca de 300 habitantes en la localidad, de una población previa a la guerra de 17.000 personas. Allí ya solo hay espacio para la muerte. En los pueblos vecinos también. La explanada a la que llegaban los civiles rescatados fue atacada aquel 16 de mayo por la tarde con munición de racimo rusa: cinco personas resultaron heridas, entre ellas el alcalde, Tamaz Gambarashvili.

Un hombre es evacuado en Vovchansk, al norte de Járkov, el 13 de mayo. Foto: EFE
Lo reporteros tuvieron que huir para escapar de un segundo ataque con munición de racimo:
No fue la primera explosión múltiple que se escuchó con el sonido característico de la munición de racimo, un armamento prohibido en más de 100 países por su especial letalidad en zonas urbanas con población civil. El equipo de EL PAÍS y otros periodistas habían tenido que salir de urgencia de ese mismo lugar el miércoles porque el ejército ucranio había interceptado una comunicación de radio del invasor transmitiendo las coordenadas del sitio para bombardearlo. El ataque se produjo un día después.

El núcleo urbano de Vovchansk, Ucrania, bajo el fuego de la artillería rusa el 16 de mayo. CRISTIAN SEGURA
Un grupo de operaciones especiales ucraniano es atacado por un dron suicida ruso. Por suerte, consiguen escapar, por un solo metro de distancia:
Oleksi Jarkivskii, jefe de una unidad de operaciones especiales de la policía ucrania, prepara la siguiente misión de extracción de civiles. Con otros vecinos localizan mediante mapas dos viviendas en las que residen un anciano y una familia de un matrimonio y su hijo. Junto a Jarkivskii y sus hombres accederán a Vovchansk la organización Kharkiv Media Hub y el enviado especial de EL PAÍS. Antes de la salida irrumpe en escena un todoterreno con cuatro militares de las fuerzas de asalto ucranias.
En la carretera de acceso a Vovchansk, la misma que el equipo de Jarkivskii tomará minutos después, acaban de ser atacados por un dron bomba ruso. El dron ha caído frente al vehículo y el radiador ha quedado dañado. Los cuatro soldados salen del coche con la adrenalina disparada, se chequean el cuerpo uno a otro para identificar alguna herida —dos de ellos tienen leves rasguños— y tras ello, se abrazan: por un metro no están muertos.

Un policía ucranio ayuda a un anciano a ser evacuado en Vovchansk el 16 de mayo. CRISTIAN SEGURA
Permanecer en esa ciudad más tiempo del debido, es tener muchos boletos para que te toque el premio gordo. Caen bombas por todas partes:
Los dos coches de evacuación superan el camino hasta Vovchansk lanzados a 160 kilómetros por hora por una carretera comarcal. La calle principal de entrada al pueblo está bloqueada por un tanque ucranio calcinado. A su lado yace destruido un vehículo de infantería de producción estadounidense. Las casas y los parterres de la calle humean por impactos de artillería recientes. Al tomar una curva —donde el ejército invasor sabe que los vehículos deben bajar la velocidad— un proyectil de obús impacta a menos de 50 metros de los dos coches de evacuación.
Muchos vecinos no quieren ser evacuados. Saben que, en cuanto lleguen los rusos, ya pueden dar sus propiedades por perdidas. Hay que recordar que, cuando te invaden, colonos del país invasor se quedan con tus propiedades. Ya ocurrió en Crimea, tal como nos contó Kirilo Babii, teniente, oficial de la 43ª Brigada de Artillería en el frente de Donetsk, aquí:
hilo_guerra-de-ucrania_2446022_s29250#p1753868197La familia Nikolin se niega a abandonar Vovchansk. Su casa es muy humilde y en el interior predomina el desorden. Sobre la mesa de la cocina están los restos de un desayuno frugal, la última comida que celebrarán en el hogar. La madre se encara a Jarkivskii porque no quieren marcharse. Dice que su hijo de 14 años no quiere salir de allí. Al mismo tiempo, a escasos 100 metros, en un campo colindante, impactan varios cohetes rusos grad.

Una mujer se niega a ser evacuada de Vovchansk, Ucrania, el 16 de mayo. CRISTIAN SEGURA
Aquí el reportaje completo:
https://elpais.com/internacional/2024-0 ... vidas.html