Hace muchos años, en mis tiempos mozos, asistí a la típica manifestación estudiantil. Aparte de sentirme como en un encierro donde el toro era un señor con casco y porra, vi algo que se me quedó grabado: un antidistubio diciéndonos por lo bajini "no corráis, que es lo que quieren".
Cuento esto porque aparte del hecho obvio de que hay mucho gilipollas con placa que le gusta aporrear con su simbólico falo de goma por quién sabe qué trauma sexual reprimido, mi teoría es que fomentar la violencia es una de las tácticas que se buscan en este tipo de actuaciones para poder justificarse. Si sale bien, tienes en los medios a los manifestantes tirando piedras y a la opinión pública apoyando la carga. Si sale mal, bueno, pocas veces he visto una carga sin manifestantes rompiendo algo, aunque sean los 4 tontos de siempre, esta creo que es la primera, así que parece que el invento funciona. Pero esta vez se les ha ido de las manos y ha quedado en evidencia lo poderosa que puede ser la actitud pacífica al no seguirles el juego. En vez de ir otro día a atropellarlos como dice un forero, hay que hacer exactamente lo mismo: actitud pacífica para que queden otra vez en evidencia, la opinión pública se ponga en su contra y empiecen a rodar cabezas de una santa vez en las altas esferas en este país.