Hay que entender un poco el contexto de los que celebran esta noticia.
Blizzard, dejando a un lado Activision, lleva muchos años mal. Y ya sabemos que para muchos jugadores de 20 largos hasta 40 y pocos sus juegos han podido ser un pilar para su afición gaming.
Sabiendo lo que ha sido Activision hasta el día de hoy no había luz al final del túnel y, a causa de esta compra, hay un atisbo de esperanza para que cambien su rumbo de manera positiva.
Por lo tanto eso es lo que se celebra: que desligados de lo que es Activision vuelva a brillar Blizzard. Ahora solo queda que no pase como pasó con BioWare con EA, si no que Microsoft demuestre que no solo no va a matar la creatividad ni a las licencias que ha hecho con esta compra, si no que es capaz de volver a poner la maquinaria Blizzard a tope y a la altura de las espectativas.