Este sí que es un juego maravilloso. Aún salvando las distancias, la diferencia con Dragon Age Inquisition es tan grande, que este The Witcher 3 me hace recuperar la esperanza en esta industria y que no era yo quien estaba perdiendo la pasión por este hobby, sino que simplemente no había jugado últimamente a títulos de verdadera calidad.
Llevaré jugadas algo así como 5 horas, desde que llegué del trabajo hasta ahora y he disfrutado todas y cada una de ellas como hacía tiempo que no podía hacerlo. Nada más empezar, ya es evidente que no estamos ante un videojuego cualquiera, la atención que CDPR por el detalle me recuerda al de Rockstar por sus juegos. Me he sentido como un puto brujo acabando con la dama del mediodía, leyendo con atención su descripción en el bestiario, preparando el aceite adecuado para impregnar mi espada de plata y demás aspectos. Queda claro que las misiones secundarias rayan al mismo nivel que las principales y no da la impresión, afortunadamente, que cualquier encargo sea un absurdo, ni que tú seas un recadero cualquiera (ay, Dragon Age).
El combate me ha parecido dinámico y divertido, por lo que nada puedo reprocharle al juego en este aspecto. Y gráficamente, si bien es cierto lo del stuttering que dicen, tampoco puedo decir que me resulte especialmente molesto, esperando, eso sí, que para el futuro lo arreglen.
Lo dicho, la primera impresión no ha podido ser mejor. Como muchos ya habéis dicho, el solo hecho de pensar que estamos ante el inicio del juego, que estamos simplemente empezando a abrir una pequeña ventana a un mundo bastísimo, nos debe obligar a felicitar y, sobre todo, agradecer a CD Projekt Red lo que ha logrado con este juego. Para mí, de lo mejor que he jugado en años casi con toda seguridad.