lo primero, es el catálogo de juegos (juegos propios AAA pero también apoyo de las Thirds).
Luego otras cosas también muy importantes, como son, la potencia o specs de la consola, su mando (que como comentan por arriba, si es un mal mando puede arruinar la experiencia jugable, no es lo mismo jugar a un buen juego con un buen mando que con un mal mando), el formato de la consola (en el caso de las clásicas, el formato cartucho estaba muy bien).
¿A qué me refiero con todo esto?
pues si te coges la Neogeo, es una máquina recreativa en casa, una placa de recreativa metida en una carcasa de consola pero... tiene poca variedad en el catálogo de juegos comparado por ejemplo, con el de la Super Nintendo.
Así que la potencia no lo es todo, pero también importa. Te coges la NES y la SNES, y se nota un salto en el colorido, en el sonido, en los sprites, en la I.A. de los enemigos, etc en los juegos.
En una consola clásica importa eso.
En una consola moderna de hoy en día importan más cosas: como el Online, su contenido y sus precios, el precio de sus juegos, las cosas que puedes hacer con la consola (que ya no sirve sólo para jugar, es un centro multimedia) y creo que no me dejo nada.
La potencia sin catálogo no sirve de nada, pero es peor que no tenga catálogo y tampoco potencia (como es el caso de la Wii U).
Lo del mando que arruina la experiencia, podría poner como ejemplos, los mandos de consolas como el de Dreamcast, el primero tocho de la Xbox, el de Atari Jaguar...
y como ejemplos de ergonomía y mandos perfectos, mandos como el de Super Nintendo, Sega Saturn, PS1 (el digital sin analógicos), el mando de Xbox 360 o el mando Pro Controller de la Wii U.
en la época de los 16 bits, tenías una SNES y una Mega Drive y estabas "lleno" por sus catálogos de juegos tan variados. Y eso que habían otras consolas en el mercado, como las NEC PCEngine o la Neogeo (aunque está prohibitiva por su precio, sobre todo por los precios de sus juegos).
Hoy en día, tienes una PS4, X1 y Wii U, y no estás lleno. Es es mi sensación. Y eso que vamos para 3 años de generación (4, en el caso de la Wii U). Se ha perdido la "magia" de Nintendo y Sega por el camino
y ya no hay esa inocencia y esas ganas por todo, de la década de los 80/principios de los 90 (en general, no sólo en los videojuegos, también en el cine).