Bueno, respecto a lo del destino, no creo en ello, y lo vi a intentar demostrar con una historia muy antigua que me sé.
Estoy en la parada del autobus, y pueden ocurrir dos cosas.
Que me monte o que no me monte.
Sinó me monto no pasa nada, pero si me monto pueden ocurrir dos cosas.
Que conozca a una chica o que no conozca a una chica.
Sinó la conozco no pasa nada, pero si la conozco pueden ocurrir dos cosas.
Que nos enamoremos o que no nos enamoremos.
Sinó nos enamoramos no pasa nada, pero si nos enamoramos pueden ocurrir dos cosas.
Que nos casemos o que no nos casemos.
Sinó nos casamos no pasa nada, pero si nos casamos pueden ocurrir dos cosas.
Que tengamos hijos o que no tengamos hijos.
Sinó tenemos hijos no pasa nada, pero si los tenemos pueden ocurrir dos cosas.
Que sea niño o que sea niña.
Si es niña no pasa nada, pero si es niño pueden ocurrir dos cosas.
Que se haga militar o que no se haga militar.
Sinó se hace militar, no pasa nada, pero si se hace pueden ocurrir dos cosas.
Que vaya a la guerra o que no vaya a la guerra.
Sinó va a la guerra no pasa nada, pero si va pueden ocurrir dos cosas.
Que lo maten o que no lo maten.
Sinó lo matan no pasa nada, pero si lo matan pueden ocurrir dos cosas.
Que vaya al cielo o que vaya al infierno.
Si va al cielo no pasa nada, pero si va al infierno pueden ocurrir dos cosas.
Que haga frío o que haga calor.
Si hace frío no pasa nada, si hace calor
Una cocacola por favor.
Enga, nos vemos.