Los tambores de guerra empezaron a sonar en mayo de 2016 cuando
Kotaku anticipó que Microsoft se estaba preparando para lanzar una Xbox One más potente en 2017. En el E3 de ese mismo año y, después de que Sony anunciara la
existencia de PS4 Pro (para entonces llamada Neo), los de Redmond se vieron obligados a confirmar que entre sus planes se contraba
Project Scorpio, una consola desarrollada con el objetivo de ofrecer juegos en 4K.
Después del fiasco que la presentación de Xbox One supuso a todos los niveles, Phil Spencer y su equipo configuraron una estrategia completamente diferente para Xbox One X. Una vez completado el E3 2016, desde Microsoft se amortiguaba la llegada de PlayStation 4 Pro recordando que su apuesta era superior, pero sin revelar grandes detalles más allá de los prometidos 6 teraflops y los “auténticos” 4K. La gran revelación de la consola llegaría mediante amplios artículos publicados en Digital Foundry, reconocida web donde se publican análisis técnicos.
En el
interior de Xbox One X encontramos un procesador de ocho núcleos a 2,3 GHz y una tarjeta gráfica basada en la RX 480, dos piezas diseñadas y fabricadas a medida por AMD. El hardware personalizado es una de las grandes armas de las consolas y en esta ocasión se acompaña con 12 GB de memoria GDDR con un ancho de banda de 326 GB por segundo. El resultado es un aumento del 40 % de la potencia respecto a cualquier otra consola actual embutida en la Xbox más pequeña que jamás ha construido Microsoft. Sin duda alguna el equipo de ingenieros y diseñadores se ha ganado el sueldo.
Xbox One X despiezada Xbox One X no es solo potencia combinada con un diseño inteligente, los detalles también se han cuidado. La consola tiene soporte para HDR, salida HDMI 2.0b (2160p a 60 Hz) con AMD FreeSync, unidad de disco óptico Blu-ray UHD para la reproducción de películas y salida de audio DTS 5.1, Dolby Digital 5.1 TrueHD (con Atmos y DTS:X) y PCM (hasta 7.1). Todo ello sin fronteras, pues Xbox One X es compatible con los juegos y accesorios de Xbox One. Según Microsoft el resultado es una consola diseñada "para el cliente premium, el jugador que solo espera la mejor versión de los juegos", en otras palabras “no es para todo el mundo”, como reconoce el propio Phil Spencer. Todos ellos tendrán en común los 499,99 euros que cuesta Xbox One X.
Pero por muy bueno que sea un producto hay que saberlo vender, algo que no es sencillo cuando en el mercado hay otro competidor que también afirma ofrecer juegos 4K (a su
dinámica manera). Para convencer a los indecisos Microsoft ha puesto especial empeño en que los juegos sean mejores en Xbox One X, algo que ahora ya no puede hacer Sony sin obligar a los desarrolladores a empobrecer su trabajo. Esto se traduce en la iniciativa para proporcionar la mejor experiencia en Xbox One X y la firma de alianzas comerciales con Ubisoft o Warner Bros. para Assassin’s Creed Origins y La Tierra Media: Sombras de Guerra, respectivamente.
A partir del 7 de noviembre los juegos para Xbox One podrán incluir tres nuevos logotipos para indicar que han sido específicamente optimizados para Xbox One X: Mejorado Xbox One X, 4K y HDR. Mejorado para Xbox One X significa que el desarrollador ha realizado un trabajo extra para optimizar la experiencia de juego, incluyendo una resolución más alta, una mayor velocidad de fotogramas o texturas mejoradas; HDR indica soporte para el estándar HDR 10 (el más apoyado por la industria); mientras que el icono 4K nos asegura que el juego tiene una salida de 2160p (no necesariamente nativa).
Para apreciar los 4K, HDR, audio espacial y las mejoras visuales de Xbox One X, Microsoft ofrece de forma gratuita la demo interactiva en tiempo real
Insects.
En los últimos días varios desarrolladores y editores han liberado actualizaciones gratuitas para que sus títulos se beneficien del hardware de Xbox One X. Actualmente hay
más de 150 títulos en proceso de optimización y la previsión de Microsoft es que el catálogo de juegos mejorados
ronde los 70 en su lanzamiento. Además de los títulos editados por Microsoft Game Studios o surgidos de las alianzas comerciales, entre los juegos optimizados para Xbox One X encontramos nombres tan notables como los de The Witcher 3, Rise of the Tomb Raider, Call of Duty: WWII, FIFA 18 o Diablo III: Reaper of Souls - Ultimate Evil Edition. En el menú de Xbox One se pueden filtrar los juegos mejorados.
El hecho de que algunos desarrolladores hayan anticipado la actualización para Xbox One X ha permitido a aquellos que vayan a dar el salto desde Xbox One
ahorrarse algo de tiempo. No es un tema baladí. Siempre dependerá del nivel de mejora y los archivos de resolución 4K, pero hay juegos como Halo 5: Guardians, Gears of War 4 o Forza Motorsport 7 que rondan o superan los 100 GB, dimensiones que Microsoft espera rebajar en un futuro con
Intelligent Delivery. La descarga de la actualización es un problema para lo juegos ya disponibles y los usuarios con línea ADSL, pero la instalación será un hándicap durante toda la generación y el disco duro de 1 TB que equipa Xbox One X se antoja pequeño si no se refuerza con uno externo.
No solo de 4K vive el hombre y no será lo mismo, pero los jugadores con un panel 1080p o
1440p que adquieran la nueva consola también verán cómo los juegos se ejecutan y se muestran de mejor manera. Una de las técnicas usadas para beneficiar a estos usuarios es el
supersampling (supermuestreo), un método que permite renderizar la imagen a una resolución más alta y detallada para luego adaptarla a la del monitor. Es una forma de ofrecer la calidad de los 4K en paneles FullHD. En Nvidia lo llaman DSR (Súper Resolución Dinámica) y en AMD lo han bautizado como VSR (Súper Resolución virtual).
Además de mejorar todo el catálogo de Xbox One (con o sin optimización), Xbox One X también sacará partido a los juegos retrocompatibles de Xbox 360 y
la primera Xbox. Se tendrá que ir viendo cómo mejora cada título, pero el Scorpio Engine tiene la capacidad de sobrescribir todos los bilineales y trilineales para que sean anisotrópicos (x16) o reducir los tiempos de carga. La promesa de Microsoft es que todos los juegos de Xbox (las tres consolas) funcionen de la mejor forma posible en Xbox One X.
Halo 3 en Xbox One X Xbox One X llega sin una
killer app porque lo es su hardware, pero Microsoft no debe perder de vista que el combustible de su máquina es el software. Crackdown 3 no llegará para acompañar a la nueva consola en su lanzamiento y la cancelación de Scalebound aún duele; pero como mínimo la familia Xbox One conseguirá cerrar el año con la llegada de PlayerUnknown’s Battlegrounds, un juego que solo en Windows PC ha conseguido vender más de 15 millones de copias digitales y superar los registros de usuarios simultáneos en Steam. En este sentido, la competencia tiene el depósito lleno, con o sin 4K.
Cuando Microsoft puso a la venta el mando Élite de Xbox One la primera sorprendida de su éxito fue la propia compañía, que poco se esperaba tener problemas de stock con un periférico que despachaba por 149,99 euros. Existe un amplio mercado para ese mando y parece que también lo hay para Xbox One X. Las reservas de Xbox One X Project Scorpio Edition
se agotaron y Microsoft anticipa que su nueva consola será uno de los grandes regalos de la campaña navideña. A pesar de los problemas de existencias iniciales Albert Penello, uno de los responsables del departamento de marketing, confía en la capacidad de la compañía de lograr mover un
buen número de Xbox One X durante las próximas semanas.
De momento parece que todo va según lo previsto. En
El Corte Inglés,
Fnac,
Game,
Amazon o
Media Markt ya hace días que han vendido su asignación inicial de Xbox One X, pero recibirán más unidades a partir de la segunda quincena de noviembre. Nadie debería quedarse sin su consola de cara a Navidades.
Hay un Jefe Maestro a lomos de un escorpión en todas las Xbox One X Posiblemente no todos vieron con buenos ojos este abandono de las generaciones tradicionales en favor de un modelo más parecido al de los móviles, pero la clave está en que los fabricantes de consolas no dejen a nadie atrás; de momento ni Sony ni Microsoft lo han hecho. Es más, los de Redmond parecen decididos en hacer de Xbox One su gran consol: además de ampliar su vida con un modelo más potente han actualizado el software del sistema para que sea compatible con un catálogo cada vez más extenso de juegos de Xbox 360 y hace pocos días han ampliado la apuesta de la retrocompatibilidad hasta la primera Xbox.
La llegada de Xbox One X no es el inicio de una generación, es el debut de una nueva opción, una dirigida a un público concreto que poco a poco se irá expandiendo. Con el tiempo los televisores 4K aumentarán su base de propietarios, el catálogo de juegos mejorados se ampliará y el precio de la consola bajará. A medida que todo esto vaya pasando caerá en el olvido Xbox One S (y con el tiempo sus propietarios también), se impondrá Xbox One X y Microsoft ya tendrá en el punto de mira un nuevo modelo para satisfacer una vez más a los jugadores más exigentes.