El juego es increíble, el núcleo jugable es una auténtica maravilla y con dos añadidos "simples" como el doble salto y el wallrunning, además de los Titanes, aportan un soplo de aire fresco enorme.
Pero al juego se le nota, en muchos aspectos, que es una toma de contacto. Y es que, comparándolo con otros exponentes del género del panorama actual, se queda muy atrás en cosas como el número de armas (aquí son pocas y muy mal equilibradas, Carabina R-101C por doquier), el número de modos (cinco, extremedamente parecidos y con muy poca variedad), una personalización nula y con la que no notas ninguna progresión o apego a tu personaje/cuenta además de añadirle rejugabilidad (ni emblemas, camuflajes, avatares, etc.), elementos básicos que se han dejado por el camino por las prisas (partidas privadas, resaltar de forma especial a la gente que juega en tu grupo, selección del mapa que quieres buscar o, al menos, sistema de votación). Ni se me ocurre echarle en cara que sea solo multijugador o su campaña sea un pufo, puesto que la filosofía del centrarse en el multijugador online me parece totalmente loable, pero sí que creo que le faltan capas de profundidad y de contenido que aporten horas de juego con experiencias que sigan sorprendiendo.
Con esto quiero decir que en Battlefield, las situaciones contextuales que se pueden montar en las partidas son muchísimo más amplias que en Titanfall, dando siempre lugar a la sorpresa. El principal problema de TF es que, pese a que es el frenetismo y la diversión en estado puro, la sorpresa inicial (muy grande, eso sí) se termina diluyendo demasiado rápido y se cae en una rutina sin sorpresas demasiado pronto. Y esto no lo hace menos divertido, ojo, pero sí que esperaba algo más.
Si nos retrotaemos a Call of Duty 4, el último título de Respawn Entertainment (como IW, claro) lo hacía todo mucho mejor, con mucho más contenido y marcando un camino casi inmejorable. Lo que tenemos en Titanfall es una experiencia muy pura y muy básica. Un diamante en bruto con un núcleo muy rotundo pero al que le falta mucho pulimento y mucho añadido para, en mi opinión, poder ser EL SHOOTER, que es a lo que apuntaba. Y con esto no quiero decir que esté lejos de la excelencia, de hecho si tuviera que ponerle una nota sería un 8,5.