Lo voy a poner de esta manera, y es el último comentario que hago sobre el tema: en el parchís hay un elemento de estrategia que depende de la capacidad de cada jugador para posicionar sus fichas, y por otro lado está la suerte, que viene dada por los dados, de manera que por muy buen estratega que seas, siempre existe la posibilidad de que te salgan números bajos en los dados y acabes el último. O al revés, que no se te de bien jugar al parchís, pero la suerte te acompañe. Esa posibilidad está ahí, y hace al juego accesible para todo el mundo, además de divertido por imprevisible. Así más o menos ha sido MK hasta esta entrega.
Ahora bien, imaginad que hay un señor que interviene en cada partida manipulando los dados, otorgando números bajos o altos a cada jugador según su criterio, para intentar igualar estadísticamente a todos en el largo plazo. No ya dentro de cada partida, sino de una a otra, en el largo plazo. Eso ya no es el parchís que conocemos, es otra cosa. Es una experiencia más pasiva en la que a la larga te conviertes en el actor de un guión preestablecido por el señor de los dados. Eso es lo que pasa con MK8. Si quitaran a ese señor y dejaran que la suerte hiciera su trabajo, el juego estaría mucho mejor.
Al menos así lo veo yo.