Busquets llevaba dos partidos que parecía el de antaño y hoy vuelve a ser el del Barça de las últimas temporadas. Lento e impreciso en una posición en la que uno no se puede permitir ninguna de las dos cosas. Con un rival que presione más es un suicidio.
Junto a Balde y Nico que hoy están muy apagados, es todo lo negativo que saco. El partido está moderadamente controlado y con la sensación de que si España necesitase más goles, podría ir a por ellos perfectamente.