Esta situación a mi me recuerda un poco a lo que hizo la lisasú y sus acólitos allá por el año del señor de 2019, en julio más concretamente, cuando usando lo arcano que tiene todo lo que hay alrededor del número 7, lanzaron unas piedrecitas que aunque no igualaban lo que alcanzaban las de los azules, hacían que muchos fantaseáramos con que terminarían llegando a la cúspide del “procesador que hay que montar si a uno le gustan los jueguicos”(tm).
Ahora el enemigo a batir tiene el color verde, porque el azul va como puta por rastrojo, olvidados ya los placeres que daba cuando era la que estaba más buena de todo el puticlub. Los verdes son duros y tienen un ejército de máquinas a las que enseñaron a imaginar, algo bastante inaudito en el momento que ocurrió porque nadie pensaba que una máquina conseguiría soñar, pero últimamente están demasiado descentrados porque el dinero se ha acumulado demasiado en los libros y en las mentes. Los rojos de lisasú han entrenado sus propios robots asesinos y aunque se sabe que van a perder la escaramuza, esta vez puede que la victoria de los verdes sea pírrica.
Todo dependerá del dinero, el mismo elemento que debilita a los verdes y que puede que haga que lo de hoy no sea una reminiscencia de aquel momento veraniego pretérito de hace casi 6 años. Puede que la codicia contrarreste el empuje de los terminators recién entrenados para la guerra, esta tarde haremos análisis de lo sucedido durante la batalla.