42 años. Yo me enganché a esto algo tarde. A finales de los 80 con el auge de los micro ordenadores y las primeras consolas que llegaron por estos lares tuve mi primer acercamiento. En mi clase eran muchos los que ya poseían una NES, tanto la original importada por SPACO como clónicas (diría que la cosa estaba al 50%), y fue en ese momento donde vi y probé por primera vez un videojuego. Pero por algún motivo no me llamaron la atención, yo era más de jugar con muñecos y cochecitos, aquellos extraños aparatos no me interesaron lo más mínimo.
Cómo anécdota, mi abuela, que solía visitarnos muy a menudo, ya por aquel entonces quiso regalarme para mi cumple la que habría sido mi primera videoconsola, pero yo lo rechacé...
También en esa época fue mi primer contacto con el mundo arcade, mi padre era amigo del dueño del salón recreativo del barrio, y un día que paseando por la zona se acercó a saludarlo, el hombre tuvo a bien el dejarme echar una partida a una de las muchas máquinas que había en el local, no recuerdo cuál de ellas fue, pero si sé qué dure poco... xD
Ya entrados en los 90 se me hacia más difícil para mí ignorar los videojuegos, mis visitas a casa de amigos poseedores de videoconsolas eran cada vez más frecuentes, así como mi acercamiento a los arcades, no a los salones recreativos como tal porque era todavía demasiado pequeño para visitar esos antros, pero en aquella época era muy común que en los bares hubiera al menos una máquina arcade, y fue en uno de estos, muy frecuentado por mis padres, donde descubrí dos juegos que me marcaron profundamente; Final Fight y su Majestad, Street Fighter II. Sobre todo al primero, al que procesaba auténtica devoción, casi llegando a rozar la ludopatía. Era un paquete, y rara vez conseguía pasar del primer nivel, pero joder si lo disfrutaba...
Corría el año 92 y yo cada vez lo tenía más claro, quería una videoconsola. Recuerdo la visita aquí en Barcelona al "Holywood Cars", un evento donde reunían los coches más famosos del cine y la televisión; El coche fantástico, el Delorean, el ECTO- 1 de los Cazafantasmas... un sitio muy chulo la verdad, pero no fueron esos autos lo que más acapararon mi atención de aquel día, sino una pequeña sala de ocio dentro del mismo local donde tenían unas flamantes Megadrive en unas vitrinas, tuve la suerte de poder pegarme unas partidas al Castle of Illusion, y fue toda una experiencia.
También por aquellas fechas me pude comprar con mis ahorrillos mi primera revista de videojuegos, la Hobbyconsolas número 8, la cual traía una cinta VHS que lo cambiaría todo, y es que "El cerebro de la Bestia" estaba apunto de desembarcar en el viejo continente. Un acontecimiento que no pasó desapercibido para los chavales de la época.
Ya por aquel entonces en mi clase había varios afortunados poseedores de una Megadrive, y yo lo tenía claro, tenía que convencer a mis padres fuese como fuese, quería una Super Nintendo.
Mis padres veían esos "comecocos" como algo muy nocivo para los niños (y en parte, no les faltaba razón), me costó mucho convencerles, pero esas navidades, y contra todo pronóstico, ya que yo esperaba una Game Boy (la cual llegaría al año siguiente) los Reyes Magos me trajeron una flamante Super Nintendo con el mítico pack que incluía el Super Mario World y el Street Fighter II, acompañada por cierto de un CRT de 14", para que los nenes pudieran jugar sin molestar a los papás. Una locura, el mejor regalo que me han hecho nunca.
También mis visitas a los salones recreativos empezaron a ser cada vez más frecuentes, eso sí, de manera clandestina, mis padres me hubieran matado de enterarse. Y con ello dije adiós a la semanada... xD
El resto, ya es historia...