-Consola tecnológicamente obsoleta. Desfasadísima comparada con Xbox 360 y PS3.
-Escaso potencial gráfico demostrado en los juegos hasta ahora. Inferiores a lo mejor de Cube y por debajo de la antigua Xbox.
-Juego online testimonial por el momento. Servicios online reducidos a gilipolleces en función de diversos canales. Canal tiempo, canal opinión, ¿hay videochat?, ¿hay chat de voz?:o
-Catálogo pobre, basado fundamentalmente en títulos de Nintendo y con una línea de títulos bastante enfocada al “casual gamer” (party games) que no me atrae casi nada, y menos jugando solo la mayor parte del tiempo.
-Precio excesivo de los juegos de la Virtual console.
-No existe la posibilidad de jugar en red local (LAN) que yo sepa.
-La consola no es compatible con el freeloader de Game Cube, al menos cuando la compré y sin chips.
-No es region free (que yo sepa, cuando la compré y sin chips).
-Muchos títulos multiplataforma (Ps3, Xbox 360 y PC) no podrán ser llevados a Wii (no puede mover el Unreal Engine 3.0)
-No hay un cable VGA para la Wii, sólo de componentes. En principio no se pueden aprovechar los monitores de PC.
-Wii no soporta más de 480P de resolución cuando el resto de consolas llegan a soportar hasta los 1080P. Wii se ve del asco en un LCD pese al cable de componentes. Curiosamente, mejora en un televisor de tubo.
-Wii no es un reproductor de DVD video. Es una funcionalidad de la que no se dispone y se use o no esta función, no es de recibo perder tal posibilidad. En el apartado multimedia es una consola más de Nintendo. Exclusivamente para jugar.
-Su precio, para lo que realmente es, es caro. Es una consola, prácticamente idéntica a Game Cube (que cuesta menos de 60€ nueva) con un mando novedoso.
En definitiva, con Wii me aburría jugando salvo cuando tenía compañía, no quería comprarme ningún juego, los gráficos de sus juegos futuros me daban grima, el mando me resultaba incómodo en ciertos juegos y, en general, me ha parecido la consola más decepcionante que he tenido jamás. Un sacacuartos de Nintendo merced a un marketing brutal que nos ofrece una Game Cube con estética Ipod y un mando curioso pero que, pasados siete días, se convierte en una Game Cube con un mando que no aporta prácticamente nada. Al menos se reinventan con el Wii fit y su tabla para mantener el chiringuito abierto, porque ¿hasta cuándo puede durar una consola con ese hardware sin sacar periféricos que puedan volver a enganchar al público?.