A ver, no me seáis cutres. Si no se apunta gente suficiente, Flash va a llorar. Y si Flash llora, yo lloro también. Bueno, no, pero podría. Y eso no es bonito. No, nada bonito. Está al nivel de salir con un informático, cosa que hago yo y por la que cada día sufro una penalización de -2 en todas mis tiradas. Total, que es muy chungo esto de no apuntarse.
Esto es como los correos en cadena. Flash se apuntó y al día siguiente le tocaron 20 millones de euros. Además, un harén de mujeres perfectas apareció en su casa y le regalaron consolas, dulces y amebas varias. Bueno, no pasó nada de eso. Pero yo le perdoné la vida, así que es bueno.
Por contra, JanKusanagi no se apuntó y le tocó salir conmigo y soportar amenazas de sodomización. Skyrunner tampoco se apuntó y, además de conocerme a mí, conoció a Campa, que es mucho más temible que yo. Y encima le atacó un lepisma (a Skyrunner, a Campa ni se atreven a acercarse).
Es decir, que la decisión es vuestra. Una vida llena de maravillas o un tortuoso sendero binario que conduce directamente a las puertas del infierno.