@Noader es que eso, son diferentes formas de vivir la afición, todas válidas y compatibles.
Yo estuve muchos años coleccionando, pero llegó un punto en que el hecho de poseer cosas del medio dejó de llenarme emocionalmente más allá del hardware, y siendo consecuente algo habrá que hacer, y ahora prefiero gastarme ese dinero en otras cosas. Jugar videojuegos voy a seguir jugando probablemente toda mi vida, el cariño seguirá siempre presente, simplemente cambio la forma de aproximarme a ellos, nada más.
Disfruto mucho viendo colecciones como la de Cozumel, con su forma que dice tener de vivir la afición encerrándose en un cuarto y transportándose a los 80/90, el cuidado que pone en la preservación del material, etc. Pero cuando salgo del hilo la sonrisa se me borra y prevalece mi realidad, la cual no considero mejor ni peor, ni menos inmersiva ya que me sumerjo en ella tan apasionadamente como él pueda hacer; la "única" diferencia es que yo dejo de darle valor a la posesión y la acumulación, y me centro exclusivamente en la experiencia, y en pasar el testigo a las nuevas generaciones de coleccionistas/exploradores.
Be water.
Cozumel escribió:Y alguien que empezó a «retrogamear» hace 5 años pues es un neófito arrastrado por la moda, como tantos otros.
¿Pero y por qué necesariamente tienen que verse arrastrados por alguna moda? Que sin duda los habrá, postureo hay en todos los hobbies, ¿pero no puede haber también MUCHOS chavales que hayan nacido en el año 2000, les gusten los videojuegos, y estén PROFUNDAMENTE interesados en explorar el pasado de su afición? Es que eso es equivalente a decir que los chavalucos que vean cine negro de los años 40 son unos inverbes, y lo mismo les apasiona tanto que tienen un conocimiento del copón bendito muy por encima de cinéfilos de 80 años porque quieren dedicarse a dirigir, escribir guiones, etc.
El retrogaming no nos pertenece a los treintañeros y cuarentones, ni nuestra forma de vivir la afición es "superior", el único grado que nos da la experiencia es que nos llevaremos a la tumba la vivencia de aquellos tiempos, y la mayor práctica jugando éstos, que ultimadamente esto no tiene porqué traducirse en mayor habilidad, nada más.
Cuando nos muramos vendrán otros que harán lo mismo y posiblemente mejor.