Te fuiste hace ya 4 meses, pero nadie te olvida.
Echo de menos tus 2 visitas diarias, echo de menos sentarme a hablar contigo en el sofá de mi casa, echo de menos salir a la calle y pasarme por el parque a hacerte una visita, para ver como te alegras cuando estoy contigo, echo de menos que vinieses hasta casa solamente para ver que tal estaba, echo de menos tus conversaciones, echo de menos tus "paranoias
" como yo las llamaba ( a todos nos tocará el llegar a esas edades...), echo de menos ir a tu casa a visitarte en estos últimos tiempos, cuando tu salud no te permitía venir a la mía como siempre lo habías hecho... echo de menos tu voz.
Aprendí mucho de ti, y creeme, nunca podré olvidarte. Toda una infancia estando a diario contigo, yendo a muchos lugares contigo, acompañándote y ayudandote en todo lo que estaba a mi alcance. Eras un gran hombre, y para mi lo seguirás siendo siempre, los recuerdos son imborrables.
Recuerdas quien era el niño que tanto te admiraba y que estaba deseando que llegará el fin de semana para estar contigo, y así poder ir a tu huerto a pasar la tarde contigo y a que me enseñarás todo lo que sabías?
Recuerdas al nieto al que venías a visitar a diarío y con el que disfrutabas contándole tus batallitas?
Yo lo recuerdo, cada día, cada lugar, cada momento, cada conversación, cada imagen... te echo de menos.
Es curioso lo que nos puede hacer la vida. Un hombre tan fuerte como tu eras, resultaba muy raro ver cuando tu cuerpo dijo basta y no podías mas que estar sentado o tumbado. Por lo menos recordaré siempre la última vez que te vi caminar, la última vez que saliste a la calle a dar un paseo, recuerdas con quien fue, verdad? Eso nunca se olvida.
Después de la perdida de movilidad, y aún ingresado en la clínica, tu nos demostraste a todos que la alegría nunca se pierde. Es algo que no se olvida. Tenías a tanta gente a tu lado en aquella sala, cada cual con una cara más larga, y tú, aun sabiendo como estaba la cosa, estabas tan alegre, intentando contagiar esa alegría a todo el personal, contando chistes, haciendo gracias... yo nunca te había visto con tanto sentido del humor. Aún tumbado en tu cama, sin poder controlar tu cuerpo, con tantos dolores que no quiero ni imaginar, y negando estar mal solamente para no preocupar a los demas y intentar poner una sonrisa en cada cara ajena. Tus ganas por dejarnos el mejor recuerdo posible hicieron frente al sufrimiento, y creeme, lo has conseguido. Eres un hombre admirable.
Recuerdo cuando llegué con mi madre una tarde y al vernos hiciste un gesto de felicidad, porque tu cuerpo no te permitía mas. Miraste a mi madre, ella te pregunto que a ver si la reconocías. Dijiste su nombre. Luego te pregunto a ver si me reconocías, pero no dijiste nada. Todos en la sala estaban callados, mirándole. Mi corazón se derrumbó. Una de las personas a las que mas quiero y aprecio de este mundo, ya no era capaz de reconocerme. La persona que hubiese dado todo por mi, ya no era capaz de acordarse de mi cara. Fue lo último que se te oyó hablar. La vida te dio otro palo quitándonos tu voz. Mirar tus ojos era como mirar un mar de lagrimas. Querías decir tantas cosas... y no podías.
Pero un día por la mañana los llantos de mi madre me despertaron. Te habías ido, y nunca te volveremos a ver, pero siempre estarás en nuestros corazones.
Y ahora como despedida, y con mis ojos y mi cara empapados en lágrimas, recuerda, que aunque no estés, aquí nadie te olvida, y el vacio que has dejado no creo que nunca se pueda llenar.
Te quiero abuelo.