M@tu escribió:Mr.Threepwood escribió:Recalcando lo que he puesto en negrita, simplemente no suele haber gente con tanta capacidad de imaginación, y de saber aplicarla adecuadamente, haciendo de paso que el jugador flipe / se emocione como nunca. Sólo unos pocos privilegiados son capaces de hacerlo, y Fumito Ueda es uno de ellos.
En resumen, que no es cosa facil, tío. Que estosproyectos cuestan de hacer mucho más que cualquier otra superproducción (No hablo de manera económica, que también tiene su peso), porque los desarrolladores de ideas en las empresas de videojuegos no son muy capaces de hacer algo así. Y si hacen algo parecido y peor, lo tacharían de copia burda y barata al original.
Yo creo que hay algunos más, aparte de Ueda, que hacen (o han hecho) juegos diferentes a la mayoría. Son los que, históricamente, se han ariesgado y han conseguido que el mundo de los videojuegos evolucione, y a la vez han dejado su impronta personal en sus creaciones. Ahí tienes a Carmack, Molyneux, Kojima, y muchos otros. Talento hay, eso seguro. Lo que creo que falta es que se arriesguen más, y eso es cosa del que pone el dinero, no del creador.
De todas formas, una cosa voy a decir. Team Ico ha hecho dos juegos, y ha dejado bien claras cuáles son sus constantes: básicamente la sensación de desolación y soledad en un entorno que se nos antoja inabarcable, poco o ningún diálogo y/o interacción de personajes que no se entienden verbalmente entre sí, poquísimos personajes, ausencia de violencia explícita, paleta de colores muy parecida, etc... El tercer juego parece que va en la misma dirección. Yo creo que repetir tanto la fórmula puede cansar a la larga, o puede que llegue el momento en el que el chicle ya no se pueda estirar más y se acabe la creatividad, aunque también creo que en Team Ico tienen talento de sobra para prevenir y evitar ese problema. En el caso de esta gente, el hecho de que sus desarrollos se alarguen tanto en el tiempo es algo positivo, sin duda. Positivo para el juego, pero no para nosotros, que tenemos que sufrir las largas esperas.