En mi opinión, están haciendo lo correcto. Se nota un salto gráfico respecto a las anteriores entregas de Dreamcast, pero contenido, con coherencia: el juego se debe sentir cómo Shenmue, no como algo totalmente ajeno a la franquicia.
Obviamente los gráficos han mejorado lo indecible durante estos 17 años, pero sacar un portento gráfico a estas alturas alejaría demasiado a Shenmue III de sus hermanos pequeños, y creo que la intención de su creador es que esta nueva entrega siga formando parte de un "Todo", como si fuese el paso lógico de la saga, como si el vacío de estos últimos 3 lustros no hubiese existido.
Eso, y un presupuesto limitado, claro.
Esto está hecho para los fans, no creo que se le tenga que dar más vueltas. Demasiados juegos han venido a demostrar que los gráficos no son lo más importante, rasgarse las vestiduras por ello es absurdo.