Sexy MotherFucker escribió:@gynion depende de como sea el momento de la quema.
Por un lado, si le pago y ve como arde su tiempo invertido, lo mismo evoluciona hacia el deasapego material, en el sentido de que logra percibir que en tercera dimensión (plano terrenal) toda energía física es temporal, incluída la aplicada a retener objetos en el tiempo.
Se libera de hacer esfuerzos por darle sentido al plástico, silicio, cartón y papel que le rodea, concetrándose sin él buscarlo en ascender espiritualmente.
Si además le digo que por el dinero que le pago, apadrino a un niño muerto de hambre del tercer mundo, seguro que se la suda.
Y que ultimadamente Cozumel es un alma libre que le molaría hacerse un selfie conmigo en una hoguera friki.
Sin más.
No hay cuchara.
Entiendo que pueda parecer otra cosa, pero no soy una persona especialmente apegada a las posesiones materiales y valoro mucho más las experiencias que los objetos físicos, ya que dentro de éstos sólo tengo cariño a los objetos de ocio, es decir, aquellos que me aportan una experiencia.
Con una relación de 15 años, valoro mucho el tiempo que comparto por ejemplo con mi pareja y las cosas que hacemos juntos, por encima de las que he podido disfrutar por separado, por mucho que me guste encerrarme en la game room y pasar una tarde a mi aire, que me encanta y lo hago muy a menudo.
Al respecto de las posesiones materiales, no me gustan los coches, no me gusta la ropa... De hecho, no me gusta nada de los que este tipo de posesiones representan socialmente para muchas personas.
En cuanto a las experiencias, es que ni siquiera los videojuegos son mi afición preferida. Rivalizan con el cine y con la literatura y muerden el polvo con la principal, viajar. Quizás porque viajo con mi pareja. Igual que me gusta entrenar porque también es una afición que compartimos.
Sí soy muy exquisito con el lugar donde vivir porque soy relativamente asocial y tengo tolerancia cero con las personas, así que estoy a gusto viviendo en un lugar donde las molestias, por ejemplo de vecinos, no son pocas, sino que directamente son ninguna.
En fin, con esto ya tienes para un prólogo de mi biografía; yo ya estoy trabajando en la tuya