Hay algo que nadie está teniendo en cuenta y es que con la enorme crisis que se avecina peor que una posguerra en los próximos años poca gente va a poder permitirse comprar juegos antiguos, y mucha gente desgraciadamente se va a ver obligada a malvender sus colecciones, lo que va a hacer que la burbuja del coleccionismo retro reviente.
Con un paro del 30% en los próximos meses y un más que posible rescate europeo que va a obligar a recortar salarios y pensiones se avecina una economía de subsistencia donde los videojuegos van a pasar a un quinto plano.