Toni300 escribió:Mi post anterior, para poner este en contexto:
LAS CLAVES DEL FRAUDE, PUNTO POR PUNTO:
hilo_se-lia-en-venezuela_2320180_s2600#p1755128909Y actualizo hoy, con nueva info:
LA NOCHE DE LAS ACTAS 'PERDIDAS' EN VENEZUELA. CRONOLOGÍA DE UN FRAUDE.Última hora de la tarde del Domingo 28 de Julio. Colegios electorales ya cerrados. Ya deberían estar publicándose los resultados. Pero el CNE no da señales de vida. Algo raro pasa:
EL PAIS, Juan Diego Quesada, Bogotá - 04 ago 2024 - 06:00 CEST. Colaboración de Maolis Castro.
[...] a Jennie K. Lincoln, la directora para las Américas del Centro Carter, una de las pocas organizaciones autorizadas a realizar una misión de observación el día de las elecciones, le sorprendió la quietud en el CNE, situado en un edificio en el centro de Caracas, en una plaza con un busto de un Simón Bolívar que mira de espaldas. Ella observaba sus salas enmudecidas a través de una pantalla desde el hotel Renaissance, donde aguardaba con su equipo de diez personas más. Llevaban un mes preparando este día. Se habían reunido con los equipos de los dos candidatos, habían verificado el sistema, dispuesto otro pequeño comando en otras partes del país. Habían revisado encuestas que repasaron con escepticismo. Y, llegado este momento, no entendían muy bien lo que pasaba. No había pantallas con datos, números, gráficas que suben o bajan en función de la información que va llegando. Solo cinco sillas vacías en una sala desierta. Lincoln nunca ha vivido antes una situación parecida, ni en Brasil ni en Colombia, las últimas elecciones que había observado. A las diez de la noche ya debería haberse hecho público el escrutinio final, pero nadie decía nada. Se vivían horas de confusión. Lincoln bajó al restaurante del hotel a por comida. La noche iba a ser larga.
Venezolanos esperan su turno para votar durante las elecciones presidenciales el 28 de julio de 2024 en Caracas. Alfredo Lasry R (Getty Images)
No dejan entrar testigos al edificio de la autoridad electoral, cuando la ley lo permite. Imagino que, tras ver los pésimos resultados, cunde el pánico en el gobierno, y están decidiendo qué hacer:
Delsa Solórzano intentaba acceder al edificio de la autoridad electoral. Alrededor, tres anillos de seguridad. Estaba a punto de hacerse de noche y seguidores chavistas empezaban a llegar, convencidos de que habían ganado, a pesar del mutismo de las autoridades. Solórzano, mano derecha de María Corina Machado, representante ante el CNE de la oposición, intentó entrar durante todo el día, como estipula la ley. Como no le dejaban, avisó a los del Centro Carter, a los observadores de la ONU. “Señorita, no puede entrar. No hay sillas...”, le dijeron. “No importa”, contestó ella, “no me importa estar parada”. No hubo respuesta a eso. Le escribió un mensaje de resignación a Machado, encerrada en ese momento en su oficina de campaña. “Insiste, pero tranquila”, le responde de vuelta. Estaba cerca de darse el primer boletín y Solórzano no iba a ser testigo.
Fuerzas armadas venezolanas impiden el paso a ciudadanos que exigen ser testigos para el cuento de votos tras el cierre de las urnas, en Caracas, el 28 de julio. Enea Lebrun (Reuters)
El gobierno oculta las actas. No quiere mostrarlas. Las actas certifican los votos reales. Son muy complicadas de trucar. Las imprime una máquina. Y las firman los componentes de cada mesa electoral. El CNE las recibe electrónicamente. No hay ningún impedimento técnico que impida publicarlas:
Entonces, empezó la confusión por las actas. El sistema de voto venezolano, de acuerdo a los expertos, resulta fiable, difícil de trucar. Su diseño, si se sigue paso a paso, evita trampas. Supera en fiabilidad y tecnología a los del resto de la región. Aplica una identificación biométrica de los electores, pero se evita que el CNE sepa cómo votó cada persona al separar los datos de los ciudadanos. Al acabar se imprime una constancia en papel que el votante verifica y deposita en una urna. Al final de la jornada, la máquina primero imprime un acta con el resultado —ante testigos electorales— y después manda los datos por teléfono o satélite al centro de cómputos. Si algo fallara, ahí está la impresión. El problema es que en muchos centros por todo el país no dejaban ver el acta a la oposición y la información se enviaba a Caracas. El resultado ahí reflejado no estaba manipulado, no era posible, pero al no verlo, no había manera de corroborarlo.
Dos fragmentos de una de las actas —un acta completa tiene seis o siete veces más contenido
Y en este punto ocurrió algo que el gobierno no se esperaba: La oposición, curtida a base de años de triquiñuelas del gobierno, estaba preparada. Ya se olían el percal. Así que habían movilizado a miles de personas para, una vez acabadas las votaciones, hacer copias de las actas y publicarlas:
Solórzano y Machado estaban preparadas. Habían distribuido 90.000 personas por toda Venezuela con la misión de recibir esas actas, fotografiarlas y enviarlas a un equipo de la oposición que las informatizaba. Semanas atrás habían diseñado una página web sencilla, limpia, fácil de consultar, donde comprobar el resultado. Los opositores, en este tiempo, siempre habían sido superados en mañas y tretas por los chavistas, expertos en guerrilla electoral desde los tiempos de Chávez. A fuerza de derrotas, habían aprendido. Llegaron al día entrenados. Se producen, por tanto, dos conteos simultáneos. El del CNE —que no puede verificarse en ningún sitio porque los datos no están desglosados por ciudades y municipios― y el de la oposición, que poco a poco crece en evidencias. “Estábamos preparados para algo. Queríamos dejarlo clarito”, se decía la gente de Machado.
Delsa Solórzano. Wikipedia.
Tras cuatro horas de deliberaciones del gobierno (lo que daría más de uno por saber lo que ahí se habló), el CNE dice (sin aportar datos de ningún tipo) que Maduro ha ganado. Dicen que han recibido un supuesto "ataque informático" que les impide publicar más datos. Ojo porque, el supuesto "ataque informático", sólo afecta a la web que publica los datos, no al sistema que recibe los votos. Es decir, que tenían las actas pero no podían (o no querían) publicarlas. Sin embargo, han tenido toda una semana para montar otra web en la que publicarlas. Y no lo han hecho. La oposición, con menos medios, lleva publicando actas desde la primera noche:
El primer boletín se retrasa cuatro horas. Amoroso, pasada la medianoche, ya 29 de julio, habla de una victoria de Maduro, 51,2% frente a Edmundo González, 44,2%. Después dirá que ese retraso se produjo por un ataque cibernético, el fiscal agregará que se ejecutó desde Macedonia del Norte (el Gobierno de ese país lo niega). Nunca quedará claro cómo ese hackeo afectó a las actas, y si ese es el motivo último de que estén ocultas a día de hoy. Lincoln, del centro Carter, aguardaba en el hotel a que las mostraran, quería ver los datos. Siete días después, son las 18.30 en Atlanta, la ciudad en la que vive y a la que regresó desde Caracas, hace 25 grados y hay previsión de lluvias, y todavía no ha visto las actas.
Nicolás Maduro celebra su victoria en el Palacio de Miraflores la noche del 28 de julio, en Caracas. Alfredo Lasry R (Getty Images)
Medianoche de Domingo: Elvis Amoroso, autor de las inhabilitaciones a la oposición, y nuevo presidente del Consejo Nacional Electoral de Venezuela, sale con un papel en la mano diciendo que Maduro ha ganado. Ese papel no es el que imprime el sistema de recogida de votos. Es un documento hecho a mano en su despacho:
Y así pasaron unos minutos después de medianoche. Amoroso salió con un papel en la mano y anunció a Maduro como ganador. Después se sabrá que ese documento que sostiene en sus manos debería haber salido de la sala totalizadora, una habitación en la que se imprimen solo los resultados, la suma es automática, pero que en realidad se imprimió en su despacho. A Gloria, la señora que vive sola, le salió del alma gritarle al televisor: “¡Nos robaron!”. Escuchó otras voces de indignación en la calle y se asomó. Pronto empezarían a sonar las cacerolas.
Manifestantes queman distintos objetos durante una protesta contra la reelección del presidente venezolano Nicolás Maduro la madrugada del 29 de julio en Caracas. Getty Images.
Imagino que el gobierno está prefabricando actas manipuladas a marchas forzadas. Imprimirlas no es el problema. El problema es que han de ir casa por casa a "pedir" a los componentes de cada mesa electoral que las firmen. Y claro, eso lleva su tiempo.
Aquí el reportaje completo:
https://elpais.com/america/2024-08-04/l ... zuela.html