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2pac4ever escribió:McQuein escribió:2pac4ever escribió:Jojojo qué raro no estar metido en una listita de posibles lobos....pero qué equivocados estáis.
Eso significa que si que eres lobo y deberíamos meterte en nuestras listas???
Lo decía porque ya me han metido en un par de ellas y sin argumentos.
2pac4ever escribió:McQuein escribió:2pac4ever escribió:Jojojo qué raro no estar metido en una listita de posibles lobos....pero qué equivocados estáis.
Eso significa que si que eres lobo y deberíamos meterte en nuestras listas???
Lo decía porque ya me han metido en un par de ellas y sin argumentos.
Eric Draven escribió:Vuelvo a decir que rayo es lobo si o si.
Hispalense escribió:"Vengo del colegio/universidad/curro/casa de los suegros/puticlub y habéis escrito la biblia"
¿Cuántos lobos hemos puesto esto en la historia de Villalobos? Le preguntaré de MisterChip por el porcentaje de aldeanos/lobos.
McQuein escribió:Eric Draven escribió:Vuelvo a decir que rayo es lobo si o si.
Por fin una acusación con base y argumentos sólidos!
Axenstar escribió:McQuein escribió:Eric Draven escribió:Vuelvo a decir que rayo es lobo si o si.
Por fin una acusación con base y argumentos sólidos!
mira! igual que la que me han hecho a mi jajajaj que dice hispalense algo y ale, a seguirle todos, claaaro, como tiene el símbolo de los avengers pues tendrá que ser bueno.... os la está colando pero bien colada...
Axenstar escribió:Bueno yo voy a editar mi voto a hispalense, fue el primero k dijo de votarme a mi... mas lobo imposible
Axenstar escribió:jajajajajaj en fin, ahora me entero de que pongo mensajes en mayúsculas para pasar desapercibido xD y eso de que pida que me votéis a mi... en fin... menos cegera y mas saber leer entre lineas pls
Hispalense escribió:Axenstar escribió:Bueno yo voy a editar mi voto a hispalense, fue el primero k dijo de votarme a mi... mas lobo imposible
Primero nos íbamos a reír, invitando al voto.
Ahora reculas y cambias
Axenstar escribió:Hispalense escribió:Axenstar escribió:Bueno yo voy a editar mi voto a hispalense, fue el primero k dijo de votarme a mi... mas lobo imposible
Primero nos íbamos a reír, invitando al voto.
Ahora reculas y cambias
y tanto que os reís, pero el que reirá el ultimo voy a ser yo cuando salga quemado hoy
Hispalense escribió:Sikus escribió:Ya que hoy voy a morir, ALL IN A NAN!!!!
Otro qué tal baila, de 4 frases que ha dicho en toda la partida, 5 contienen "NaN".
Y ya sabéis lo que pasa cuando Sikus no está en plan cacique...
Axenstar escribió:jajajajajaj en fin, ahora me entero de que pongo mensajes en mayúsculas para pasar desapercibido xD y eso de que pida que me votéis a mi... en fin... menos cegera y mas saber leer entre lineas pls
2pac4ever escribió:Y ese voto Danaang? Por algo en especial?
danaang escribió:2pac4ever escribió:Y ese voto Danaang? Por algo en especial?
Tienes más pelo que chiwaca xDD
Parace quer que los lobos son más viejos de lo que pensábamos...
2pac4ever escribió:danaang escribió:2pac4ever escribió:Y ese voto Danaang? Por algo en especial?
Tienes más pelo que chiwaca xDD
Parace quer que los lobos son más viejos de lo que pensábamos...
Vamos, que votas por votar.
2pac4ever escribió:Reiven, un lobo lo votó en una votación dónde con un solo voto puedes palmar. Qué puede ser lobo, pero no lo veo jugándosela de esa manera.
Eric Draven escribió:La cosa está así:
Si Hispa es Lobo --> 2pac tb
Si Rayo es lobo --> Zholvax lo es también
Eric Draven escribió:La cosa está así:
Si Hispa es Lobo --> 2pac tb
Si Rayo es lobo --> Zholvax lo es también
Eric Draven escribió:Como ya he dicho, de esos opto por Rayo. Me juego la paga extra de los funcionarios.
2pac4ever escribió:Eric Draven escribió:La cosa está así:
Si Hispa es Lobo --> 2pac tb
Si Rayo es lobo --> Zholvax lo es también
Si cualquiera de esos es lobo yo TE ASEGURO QUE NO LO SOY.
Eric Draven escribió:Como ya he dicho, de esos opto por Rayo. Me juego la paga extra de los funcionarios.
McQuein escribió:Eric Draven escribió:La cosa está así:
Si Hispa es Lobo --> 2pac tb
Si Rayo es lobo --> Zholvax lo es tambiénEric Draven escribió:Como ya he dicho, de esos opto por Rayo. Me juego la paga extra de los funcionarios.
Sigo sin entender ninguna de tus acusaciones... Aún no se por que se supone que soy lobo
Eric Draven escribió:Por tu comportamiento a la hora de votar y lo sabes. Skelzer decia lo mismo cuando le pillé.
Eric Draven escribió:
Haganme caso señores, si dudan, Rayo es una buena opción.
Eric Draven escribió:La cosa está así:
Si Hispa es Lobo --> 2pac tb
Si Rayo es lobo --> Zholvax lo es también
Hispalense escribió:Eric Draven escribió:La cosa está así:
Si Hispa es Lobo --> 2pac tb
Si Rayo es lobo --> Zholvax lo es también
Siendo sinceros, no veo la relación entre 2pac y yo (aparte de sexual).
Hispalense escribió:Eric Draven escribió:La cosa está así:
Si Hispa es Lobo --> 2pac tb
Si Rayo es lobo --> Zholvax lo es también
Siendo sinceros, no veo la relación entre 2pac y yo (aparte de sexual).
Joder Aska...
Menos tocho sobre tu vida y más razones de por qué me votarías a mí o a Nutne.
Aska escribió:Las razones las dí todas anoche en posts que no leyó ni Cristo, supongo (creo que danaang sí los leyó, pero vaya).
Quien quiera motivos, que vaya atrás en el hilo hasta ayer por la noche y lea xDDD
Y los que me quieren quemar a mí que se apliquen el cuento y den motivos, por que veo mucho lobo interesado en salvarse.
skelzer escribió:Hola a tod@s:
Bueno, la pregunta responde exáctamente al punto donde me encuentro ahora mismo. Quiero dejar claro que no huyo de problemas y que no estoy pensando en el suicidio, aunque lo que tengo pensado si supone un riesgo que prefiero no calcular y dejar en manos del destino, por así decirlo.
Os haré un breve resumen de mi vida. Acabé la carrera (y con bastante buena nota) hará unos 8 años. Fui elegido de entre todos los de España para una beca de trabajo fuera (creo que sólo concedían tres), sin embargo y a pesar de que mi sueño siempre había sido llegar a lo más alto y salir de España, decidí quedarme porque tenía una relación estable.
Comencé a hacer entrevistas y demás y algunas salieron bien y otras mal. Recuerdo un estúpido - no se me ocurre otra forma de llamarlo - que me rechazó porque - palabras textuales - mi nota era demasiado elevada y podría generar envidias entre los compañeros, por lo que no encajaba en el perfil de lo que buscaban. Más tarde hice otra entrevista en la que me seleccionaron para el puesto de trabajo pero que finalmente tuve que rechazar porque... el ambiente no terminaba de convencerme (y porque que te llame el que va a ser tu jefe un viernes a las 22.30 de la noche mientras estás cenando con la pareja y te diga si te echas unas partidas al FEAR...).
Finalmente me decidí a optar por opositar, como no, para profesor. No fue por rascarme la barriga, ni mucho menos. Ni por vocación. Fue el ver que a mi madre, tras más de 35 años trabajando desde los 14 (por aquel entonces todo era muy diferente) la largaron de la empresa porque un grupo francés había absorbido la delegación aquí en Alicante. Todavía puedo recordar sus ojos llorosos en la manifestación por la liberación de Miguel Ángel Blanco, donde lo hablaba con mi pareja de entonces.
El caso es que pasaron un par de años y aprobé la oposición. La verdad es que aunque en su día me pareció complicado, tras ver a compañeros que se encierran y demás, se puede decir que lo mío fue un camino de rosas. Aunque esto lo puedo decir ahora.
La historia ya es la típica. Mi pareja y yo comenzamos a ahorrar para el piso, etc. Y aquí es donde comienza todo a venirse abajo. Antes de este momento, yo era una persona... no feliz del todo, porque tenía algunos sueños que no se cumplirían, como el de irme a trabajar al extranjero, pero tenía otras ilusiones: nuestro hogar, viajar, construir mi propia recreativa... Me ecantaba también la tecnología. Me compré un GPS cuando por aquí todo el mundo pensaba que había que abonarse a algún operador para poder usarlos, PDAs, consolas, etc.
Cuando tuve dinero para hacer todo aquello, todo perdió valor. De ahorrar para conseguir algo y valorarlo, ahora no apreciaba nada. Compraba, vendía, etc.
En fin, pasaron los años y llegó el momento de buscar nuestro hogar, tras casi 9 años juntos. En enero de 2008 nos habíamos decidido por un piso y, bueno no puedo contarlo en detalle, pero el del banco me dijo que había que firmar urgentemente un papel por parte de ambos. La cosa estaba en que mi pareja de entonces estaba trabajando en otra provincia por lo que le envié el documento por correo electrónico para que lo imprimiese y me lo enviase firmado por FAX (el del banco dijo que no había problema con esto). De modo que se lo envié a su cuenta de Hotmail y, sin maldad, entré en su cuenta para comprobar que lo había recibido, pues por aquel entonces había correos que tardaban días en llegar, no sé el porqué.
El caso es que entré y junto con mi correo recién enviado vi otros correos de alguien con quien yo sospechaba pasaba algo raro. Violando su intimidad, lo cual lamento, leí sus correos y descubrí que cuando nos despedíamos ella no se iba a su casa, más bien se iba a ver al susodicho. En fin, fue la mejor forma de empezar el año. Aún recuerdo que no podía respirar y opté por ponerme Prodigy, jejeje (ahora me río, pero en su día...). La llamé al día siguiente y bueno, por lo menos lo reconoció, aunque tardó o le costó.
Total que después de lo sucedido falleció mi abuelo dos semanas después. Todo mi futuro, por así decirlo, se iba derrumbando. Dos meses después, con lo que tenía ahorrado, tomé la peor decisión de mi vida: comprarme un coche. Pero no uno cualquiera, uno que superaba con creces mis posibilidades económicas y que me tuvo endeuado por unos 3 años. El coche en cuestión superaba los 40000 €. Se puede decir que este fue uno de los mayores errores de mi vida.
Todo siguió adelante. Mi pareja, que ya no sabía si lo era o no, se puede decir que luchó por mí, pero yo no podía confiar en ella. Total que parece ser que se me notó mucho en mi trabajo. Mi trabajo... por aquel entonces yo les daba una cuenta de GTalk a mis alumnos para resolver posibles dudas, fuera la hora que fuera. Una noche, antes de irme de viaje con mi pareja para hacerle el rodaje al coche, una de mis alumnas estuvo hablando conmigo. Al principio fueron dudas, pero luego empezó a preguntarme otro tipo de cosas, más bien de la vida. No penséis que fue una conversación obscena ni nada de eso. Era simplemente del futuro, de la vida, etc. Estuve hablando con ella hasta las 4 de la madrugada.
Al día siguiente, de viaje con mi pareja, le comenté lo de la charla y me dijo que aquello no era normal. Yo la verdad es que no lo vi tampoco nada excesivamente raro, simplemente, hablamos de temas que no tenían relación con la materia que impartía, pero tampoco es que fuera nada íntimo. Bueno, aquí empezaría el segundo error de mi vida.
La alumna y yo seguimos hablando hasta que acabó el curso. Cuando terminó surgió la cuestión de vernos. Sin embargo, ni ella lo veía bien ni yo lo veía bien. Tampoco creo que fuera malo, pues ya no era alumna mía. El caso es que yo no sabía qué hacer y pedí consejo a mis amigos. La mayoría coincidieron en que había que vivir la vida y, dado que yo siempre he sido muy correcto, muy de cumplir la ley, las normas, etc. Decidí dar una oportunidad a una nueva forma de ver la vida, siendo un poco más libre.
De modo que quedamos. Una vez y otra. Al final, hicimos un viaje y ahí ella descubrió que se sentía culpable por meterse en una relación de pareja. De modo que a la vuelta del viaje decidimos separarnos. Sin embargo, para mí todo dejó de tener sentido.
Volvió el curso y con él, ella. Le dije lo que sentía y comenzamos una relación o aventura. Estúpido de mí, no paraba de decirme que aquello no iba a ningún sitio. Es decir, estaba con ella por lo que sentía (no sabría decir si atracción física o algo más) pero mi razón me decía que aquello no iba a ningún sitio. El caso es que una vez más todo el mundo me decía que había que vivir la vida y en ello seguí.
Era octubre de 2008. Tenía una relación con mi ex-alumna y una amistad con mi ex-novia. Mi pareja entonces, mi ex-alumna, no lo veía mal. De hecho, me decía que confiaba en mí plenamente. Tanto, que le propuse algo para poder disfrutar más tiempo juntos ella y yo. Me independizaría y así podríamos pasar más tiempo juntos. Sin embargo, no podía hacerlo solo, pues arrastraba un préstamo por el coche que se comía buena parte de mi nómina. De modo que hable con mi ex-novia y le propuse compartir piso, tanto ella como mi pareja en ese momento, la ex-alumna, lo vieron bien. Otro gran error.
Recuerdo su rostro de pánico y decirme que se sentía culpable de haberme transformado en aquello. Sinceramente, ahora creo que ambos fuimos culpables de destrozarnos a nosotros mismos.
Seguimos adelante, aunque ya no quedaba mucha mecha que quemar. Hubieron tres momentos más en los que yo perdí el control de mis emociones, hasta que todo terminó. Básicamente era cuando ella decidía terminar la relación. Finalmente se terminó. Yo decidí ir al psicólogo, algo que ella no aprobó, pese a que me acompañó. La idea de que yo era un maltratador le parecía absurda. Simplemente, fuimos dos personas que nos consumimos. Ella me reconoció que llegó a pensar cosas horribles para hacerle a mi ex-novia y a mi ya ex-compañera.
Fue una relación en la que hubo amenazas, chantajes emocionales, desequilibrio emocional, etc. No obstante, he contado sólo lo peor, pues también hubo momentos muy buenos.
Como decía... terminó. Entonces me di cuenta de que en algunas personas en las que yo pensaba que podía confiar... Bueno, decidí irme a Irlanda un par de semanas yo solo y estando allí decidí irme un poco más arriba. Me fui a Islandia. Volví... diferente, pero no recuperado del todo, pues seguía viendo a mi primera ex-novia, que para aquel entonces estaba pendiente de otro.
Total que volví de viaje y estaba solo, por así decirlo, aunque mi primera ex-novia estaba por ahí en mis pensamientos y la ex-alumna también. Bueno, el caso es que un 21 de agosto de 2010 me llama un amigo para ir a la playa con un grupo de gente. La verdad, no me apetecía nada. Sin embargo, él insitió. Ya en mi casa supuse que era porque no tenía quien le llevara y decidí ir.
Bueno, el caso es que llegamos allí, a la playa, y rápidamente una chica se me presentó ella misma: "hola, soy ..., ¿y tú?". Me llamó bastante la atención que se dirigiera a mí así. Recuerdo que la vi mirándome en algún momento y luego, bueno, me invitó a jugar al Twister con otros y al final me dio su teléfono, sin yo pedirlo. Me quedé sorprendido, pues es la primera vez en mi vida que percibo atracción por parte de alguien (soy bastante malo para darme cuenta de eso).
Total, que empezamos a quedar. Nos intercambiábamos mensajes ciertamente bonitos e incluso un día, a principios del mes de septiembre, la acompañé a las fiestas de su pueblo. Allí me dijo lo mucho que significaba eso para ella. Y la verdad, viendo las lágrimas en sus ojos... Me sentí muy feliz, pues pensaba que una persona que con un gesto tan simple sintiera tal emoción me hacía sentir muy bien, como he dicho.
A los pocos días, me envió un mensaje diciéndome que me quería. Sin embargo, yo no podía dar crédito, pues apenas nos conocíamos. Pensé que sería más una ilusión más que otra cosa. Y de hecho, por una confusión que tuvimos a los pocos días, me decía que si ella no me interesaba que no tenía ningún problema que se iba. La verdad, me chocó. En fin, seguimos conociéndonos, pero había algo que no me cuadraba a mí.
Para ella había que comenzar una relación y conocerse en ella. Para mí, era necesario una amistad y ver dónde llegaba todo. Total, que hicimos una mezcla. Yo empecé a preguntarle por situaciones hipotéticas por ver como actuaría y ella también. Sí, es estúpido, pero yo no quería cagarla de nuevo. Aunque no lo parezca, lo había pasado muy mal. Además, en el grupo que nos movíamos me habían llegado rumores de que iba buscando a alguien y que se fijó en mí por el simple hecho de ser profesor, lo que "presupone" cierto estatus social. Además, yo había visto algunas cosas en su FB al respecto de su primer novio que me extrañaban un poco.
De modo que yo no lo veía claro y, aunque cada vez las conversaciones eran más y más largas, los mensajes más bonitos comenzamos a salir en no sé qué momento entre septiembre y noviembre. En principio fue todo muy pasional, pero a mí ya me cansaba un poco, pues quería hacer otras cosas, como mantener conversaciones y demás, no quería que la relación se convirtiese en sexo únicamente.
Además, quería ir con pies de plomo y, en cierto modo, me sentía mal haciendo el amor con ella, pues no tenía del todo claro dónde nos iba a llevar todo aquello y yo, como ella, no soy de relaciones esporádicas. Quería que la siguiente relación fuese perfecta y que ella fuese la definitiva. Y como aquello no me inspiraba mucha confianza pues yo iba con mucha cautela. Eso provocó inseguridad en ella y supongo que comenzó a desestabilizarla emocionalmente.
Por estar más cerca, ella se vino al apartemento de una amiga suya en la playa, de modo que nos podíamos ver por las noches. Hasta aquí no tuvimos muchos más problemas que los de dos personas que empiezan a conocerse y una de ellas quiere ir despacio.
Bueno, el caso es que empezaron a llegar nuestros primeros cabreos.
Recuerdo una vez cenando en el apartamento de sus padres y no sé qué pasó, pero se ve que ella se pensó que yo no sentía nada o que escondía mi
El caso es que bajó al día siguiente, sábado, y dada la casualidad que se había ido justo todo el período que duraban las fiestas de su pueblo, le pregunté si había salido, a lo que me respondió que cómo se me ocurría pensar aquello, estando su abuela en urgencias. Bueno, el caso es que le dije que me dijera la verdad o me enteraría por otros medios - la verdad es que no tenía forma de enterarme, pero viendo toda la purpurina que tenía por la cara... -. Al final me dijo que sí, que salió. Bueno, yo había estado toda la semana encerrado en casa, pensando en la relación, pensando en todo y ella de fiesta. No le di mucha importancia. Sí le pregunté, no obstante, si había visto/hablado con su ex-novio. Respondió negativamente. Bueno, pues nada, a partir de aquí ya fue todo... no tengo palabras.
Ella se iba y yo iba detrás de ella. Yo me iba y ella venía tras de mí. Vi un aspecto que no me gustó nada de ella y era otra persona, totalmente fria, pero cambiaba completamente. Algo muy raro. Pero supongo que no sería más que una máscara.
El caso es que llegó la factura de teléfono y me dijo que tenía la sospecha de que le estaban cobrando de más. De modo que miramos la factura juntos y yo me quedé con un número muy curioso, pues estaba plagado de 7s.
Días más tarde, y como tocado por el cielo, estábamos hablando de música y salió el tema del grupo de su ex-novio, que tocaba en un grupo. Le dije que me dijera el nombre para buscarlo y econtré su página y el teléfono de contacto. Que nadie piense mal, no hice nada de esto para verificar nada. El caso es que ahí estaba, un número plagado de 7s. Empecé a hacer memoria y le dije si podía ponerme la factura. Y ahí estaba. Llamadas y llamadas...
Del alma me salió un "¿como puedes ser tan zorra?" y me largué. Quizás muchos no estéis de acuerdo, pero pensé en que yo había estado en casa dándole vueltas a todo y ella con su ex-novio por ahí. Sí, ya sé que yo podría haber hecho lo propio, pero no lo consideré apropiado.
Aquel día fue horrible, me fui, volví discutimos toda la noche, seguimos por la mañana y al final tras muchas discusiones dije algo de lo que me arrentí en su momento y me sigo arrepintiendo. Le dije que aquella enfermedad que una vez había estado a punto de matarla volvería para hacerlo, puesto que una persona así no merece vivir. Es muy fuerte y, aunque ya no me produce dolor recordarlo, no me deja indiferente. Nunca había dicho eso a ninguna persona. No sé si fue todo lo acumulado o qué, pero tampoco tiene justificación. De esto, también estoy arrepentido. Evidentemente, no le deseaba ni le deseo ningún mal.
Entre medias salió el asunto de su trabajo, que le habían ofrecido trabajar en un evento. Decidió consultarlo conmigo y yo le dije que no lo veía bien para ella, pues acabaría hecha polvo. El caso es que hizo lo que quiso. Que en cierto modo está bien, pero como siempre venía diciendo aquello de que éramos una pareja y se toman las decisiones en común... La verdad es que no vi ninguna puesta en común, pero bueno.
Ella se pensaba que todas las referencias que hacía de dejarse el trabajo cuando me decía pídeme lo que quieras, algo que siempre me ha hecho gracia porque es absurdo, yo le decía lo que sabía que no iba a darme, no por nada, sino porque es que me parecía y me parece absurdo. Pero bueno.
El caso es que tras tanto cabreo por aquí y tanto cabreo por allá, un día, en su piso, estaba ella hablando con su madre y no sé qué le diría de mí. Le dije que me la pasara, que hablaría yo con ella. Bueno, entre muchas de las cosas que dijo, una fue que mi comportamiento respondía al perfil de un maltratador. Me quedé de piedra. Es decir, su hija no era una santa como yo. Y del mismo modo que, más adelante, constaté con un psicólogo que a ella también se le podrían haber puesto muchos apelativos, pero que había que llevar cuidado con las etiquetas que se le ponían a las personas, que muchas veces dejan una marca. Y la verdad es que sí.
Ya sentí que qué más daba. Total, era un maltratador. Lo más gracioso es que para ella, mi pareja, eran cosas de su madre, que no las tuviera en cuenta. Claro, unos meses antes ella busca lo de maltratador y después su madre me tilda de maltratador... Suma y sigue.
Acabó septiembre, no hablamos nada. Y a cada pelea que teníamos le poníamos solución con una gran cena, cara: marisco, vino caro... La pelota de mierda se iba haciendo cada vez más grande. Nos estallaría en breve.
De octubre a Navidades empezaron ya a suceder cosas increíbles (y no lo digo porque fueran buenas).
Recuerdo una chica de una ONG que vino a ofrecerme que me hiciera socio. La chica vino con un compañero que se llamaba igual que yo y nos dejó a ambos, a mi pareja y a mí, una dedicatoria, junto con su número de teléfono móvil.
El caso es que un día llegué a casa y vi que se había creado una cuenta de FB - la anterior se la había borrado - para buscar a la chica esta y denunciarla ante la empresa por acoso a los clientes. No daba crédito a lo que estaba viendo. Estaba bastante cabreada, incluso estaba por llamar a la propia agencia. Le dije entonces que recapacitara, que ella no era así. Le abracé y le dije que se calmara. También le dije que se desahogara y me dejó el brazo lleno de moratones. Ella dice que yo se lo pedí, pero yo digo que si no hubiera querido, no lo hubiera hecho.
Luego, en alguna otra discusión que tuvimos ella rompió un cajón de la cómoda. Lo partió por la mitad de un puñetazo o patada, no recuerdo. Este momento es cuiroso, porque ella lo rec metidos en una relación... por estar. No sabría si decir si había amor, obsesión, qué se yo... Ya no sé nada.
Una cosa muy curiosa y que ayudó a esta chica a formarse una opinión de mí de maltratador fue que en una discusión me dio por darle una palmada a la puerta del armario. Me hizo gracia porque se asustó como si fuera a hacerle algo y me quería echar. Supongo que se pensaría que estaba loco o algo así, pero simplemente me acordé de lo que todo el mundo me decía: que cuando discutía no parecia importarme demasiado puesto que no me alteraba o no ponía emoción, etc. De modo que pensé, bueno, le voy a dar una palmetada al armario para mostrar que me afecta y así lo hice. No sé, no soy de levantar el tono de voz ni de gritar (de momento, recientemente he descubierto que sí).
Después de lo del cajón... Me pregunté si yo tendría la misma fuerza que ella para romperlo. Absurdamente, la puse como una chica fuerte (la verdad es que los cajones eran del IKEA baratos) y despertó en mi la necesidad de enfrentarme contra ella en peleas y demostrarme a mí mismo que estaba por encima en ese aspecto, pues, como he dicho antes, no podría estar con alguien más fuerte que yo. Y así lo hacíamos, nos peleábamos. Yo nunca he pasado del brazo. Y ella bueno, espalda, estómago y brazos. Siempre ganaba yo, evidentemente. Y no me siento orgulloso, de modo que si alguien piensa que ya podré con una mujer, esto yo no lo pensaba así. El caso es que cuando ganaba me sentía bien durante unos segundos. Luego me sentía peor. Era como una droga, aunque parezca raro. Quería más y cada vez me sentía peor. Afortunadamente puse punto y final a esta espiral. Ella esto lo recuerda como que yo pegaba a una mujer. Sí, en cierto modo se puede ver así, pero si quiero dejar claras unas cosas. Tenía su consentimiento y la que introdujo este tipo de juegos en la relación fue ella. Nunca he llegado a esto con nadie. Y del mismo modo que yo daba, ella también daba y los puñetazos en la espalda dolían, jejeje... Sin embargo, ella dice que lo hacía por amor a mí, pero eso no es amor. Eso es no quererse a uno mismo y, por tanto, no puedes querer a la otra persona. Entiendo por qué lo hizo, pero también he pasado yo por otras cosas que ella no valora, como sus ataques de celos, sus mentiras, sus chantajes, etc.
Un último ya antes de llegar a Navidades fue un día en casa de sus padres que me llamó una amiga. Le dije que no podía quedar y que ya la llamaría. A la vuelta, me preguntó quién me había llamado y le dije que una amiga. Insistió en saber en quién era y le dije que no iba tolerar que dudara de mí cuando el que más motivos tenía para dudar era yo, después de las mentiras que ha vertido en más de una ocasión. Además, ya estaba cansado de todas la veces que cada vez que aparecía un nombre de chica como remitenten en el correo electrónico me hiciera poner el mensaje y que, alguna que otra vez, me cogiera el móvil para ver los mensajes. Ya estando en casa la discusión fue a peor. Elevó el tono de voz y se volvió agresiva. De modo que le dije que me iba y que cuando se le pasara ya volvería. Entonces se tiró sobre mí y tuve que agarrala por la espalda y pedirle que se calmara, que se estaba pasando. Se fue entonces a la habitación y sacó un libro gordo que me estaba haciendo como detalle. Lo tiró al suelo. Gracias a Dios que no me lo tiró a mí porque era más gordo que el libro de Petete. Nada, seguí por el pasillo hasta la puerta y me tiró de la bufanda, lanzándome al suelo. Me fui y me quedé fuera esperando a que se le pasara. Empezó a dar golpes, a gritar... Armó tal escándolo que subió un vecino preocupado. Le dije que una discusión. Pasó un momento y la escuché llamar a su hermana y decirle que le había dejado. ¿Dejado? Era un ataque de celos completamente injustificado. Llamé, me abrió y le dije que eso era mentira. Que contara la verdad. Que contara cómo se había puesto. No sé si llegó a hacerlo. Supongo que no.
El caso es que llegó Navidades. En principio yo iba a comer a casa de sus padres el día de Navidad. Sin embargo, culpa mía por asumir que en mi casa no se celebrearía, pues las cosas estaban muy mal en mi casa. Bastantes problemas familiares. Cuando se lo dije a mi madre un par de días antes me dijo que, aunqe no pasaba nada, toda la familia iba a venir. La llamé entonces a ella y no se lo tomó nada bien, aunque le pedí disculpas y le pedí que me disculpara ante su familia. El caso es que no sé cómo pero volvimos a discutir. Yo le envié un mensaje diciendo que esto no podía seguir así y había que acabar con la situación. Ella interpretó que le decía de acabar con la relación y me llamó gritando. No entendí nada, salvo que fuera a recoger mis cosas a su casa, erróneamente, por cierto.
Total que fui y estaba fuera de control. Me gritaba, me decía de todo e incluso amenazó con llamar a la policía, algo que me hizo mucha gracia, después de todo creo que los dos tenemos mucho para poder decir el uno del otro. El caso es que se calmó y se fue a cenar con sus padres el día de Nochebuena.
Al día siguiente, intercambiamos un par de mensajes y me llamó. Le dije que teníamos que hablar que esto no podía seguir así.
¿Alguno se habrá preguntado? Pues sí que había que hablar siempre... No, el problema es que nunca hemos hablado. Nunca.
El caso es que me envió un mensaje a las 17.30 más o menos diciendo que en terminar de levantar la mesa me llamaría e iría al piso. Y así me quedé yo... esperando eternamente. Una vez más, de otras tantas. Nunca llamó. A las 23.00 la llamé y me dijo: "¿Después de todo crees que te mereces una llamada?". Acto seguido, me dio: "Ah, mañana me voy a Irlanda dos semanas."
Le pedí hablar, me dijo que no, que la respetara. Entonces le pregunté que qué había de todas las veces que le he pedido yo tiempo, espacio para pensar y ella me ha frito a llamadas. No importó. La conversación terminó diciéndome que se pensaría si irse o no de viaje. El caso es que ya tenía los billetes comprados, como admitió más adelante.
Nada. Se fue las dos semanas. Hablamos en un par de momentos. No respondía a los mensajes. Nada. Es cuando me hacía "gracia" el pensar en todas esas veces que cuando ha sido al revés, yo sí he contestado. Pero bueno.
Llegó del viaje. Me llamó cuando lo vio apropiado, independientemente de que yo hubiera estado dos semanas llorando y encerrado en mi habitación - salvo el día de Nochevieja, que una compañera de trabajo me llamó para salir -. Total, me llamó para decirme que no era seguro hablar conmigo, me tenía miedo. Supongo que aquello del maltratador ya lo tendría asumido.
Esa misma noche le envié un mensaje con toda mi buena intención. Se me escapó un "no te permito que nos condenes a..." no dicho en el sentido de que diera una orden, sino una expresión, nada más. Me respondió diciendo que eso no se lo decía ni su padre, que se acabó y que la dejara en paz. La llamé varias veces y le envié varios mensajes. Nada. Al día siguiente llamé a su madre para ver si podía hablar con ella, pero nada. Estuve hablando con su madre y me dijo que si yo veía normal que una chica tan guapa, inteligente, que siempre le ha gustado ponerse tacones y maquillarse lo hubiera dejado todo por mí. Algo sorprendente, pues más de una vez le he dicho que se pusiera tacones y ella me decía que no, que no la estilizaban en ese momento. En fin...
Total, que pude hablar con ella. Como ella dijo, aunque me dijo que no me hablaría más, haría una excepción. La conversación no tuvo desperdicio. Ahí fue donde me dijo que una psicóloga le había dicho que yo respondía al perfil de un maltratador. Me destrozó la vida. A lo mal que yo tenía la autoestima, el concepto que tenía de mí mismo, se sumó eso. Me despidió diciendo que ya hablaríamos.
Finalmente, acabé cansado y le envié un mensaje diciendo que vale, que me iba de su vida, tampoco merecía ser tratado así, porque si diera yo todos los detalles, tampoco se podría decir que ella fuera un ángel. A fin de cuentas, yo la dejaba muchas veces llorando detrás de la puerta, pero no era eso lo que le pedía. Le pedía espacio, tiempo, que me dejera cabrearme y disculparme. Pero no, tenía que ser todo a la fuerza. Es gracioso que ella me dijo que no tenía opción a cabrearse conmigo pues que sino se terminaba la relación, pero yo no podía ir a disculparme, ir a pedir perdón. No he tenido tiempo de reflexionar sobre mis errores porque, simplemente, no me dejó. De modo que le dije que vale, que adiós y que devolviera los 2000 € que me debía, algo que ha admitido en más de una ocasión. Tras eso, le envié otro mensaje y le dije que dejara estar lo del dinero, que me daba igual.
Total, que al día siguiente recibo crucé un par de mensajes con su madre. Uno de ellos decía: "Si te has gastado ese dinero ha sido porque has querido. Has tenido casa gratis y puta gratis (así la has tratado). [...] Esto tiene un nombre y sabes cuál es...". Supongo que el del maltratador.
El caso es que yo me olvidé de ella como pude. Fui al psicólogo a recuperarme de todo porque había sido una relación más que destructiva y, sinceramente, el largarse llamandome maltratador sin tener en cuenta cómo se había comportado también ella. Al final es lo que tiene cuando llevas a una persona al límite. Y del mismo modo que ella podía desahogarse con un cajón, yo me desahogaba diciendo "tonterías", como ella. Bajo mi punto de vista, ambos habíamos hecho cosas malas.
El caso es que me compré un par de libros de autoayuda, me apunté al club de remo y comencé a salir por ahí. Me costó, pero hubieron un par de detalles que me ayudaron.
El primero de ellos fue recordar que en su día, cuando me habló de su anterior novio, resulta que también había sido un maltratador. El segundo fue ver en el FB de su hermana las fotos de ella con su ex-novio en las fiestas de su pueblo, al que supuestamente no había visto. Bebiendo y abrazados. Y mientras yo en casa como un imbécil llorándola. Total, que seguí adelante y decidí alejarme de relaciones por un tiempo.
Estamos en febrero del presente año 2012. Ya queda poco
Lo dicho, en febrero conocí a una amiga - que no pasaría de eso - y empezamos a hablar por el FB. Empezaron a suceder cosas extrañas. Día sí dia también me desaparecía de la lista de contactos. Le pregunté si era ella la que me borraba y me dijo que no. Pregunté al soporte técnico de FB y me dijeron que no había ningún problema, simplemente se estaba borrando. Al final cambié mi contraseña, no era muy complicada, y dejó de suceder.
A los pocos días me vio con un amigo y unas amigas suyas de erasmus. Y a los pocos días me envía una carta. El viernes 10 de febrero. No voy a decir que me disgustó, en absoluto.
La carta... Bueno, era volverme a decir todo lo que ella había vivido y que abriera mi mente y mi corazón. En cambio, ¿qué importaba lo que yo sintiera o cómo me hubiera sentido? Días más tarde, el 21 de febrero me llamó desde otro número. Se había cambiado el número, supongo que porque le envié esos mensajes. Es aquí donde me pregunto hasta dónde llegaría ella si yo hiciera en estos momentos lo mismo que ha hecho ella en otras muchas ocasiones, pero bueno...
El caso es que volvimos y he de reconocer que, por un momento, fue muy feliz. Sin embargo, le pregunté si se arrepentía de lo que había sucedido, si le parecía bien haberse ido a Irlanda así, sin más. Y mientras ella me decía lo bien que se lo había pasado allí yo me sentía como un imbécil, porque yo había pasado las dos peores semanas de mi vida. El caso es que me dijo que no, que no se arrepentía, que lo necesitaba. Le pedí hablar, yo necesitaba también que se me escuchara, pues toda su familia llamándome maltratador, acosador, etc. Y nada, no pasa nada. Me dijo que sí, que hablaríamos al siguiente fin de semana. Nada, ese momento nunca llegó.
De modo que dentro de mí empecé a preguntarme por qué había vuelto. En enero me llama maltratador y a las pocas semanas vuelve, ¿por qué? ¿y yo? ¿qué importaba lo que yo sintiera? Yo sólo tenía que poner buena cara y la sonrisa, aunque por dentro estuviera destrozado. Ni había tenido tiempo de asimilar todo lo que pasó y volvió con todo aquello y son mostrarse arrepentida. Ya dudaba si había vulto conmigo porque me quería o porque apareció la amiga en mi vida y, tal y como me dijo ella una vez, le jodería mucho verme feliz con otra. Ya no sabía por qué había vuelto.
Volvimos un poco a caer en la espiral de me voy, pero esta vez era un me voy de necesito más tiempo. Semanas, un mes, no lo sé. Pero nada. Además, recuerdo que no era la misma, por algo que sucedió con un viaje relacionado a Londres que tenía yo. Le dije que se viniera, algo en plan locura, que era como yo la había conocido pero salió la persona responsable, que está bien, pero yo ya no sabía qué hacer. Recuerdo que quise dejarla por lo de Londres, pero no por lo que se piensa ella de que se viniera. Simplemente... no sé, todo era diferente, parecía otra y luego estaba todo lo anterior.
En este segundo capítulo volvió a aparecer, bueno, es que no había tiempo de solucionarme a mí mismo, mi complejo de inferioridad (absurdo, por otra parte). Pero esta vez me dio por los tests de inteligencia. La verdad es que a la pobre la freí a tests de inteligencia. Pero bueno, en cierto modo, también manteníamos el cerebro despierto, por verle algo positivo.
El caso es que seguimos medio bien, aunque caímos en la rutina. Yo ya estaba cansado. Salía del trabajo para estar con ella y luego por la tarde/noche me iba a cenar con ella. Siempre me movía yo. Y además, empecé a pagar absolutamente todo. Algo dentro de mí me decía que saliera de allí, que con todo lo que había sucedido no podía seguir adelante, de modo que así se lo hacía saber. Y ella no logró entender que lo que me estaba pidiendo era que luchara contra lo que yo sentía para seguir con ella.
Yo la quería, pero necesitaba deshacer todo lo sucedido. De tal modo que cualquier cosa que no me gustaba me hacía amargarme. Yo tenía que tener para ella siempre una sonrisa. Una cosa curiosa es que durante este tiempo le habré preguntado bastantes veces qué le pasaba. Muchas veces bajaba con la cara mustia y yo venga a preguntarle y a preguntarle. En cambio, cuando era al revés... Nada, sólo quería verme una sonrisa. Y si no estaba, todo estaba mal. No pudo llegar a entender (ni lo llegará a entender) todo lo que tenía por dentro. Creo que se piensa que yo soy como una máquina que no sufre y que no tiene sentimientos, cuando he llorado tanto como ella, pero en mi casa y si algo me hubiese gustado recibir por su parte es comprensión y un hombro sobre el que llorar y desahogarme de todo lo sucedido durante estos 4-5 años en los que mi vida se ha ido al traste. Pero como llorar delante de una persona que sientes que no te escucha, que lo único que quiere es que sonrías.
Otro momento triste es cuando me cabreé con ella por cierto motivo y le pedí que se disculpara por correo. Más adelante me preguntaría qué clase de pareja es aquella que le hace a la otra disculparse por algo que ni siquiera sabe que ha hecho mal y por correo. Bueno, es muy simple es aquella que no se siente escuchada ni comprendida. Y de paso, que entienda por todo lo que he pasado yo cuando me dejó como única via de contacto el chat.
El caso es que alguna que otra discusión por aquí y por allí, llegamos al 1 de Junio. Ese día encontré un post suyo en el foro de enfemenino.com... Bueno, soltaba cada perla de mí: "inteligentemente me apartó de mi familia y de mis amistades", "me controlaba todos los movimientos"... Vamos, no podía sentir más vergüenza, ¿apartarla de su familia? Vaya, pues cuando se fue a las fiestas de su pueblo yo me quedé en mi casa, ¡menudo maltratador! ¿amigos? es curioso porque me dijo que no tenía... Es más recuerdo haberle dicho en alguna ocasión de subir a verlos y se ha negado. ¿Controlar? Sí, una vez le dije que si se había ido a algún sitio, que había movido el coche de sitio. Una vez. En fin...
Total, la mandé a la mierda. Ya estaba bien. Pero bueno, días después continuamos. Por lo menos se disculpó a su manera, diciendo que estaba desesperada y tenía que hablar con alguien, pues sus amigos no la escuchaban. En fin, no sé.
De mientras estábamos planificando un segundo viaje a Islandia: 30 días en bicicleta. En qué momento, pues es lo que ha utilizado ella para colgarme la etiqueta de no válido para ella.
Los días previos al viaje fueron un infierno. Yo en mi casa planificándolo todo, de lo cual asumo mi culpa, pues le dije que yo me encargaría de la planificación, dado que ella nos metía 100 km diarios en bicicleta. Sin embargo, no se preocupó por nada. Ni por imprimir los billetes de avión ni tan siquiere de su tarjeta sanitaria, que se tuvieron que encargar sus padres. Nada. Todo era hacerlo yo. A veces me preguntaba, ¿y si paso de imprimir los billetes? Hago como ella, llego al aeropuerto y le digo... ¿y los billetes? En fin, todo fue una mierda.
Yo estaba cabreado porque ella se iba a la playa con su familia mientras yo me quedaba en casa planificándolo todo. Llevaba días, semanas en casa que sólo hacía que planificar y ya está. De modo que le dije que no me parecía bien que ella estuviera en la playa mientras yo estuviera planificando. Sin embargo, ahora mismo, veo que hice el tonto. Total, ya que uno pringaba que el otro por lo menos disfrutara. Pero ya llevaba muchas cosas acumuladas. Demasiadas. Y en ese momento... Supongo que ella se quedó con la copla de que me molestaba que fuera a la playa... Cosas de ella.
El caso es que yo ya estaba asqueado del viaje. Le dije que no nos íbamos, luego que me iba yo pero ella no, luego que sí. Harto. No quería hacer el viaje. Por otro lado, le dije que si lo haciamos era con la condición de que me pagara más adelante la mitad del viaje, estuviéramos o no juntos. Otros 2000€ que sumados a los 2000€ que ya debía en su día hacían un total de 4000€. Aceptó.
Sin embargo, a sus padres se lo ocultó todo. Se enteraron por mí. Claro, yo no sabía nada. De modo que su madre, cuando se enteró que lo pagaba yo todo, me dijo dos cosas: la primera que le parecía muy mal que me gastara ese dinero con los tiempos que caen (aunque es mi dinero y hago con él lo que quiera, entiendo) y la segunda, la mejor, una advertencia: cuidado lo que haces con mi hija porque te la llevas con una mano delante y otra detrás, te hacemos responsable de ella allí. Bueno, esa la primera.
Luego vino la advertencia de su padre, aunque más sensato, puesto que el hombre reconocía que su hija les había dado una imagen de mí que no correspondía con la realidad de sus actos.
Entre medias de todo esto, sucedió algo que no desvelaré porque implica a otras partes de su familia y no quiero decir aquí. Aunque sí puedo decir que me llamó un día llorando y gritando que la estaba secuestrando... su propia familia. El caso es que su madre admitió que su hija estaba para ser encerrada en un psiquiátrico, que no era normal que me tuviera miedo. Y francamente, le doy la razón en lo segundo. Quizás le habría ido mejor si hubiera hecho lo que más de una vez le pedí, que me dijera las cosas. Aunque yo creo que no las decía porque le daban igual... Cuando ya le tocaban las narices, entonces las soltaba.
Total que finalmente hicimos el viaje juntos... Menudo infierno. Yo intenté que todo fuera bien. Me dije: olvídate de todo y disfruta. Y todo fue bien hasta que llegamos allí y enciendo el móvil. Sorpresa, un mensaje de su padre diciendo: "[...] espero y deseo que tu comportamiento con mi hija sea el de un CABALLERO [...]". Otra vez.
Estuve más de la mitad del viaje desquiciado. Me volví loco. La empredía a golpes con la tienda, con las bicicletas, con todo. Más de la mitad de los días resonaban esas palabras en mi cabeza. ¿Cómo me sentía? Juzgado por toda la familia, por ella. Y ella esperando que estuviera siempre con una sonrisa, independientemente que sus padres o ella me dijeran que era un loco, un maltratador, un acosador, etc.
En fin, por abreviar diré que si alguien reprodujese sólo la parte del viaje diría que estoy loco. Lo admito. Pero creo que hay que ver toda la película. Y aún queda más.
Resulta que esa voz que me decía termina la relación también me dijo en abril o mayo - no lo recuerdo - que en volver del viaje me pegaría la patada. Recuerdo una conversación - que guardo en el historial - que me decía: porque yo quiero a un <mi nombre> enfadado, alegre, triste... quiero a un <mi nombre> independientemente de las circunstancias. Entonces le dije, te recordaré estas palabras cuando volvamos del viaje y me mandes a la mierda. A lo que dijo que eso no iba a ser así, pero donde dije digo, digo diego.
Total que ella lo pasó mal en el viaje. No paraba de llorar y yo no paraba de desahogarme no sé si con ella o con todo y también llorar de rabia, de impotencia, de sentirme, como he dicho antes, juzgado por todos.
El peor día, supongo que para ella, fue un día que nos depertamos y teníamos que hacer una etapa. Sin embargo, yo quería hacer un poco el tonto con ella en los sacos, divertirme. Pero nada, se puso encima mía a darme un masaje - y aprovecho para darle las gracias por todos los que me ha dado - y llorando, de rabia supongo, dijo que así no se podía. Y ya la dije que me daba asco, que se fuera a la mierda. Sí, es cierto, es una falta de respeto, como también mentir y otros insultos que ha proferido ella. Pero yo hice un viaje para disfrutarlo con ella, para unirme más a ella. Y sus padres se encargaron de depositar la semilla que, junto con todo lo que ya tenía, estallara. La verdad es que sentí profundamente haberle dicho esto. Pero ni corta ni perezosa cogió todas sus cosas y se largó. Me dejó allí tirado, con las dos bicicletas y todo el equipaje. Pasado un tiempo salí a buscarla en bicicleta para hablar con ella y nada, no la encontré. Me llamó y me dijo que me pusiera en su lugar, pero ella podría haberse puesto alguna vez en el mío, digo yo.
¿Cómo puede una persona estar tan ciega? Del mismo modo que ha justificado ella su actitud agresiva de los cabezazos, los puñetazos, gritos... con que se sentía presionada, etc. Del mismo modo, ¿acaso no puede entender lo que es soltarle a alguien que es un maltratador, un acosador, que lo vas a denunciar, etc. y luego volver a las pocas semanas como si nada? Y volver con una carta volviendo a repetirlo absolutamente todo. Más todos los problemas que ha tenido con su hermana, con el novio de su hermana, etc. De los que seguramente ahora me haga responsable y diga que yo la... pfff... no lo sé.
En fin, llegamos del viaje y en casi dos semanas de distancia pasó decirme: "si escalas por la nieve, lo hago yo también, si te matas tú, me mato yo también". Pasé de eso a que me dijera: "te juro que hubiera dado la vida por ti". Entre eso... bueno, ya estábamos los dos desgastados. Yo ya no tenía ni ilusión por ella, ni ella por mí. La relación había muerto. Y aunque intentamos resucitarla, aunque intenté poner un día mi mejor cara, al día siguiente volvió con problemas, esta vez era la deuda del banco, de 1500€.
Más problemas. Le dije
Días después le he enviado un mensaje por FB con un documento con casi todo lo que os he contado aquí. Porque como la conozco, sé que contará ahora su verdad, para que todos vean que ha estado con la peor persona de este mundo.
Es curioso, pero con tantos viajes que he hecho con mis anteriores parejas, no he tenido más que roces. En uno incluso alquilamos una bicicleta y no pasó nada, salvo que se me quedó el culo...
He estado con una pareja durante más de 9 años y nada.
He estado con otra que podría haberme acusado de maltrato y ella misma reconoció que del mismo modo que se me podía acusar a mí, se lo podría acusar a ella de otras cosas.
Ningún problema con padres.
De hecho, recientemente, hasta la madre de mi primera novia está intentando juntarnos nuevamente, aunque yo creo que la magia que hay entre la última chica y yo no la habrá nunca.
Que cada uno saque sus propias conclusiones, si quiere. Yo, desde luego, no me considero un maltratador, ni un acosador, ni un loco, ni alguien que va entrando en las cuentas de correo para hackear... Me considero una persona con una autoestima frágil, un complejo de inferioridad, con carácter y con poca paciencia. Pero tengo muchas virtudes que, con todo lo sucedido en estos últimos años, se me han ido olvidando. Y desde luego, nunca he tenido maldad con nadie. Nunca.
Fin.
El caso es que todo este rollo para qué. No es para que nadie me juzgue. Como digo, habría que estar dentro para saber lo que cada uno ha sentido. Desde luego yo me arrepiento de mis errores, lo cual quiere decir que he viajado hacia atrás y pido perdoón por todas y cada de mis acciones que le han hecho daño a las personas. En el caso de esta última chica, le envié una carta a sus padres disculpándome por todo lo que habían tenido que sufrir, pidiéndoles perdón por todo y agradeciendo las veces que me han invitado a su casa. Me hubiese gustado que ella hubiera hecho algo similar, pero no ha sido así. Bueno, allá cada uno con su conciencia. Lo más gracioso es que es gente de Iglesia... Supongo que con ir a Misa y decirle al de turno... O eso, o peor, no siente que haya hecho nada malo, pues sólo me ha tenido amor. Lo que no sabe es que yo también le he tenido amor.
A lo que voy. Con todo esto, estoy ya cansado de todo. He perdido la ilusión por absolutamente todo. No es porque esté destrozado por ella, ni nada. En ese aspecto, como ya me mandó a freír espárragos en enero y, en cierto modo, me esperaba que pasara esto, pues eso.
El caso es que no me apetece amar más. Reconozco que he cometido errores, pero también aciertos y muchos. Y aunque aquí haya puesto sólo lo malo, hay muchas cosas buenas.
El trabajo... lo detesto. Ya no puedo, ni quiero, seguir siendo profesor. He pensado en irme al extrajero a trabajar y, aunque tengo algunas ofertas, luego pienso que es más de lo mismo.
El caso es que hay algo dentro de mí que me dice que tengo que afrontar mi destino. Y mi destino, por absurdo que parezca, es cruzar andando Islandia. Por varias razones: en primer lugar, porque lo considero un viaje de penitencia; en segundo lugar, porque me ayudará a encontrarme a mí mismo; en tercer lugar, porque me ayudará a eliminar mi complejo de inferioridad (sí, eliminar, porque tengo claro que viene porque para mí, sólo valgo para programar máquinas, en eso soy muy bueno, pero tengo la sensación de que no he hecho otra cosa en mi vida, aunque sí lo haya hecho, pero ya no lo recuerdo) y por otras razones menos reslevantes.
¿Dónde está el problema? El problema es que me tengo que enfrengar a viento, lluvia y temperaturas bajo cero por la noche. Alguno que otro ha fallecido. Francamente, no sé si sobreviviré. No es un suicido, aunque existe un alto riesgo de quedarme allí. Es por ello que estoy preparando una serie de cartas para todas las personas que han sido importantes en mi vida. Son cartas de agradeciemiento en algunos casos y de disculpa en otro.
En resumen, se trata de perdonar mi pasado y afrontar este reto, pues no puedo seguir llevando la carga de mis errores y siento que debo librarme de ellos de este modo. La pregunta es, ¿qué opináis al respecto?
skelzer escribió:Hola a tod@s:
Bueno, la pregunta responde exáctamente al punto donde me encuentro ahora mismo. Quiero dejar claro que no huyo de problemas y que no estoy pensando en el suicidio, aunque lo que tengo pensado si supone un riesgo que prefiero no calcular y dejar en manos del destino, por así decirlo.
Os haré un breve resumen de mi vida. Acabé la carrera (y con bastante buena nota) hará unos 8 años. Fui elegido de entre todos los de España para una beca de trabajo fuera (creo que sólo concedían tres), sin embargo y a pesar de que mi sueño siempre había sido llegar a lo más alto y salir de España, decidí quedarme porque tenía una relación estable.
Comencé a hacer entrevistas y demás y algunas salieron bien y otras mal. Recuerdo un estúpido - no se me ocurre otra forma de llamarlo - que me rechazó porque - palabras textuales - mi nota era demasiado elevada y podría generar envidias entre los compañeros, por lo que no encajaba en el perfil de lo que buscaban. Más tarde hice otra entrevista en la que me seleccionaron para el puesto de trabajo pero que finalmente tuve que rechazar porque... el ambiente no terminaba de convencerme (y porque que te llame el que va a ser tu jefe un viernes a las 22.30 de la noche mientras estás cenando con la pareja y te diga si te echas unas partidas al FEAR...).
Finalmente me decidí a optar por opositar, como no, para profesor. No fue por rascarme la barriga, ni mucho menos. Ni por vocación. Fue el ver que a mi madre, tras más de 35 años trabajando desde los 14 (por aquel entonces todo era muy diferente) la largaron de la empresa porque un grupo francés había absorbido la delegación aquí en Alicante. Todavía puedo recordar sus ojos llorosos en la manifestación por la liberación de Miguel Ángel Blanco, donde lo hablaba con mi pareja de entonces.
El caso es que pasaron un par de años y aprobé la oposición. La verdad es que aunque en su día me pareció complicado, tras ver a compañeros que se encierran y demás, se puede decir que lo mío fue un camino de rosas. Aunque esto lo puedo decir ahora.
La historia ya es la típica. Mi pareja y yo comenzamos a ahorrar para el piso, etc. Y aquí es donde comienza todo a venirse abajo. Antes de este momento, yo era una persona... no feliz del todo, porque tenía algunos sueños que no se cumplirían, como el de irme a trabajar al extranjero, pero tenía otras ilusiones: nuestro hogar, viajar, construir mi propia recreativa... Me ecantaba también la tecnología. Me compré un GPS cuando por aquí todo el mundo pensaba que había que abonarse a algún operador para poder usarlos, PDAs, consolas, etc.
Cuando tuve dinero para hacer todo aquello, todo perdió valor. De ahorrar para conseguir algo y valorarlo, ahora no apreciaba nada. Compraba, vendía, etc.
En fin, pasaron los años y llegó el momento de buscar nuestro hogar, tras casi 9 años juntos. En enero de 2008 nos habíamos decidido por un piso y, bueno no puedo contarlo en detalle, pero el del banco me dijo que había que firmar urgentemente un papel por parte de ambos. La cosa estaba en que mi pareja de entonces estaba trabajando en otra provincia por lo que le envié el documento por correo electrónico para que lo imprimiese y me lo enviase firmado por FAX (el del banco dijo que no había problema con esto). De modo que se lo envié a su cuenta de Hotmail y, sin maldad, entré en su cuenta para comprobar que lo había recibido, pues por aquel entonces había correos que tardaban días en llegar, no sé el porqué.
El caso es que entré y junto con mi correo recién enviado vi otros correos de alguien con quien yo sospechaba pasaba algo raro. Violando su intimidad, lo cual lamento, leí sus correos y descubrí que cuando nos despedíamos ella no se iba a su casa, más bien se iba a ver al susodicho. En fin, fue la mejor forma de empezar el año. Aún recuerdo que no podía respirar y opté por ponerme Prodigy, jejeje (ahora me río, pero en su día...). La llamé al día siguiente y bueno, por lo menos lo reconoció, aunque tardó o le costó.
Total que después de lo sucedido falleció mi abuelo dos semanas después. Todo mi futuro, por así decirlo, se iba derrumbando. Dos meses después, con lo que tenía ahorrado, tomé la peor decisión de mi vida: comprarme un coche. Pero no uno cualquiera, uno que superaba con creces mis posibilidades económicas y que me tuvo endeuado por unos 3 años. El coche en cuestión superaba los 40000 €. Se puede decir que este fue uno de los mayores errores de mi vida.
Todo siguió adelante. Mi pareja, que ya no sabía si lo era o no, se puede decir que luchó por mí, pero yo no podía confiar en ella. Total que parece ser que se me notó mucho en mi trabajo. Mi trabajo... por aquel entonces yo les daba una cuenta de GTalk a mis alumnos para resolver posibles dudas, fuera la hora que fuera. Una noche, antes de irme de viaje con mi pareja para hacerle el rodaje al coche, una de mis alumnas estuvo hablando conmigo. Al principio fueron dudas, pero luego empezó a preguntarme otro tipo de cosas, más bien de la vida. No penséis que fue una conversación obscena ni nada de eso. Era simplemente del futuro, de la vida, etc. Estuve hablando con ella hasta las 4 de la madrugada.
Al día siguiente, de viaje con mi pareja, le comenté lo de la charla y me dijo que aquello no era normal. Yo la verdad es que no lo vi tampoco nada excesivamente raro, simplemente, hablamos de temas que no tenían relación con la materia que impartía, pero tampoco es que fuera nada íntimo. Bueno, aquí empezaría el segundo error de mi vida.
La alumna y yo seguimos hablando hasta que acabó el curso. Cuando terminó surgió la cuestión de vernos. Sin embargo, ni ella lo veía bien ni yo lo veía bien. Tampoco creo que fuera malo, pues ya no era alumna mía. El caso es que yo no sabía qué hacer y pedí consejo a mis amigos. La mayoría coincidieron en que había que vivir la vida y, dado que yo siempre he sido muy correcto, muy de cumplir la ley, las normas, etc. Decidí dar una oportunidad a una nueva forma de ver la vida, siendo un poco más libre.
De modo que quedamos. Una vez y otra. Al final, hicimos un viaje y ahí ella descubrió que se sentía culpable por meterse en una relación de pareja. De modo que a la vuelta del viaje decidimos separarnos. Sin embargo, para mí todo dejó de tener sentido.
Volvió el curso y con él, ella. Le dije lo que sentía y comenzamos una relación o aventura. Estúpido de mí, no paraba de decirme que aquello no iba a ningún sitio. Es decir, estaba con ella por lo que sentía (no sabría decir si atracción física o algo más) pero mi razón me decía que aquello no iba a ningún sitio. El caso es que una vez más todo el mundo me decía que había que vivir la vida y en ello seguí.
Era octubre de 2008. Tenía una relación con mi ex-alumna y una amistad con mi ex-novia. Mi pareja entonces, mi ex-alumna, no lo veía mal. De hecho, me decía que confiaba en mí plenamente. Tanto, que le propuse algo para poder disfrutar más tiempo juntos ella y yo. Me independizaría y así podríamos pasar más tiempo juntos. Sin embargo, no podía hacerlo solo, pues arrastraba un préstamo por el coche que se comía buena parte de mi nómina. De modo que hable con mi ex-novia y le propuse compartir piso, tanto ella como mi pareja en ese momento, la ex-alumna, lo vieron bien. Otro gran error.
Todo fue relativamente bien. Digo relativamente porque mi pareja y yo sólo podíamos estar en el piso cuando mi ex-novia no estuviese en él, algo que aceptamos todos. El caso es que llegó enero de 2009 y cometí la estupidez de liarme con mi ex-novia, bueno ya lo había hecho mucho antes pero bueno, tampoco es que mi pareja y yo tuviésemos que rendirnos cuentas en aquel momento, pues estábamos comenzando. Me sentía muy mal por ello.
¿Decírselo o no? Algunos me decían que no, pero yo nunca he escondido nada. He tratado de ir siempre con la verdad por delante - y así me ha ido -. El caso es que se lo dije y... bueno, seguimos juntos, pero todo cambió, pues se volvió muy desconfiada, algo completamente normal y que comprendo. La relación se convirtió en un te dejo/no te dejo hasta que en marzo de ese mismo año, 2009, enviaron a una compañera para sustituir a un compañero que se había puesto de baja.
En el trabajo todos eran conscientes de mis problemas sentimentales con alguien - ambos decidimos ocultar la relación -. Todos me decían que terminara y que terminara, etc. Algunos me animaban a "conocer" a la compañera nueva. Total, que en marzo más o menos terminé la relación y comencé a quedar con la compañera. Otro gran error. No se puede ser más ***** que dejar a una persona porque has encontrado a otra. El caso es que no fue así sin más, pues la verdad es que la relación había llegado a un punto...
Total, por aquel entonces a mi primera ex-novia la destinaron a otro pueblo y dejó el piso, aunque siguió pagando su parte, algo que le agradezco eternamente. La compañera y yo comenzamos a quedar cada vez más asiduamente, hasta que terminamos saliendo, por así decirlo. En Semana Santa de ese año hicimos un viaje a Alemania en coche, para visitar a mi hermana.
Todo era perfecto: echaba de menos a mi primera ex-novia y a la ex-alumna. Me sentía como forzado a querer a alguien que no quería. Sin embargo, como la persona en la que me había convertido era un profundo egoísta, que sólo buscaba su propio bienestar, sin tener en cuenta el de los demás, pues... no lo vi.
A la vuelta del viaje yo no podía seguir. No podía olvidar a la ex-alumna. Todo me recordaba a ella. Entonces, mi compañera me animó a volver con ella. A contactar y volver con ella. Y al final, por allá por junio, cuando me enteré que se marchaba le envié un correo electrónico. Le dije que si le parecía bien, que me diera un toque. Y así lo hizo.
Resumiendo, volvimos. Qué gran error por parte de ambos. Ese mismo verano nos fuimos de viaje a la Selva Negra en coche. Aquí es cuando empieza la peor parte de la historia. Yo ya no estaba bien, no estaba a gusto conmigo mismo. En el viaje mi comportamiento fue el de un amargado. Además, no paraba de tener problemas con el coche (y yo que me lo compré porque era de los más fiables). Hubo muchas discusiones entre ella y yo. Recuerdo que en una de esas discusiones, circulando a unos 215, me cogió el volante para girarlo y... En fin.
Ya por septiembre mis amigos me avisaban de que aquello sólo podía ir a peor, pero yo no les hice caso. Seguimos y las discusiones eran cada vez más frecuentes y más subidas de tono. Me gritaba, me amenazaba con suicidarse... En fin. Hasta aquí yo siempre había sido de hablar las cosas con calma, algo que crispa a mucha gente, a mis ex-parejas especialmente, pues pensaban que no me importaba lo suficiente como para cabrearme. Sin embargo, es que nunca he sido así.
Bueno, la cosa siguió y en enero de 2010 le regalé un viaje, cutre pero dentro de mis posibilidades económicas, a Escocia. Volvimos y la relación ya solo iba a peor. Y aquí es donde comienzo un comportamiento del cual me avergüenzo.
Una noche salimos a cenar y me advirtió que si teníamos problemas, cogería y se largaría. De modo que le dije que yo así, bajo presión, no iba a ninguna parte. Di media vuelta y me dijo que no. Al final, llorando me pidió que parara el coche y eso hice. Paré en un descampado de mala muerte. Amenazó con bajarse, pero no lo podía consentir, pues yo era la última persona con la que la habían visto y si le pasaba algo... No sé si fue o no una paranoia, pero yo no quería que le pasara nada y con ello arruinar mi vida (egoísmo absoluto). Total, ella lloraba y gritaba yo le dije que ya estaba bien. Que llamaría a su madre o a la policía pero que yo allí no la dejaba, que si quería la dejaba en casa y luego que se fuera a dar una vuelta. Nada, gritos y más gritos y al abrir la puerta yo le golpeé en el brazo. Estallé. No pude ni controlar mis emociones, ni mi rabia, ni nada. Era la primera vez en mi vida que me sucedia aquello (bueno, siempre he tenido peleas de estas de broma en plan... pero eso era consentido por ambos, jejeje).
Recuerdo su rostro de pánico y decirme que se sentía culpable de haberme transformado en aquello. Sinceramente, ahora creo que ambos fuimos culpables de destrozarnos a nosotros mismos.
Seguimos adelante, aunque ya no quedaba mucha mecha que quemar. Hubieron tres momentos más en los que yo perdí el control de mis emociones, hasta que todo terminó. Básicamente era cuando ella decidía terminar la relación. Finalmente se terminó. Yo decidí ir al psicólogo, algo que ella no aprobó, pese a que me acompañó. La idea de que yo era un maltratador le parecía absurda. Simplemente, fuimos dos personas que nos consumimos. Ella me reconoció que llegó a pensar cosas horribles para hacerle a mi ex-novia y a mi ya ex-compañera.
Fue una relación en la que hubo amenazas, chantajes emocionales, desequilibrio emocional, etc. No obstante, he contado sólo lo peor, pues también hubo momentos muy buenos.
Como decía... terminó. Entonces me di cuenta de que en algunas personas en las que yo pensaba que podía confiar... Bueno, decidí irme a Irlanda un par de semanas yo solo y estando allí decidí irme un poco más arriba. Me fui a Islandia. Volví... diferente, pero no recuperado del todo, pues seguía viendo a mi primera ex-novia, que para aquel entonces estaba pendiente de otro.
Total que volví de viaje y estaba solo, por así decirlo, aunque mi primera ex-novia estaba por ahí en mis pensamientos y la ex-alumna también. Bueno, el caso es que un 21 de agosto de 2010 me llama un amigo para ir a la playa con un grupo de gente. La verdad, no me apetecía nada. Sin embargo, él insitió. Ya en mi casa supuse que era porque no tenía quien le llevara y decidí ir.
Bueno, el caso es que llegamos allí, a la playa, y rápidamente una chica se me presentó ella misma: "hola, soy ..., ¿y tú?". Me llamó bastante la atención que se dirigiera a mí así. Recuerdo que la vi mirándome en algún momento y luego, bueno, me invitó a jugar al Twister con otros y al final me dio su teléfono, sin yo pedirlo. Me quedé sorprendido, pues es la primera vez en mi vida que percibo atracción por parte de alguien (soy bastante malo para darme cuenta de eso).
Total, que empezamos a quedar. Nos intercambiábamos mensajes ciertamente bonitos e incluso un día, a principios del mes de septiembre, la acompañé a las fiestas de su pueblo. Allí me dijo lo mucho que significaba eso para ella. Y la verdad, viendo las lágrimas en sus ojos... Me sentí muy feliz, pues pensaba que una persona que con un gesto tan simple sintiera tal emoción me hacía sentir muy bien, como he dicho.
A los pocos días, me envió un mensaje diciéndome que me quería. Sin embargo, yo no podía dar crédito, pues apenas nos conocíamos. Pensé que sería más una ilusión más que otra cosa. Y de hecho, por una confusión que tuvimos a los pocos días, me decía que si ella no me interesaba que no tenía ningún problema que se iba. La verdad, me chocó. En fin, seguimos conociéndonos, pero había algo que no me cuadraba a mí.
Para ella había que comenzar una relación y conocerse en ella. Para mí, era necesario una amistad y ver dónde llegaba todo. Total, que hicimos una mezcla. Yo empecé a preguntarle por situaciones hipotéticas por ver como actuaría y ella también. Sí, es estúpido, pero yo no quería cagarla de nuevo. Aunque no lo parezca, lo había pasado muy mal. Además, en el grupo que nos movíamos me habían llegado rumores de que iba buscando a alguien y que se fijó en mí por el simple hecho de ser profesor, lo que "presupone" cierto estatus social. Además, yo había visto algunas cosas en su FB al respecto de su primer novio que me extrañaban un poco.
De modo que yo no lo veía claro y, aunque cada vez las conversaciones eran más y más largas, los mensajes más bonitos comenzamos a salir en no sé qué momento entre septiembre y noviembre. En principio fue todo muy pasional, pero a mí ya me cansaba un poco, pues quería hacer otras cosas, como mantener conversaciones y demás, no quería que la relación se convirtiese en sexo únicamente.
Además, quería ir con pies de plomo y, en cierto modo, me sentía mal haciendo el amor con ella, pues no tenía del todo claro dónde nos iba a llevar todo aquello y yo, como ella, no soy de relaciones esporádicas. Quería que la siguiente relación fuese perfecta y que ella fuese la definitiva. Y como aquello no me inspiraba mucha confianza pues yo iba con mucha cautela. Eso provocó inseguridad en ella y supongo que comenzó a desestabilizarla emocionalmente.
Por estar más cerca, ella se vino al apartemento de una amiga suya en la playa, de modo que nos podíamos ver por las noches. Hasta aquí no tuvimos muchos más problemas que los de dos personas que empiezan a conocerse y una de ellas quiere ir despacio.
Bueno, el caso es que empezaron a llegar nuestros primeros cabreos.
Recuerdo una vez cenando en el apartamento de sus padres y no sé qué pasó, pero se ve que ella se pensó que yo no sentía nada o que escondía mis sentimientos. El caso es que se avalanzó sobre mí y me tiró al suelo. Caí mal y por poco me doblo la rodilla. Me estuvo doliendo unos días, pero bueno. La verdad es que me quedé sorprendido. Recuerdo que le dije si estaba loca, que qué pretendía con aquello a lo que me dijo que quería comprobar si era capaz de sentir algo.
Otro de ellos fue un día que estaba yo trabajando en mi casa - ya me volví de casa de ex y me quedé con mis padres - y le dije que no sabría si podría quedar, que tenía mucho trabajo. El caso es que a eso de las 21.00 le envié un mensaje y le dije que me pasaba que fuera al mercadona y comprara cena y preservativos. A lo que ella respondió diciendo que quién me creía que era ella, que no era una cualquiera y que adiós muy buenas. A lo que yo le dije que había interpretado mal mi mensaje, que por favor, recapacitara y antes de terminar, me llamara y lo aclararamos.
Bueno, más de uno pensara que lo de los preservativos... El caso es que se lo dije porque unos días antes me dijo de comprar y le dije que no, que había más cosas además del sexo. Se cabreó, pues se pensó que no quería o no me gustaba hacer el amor con ella. De modo que se lo dije esperando que se alegrara, aunque de hecho, no pensaba hacer nada aquella noche, pues estaba cansado del trabajo.
En fin, estuvimos días sin hablar. Y llegado el fin de semana, vi que colgó en su FB unas fotos saliendo de fiesta. Me sentó bastante mal, la verdad. Le envié un mensaje y le dije que si eso era lo que quería, pues se acabó. No dijo nada. A los pocos días era mi cumpleaños y opté por llamarla y hablar. Y al final hablamos y continuamos.
¿Por qué opté por llamarla? Muy sencillo, porque la ex-alumna me felicitó el cumpleaños con un mensaje ciertamente preciso. Y me hizo ver que era absurdo estar enfadado. Por eso decidí llamarla. Bueno, también porque la echaba de menos, lógicamente.
Uno más fue un día que me llamó y dado que yo seguía viendo a mi primera ex-novia - por la cual ya no sentía nada y no quería nada más que una amistad, aunque a muchos les suene raro -, me dió un ultimátum: o mi primera ex-novia o ella. Yo le dije que la quería a ella y no a mi ex-novia, pero que no podía hacerme elegir llevando apenas 3 meses. Me dijo que se acabó.
Al día siguiente me sentí bastante mal y decidí llamarla hasta que... llegué a mi casa de trabajar y vi que tenía un mensaje de su hermana en mi FB. Menos bonito, me llamaba de todo. Como era capaz de hacerle eso a un ser humano, que era horrible, que su pobre hermanita... En fin, un mensaje curioso. Cambié de opinión y no la llamaría. Finalmente me llamó por la noche y ya pudimos hablar y arreglar las cosas.
A la par de todo esto, yo me estaba viniendo abajo. Mi autoestima se estaba extinguiendo y es que tengo una autoestima frágil. Siempre que íbamos a su casa su madre la ponía por las nubes. Entiendo que una madre se sienta orgullosa de su hija, pero ya era un martirio porque era siempre lo mismo: mi hija es un ejemplo, a mi hija la quiere todo el mundo, mi hija es muy conocida, mi hija... Una tras otra. Esto se unió a otras cosas que ella decía y recuerdo que ya me vi como un post-it en su espalda. Llegué a pensar que me estaba haciendo un favor por estar conmigo, de modo que comencé a decirle comentarios como que yo también valía mucho como persona y a menospreciarla a ella cuando me hablaba de algunas cosas de su pasado.
Total, que ya se empezaba a fraguar el cemento. De modo que decidí poner algo de espacio y hacer algo que hasta entonces no había hecho, salir por mi cuenta con otra gente. Y ahí conocí a otra chica, aunque esta ni me atrajo, ni estaba dispuesto a reemplazar a mi pareja por nadie. Sin embargo, seguí saliendo con el grupo más que nada porque no me pasara lo que ya me había pasado anteriormente: que cuando se termina una relación te ves solo.
Por desgracia, esto a ella le hizo bastante daño. Como estúpido que fui le conté lo de la chica. No significaba nada, pero quería ser transparente. Tanto, que no me di cuenta de que era peor contarlo que callarse. Supongo que fueron unas semanas muy difíciles para ella.
En marzo de 2011 encontró trabajo y se trasladó a un piso cerca de casa de mis padres. Antes de eso yo le advertí que no iba a irme con ella, pues me parecía muy pronto. Sin embargo, ella accedió a sabiendas de que estaría sola en el piso. Bueno, pues se vino y... todo parecía ir bien. Pero como he dicho antes, el cemento se estaba fraguando.
Mi autoestima ya no estaba y la de ella... supongo que comenzaba a extinguirse. Recuerdo haberle dicho unos meses antes de acabar la relación porque yo la consideraba más fuerte y... Me diréis que soy imbécil o machista, pero yo no me veo con una chica más fuerte que yo. Y dado que no tenía autoestima, pues... el primer paso para querer alguien es quererse a uno mismo.
Total, que llegaron los problemas más gordos. Yo cada vez que algo no me gustaba, me iba por la puerta diciendo que se había terminado, aunque en realidad lo que quería era tiempo para pensar. Entonces ella lloraba, se tiraba al suelo, se arrastraba y me suplicaba. No lo soportaba. No soportaba que llorara ni que me tratara como si yo fuera Dios. Sólo quería salir, venir a mi casa y pensar con claridad. En cambio, me llamaba, me enviaba mensajes y al final le contestaba. DE tal modo que mi proceso natura de desahogarme quedaba cortado. Y supongo que se iba quedando ahí.
He de decir que no me siento nada orgulloso de ese comportamiento de salir huyendo de los problemas. Nunca antes había sido así, pero estaba en un momento de mi vida - ahora lo veo claro - en el que sólo pensaba en mí mismo y no me ponía en la piel de la otra persona. Ahora que escribo estas líneas me doy cuenta de todos los valores que he ido dejando por el camino y de lo ciego que he vivido creándome para mí una burbuja en la que era feliz, mientras personas a mi alrededor sufrían y yo, simplemente, no podía hacer nada por ellas, pues consideraba que no hacía nada malo. Este es otro gran error de mi vida.
El caso es que tanto ir y venir provocó en ella un desequilibrio emocional. Las discusiones que teníamos acababan por llevarla a pegarse cabezazos contra la pared del dormitorio. Ella me comentó que siempre había sido así, siempre se había autoinculpado, pero yo le dije que aquello no podía ser, que tenía que cambiar esa forma de desahogarse.
Bueno, y cambió a algo que yo no había visto jamás. Al llegar a su casa un día, tras no recuerdo si una discusión por teléfono o no, abrí la puerta de su habitación y allí estaba ella, llena de cortes en el pecho y con un cuchillo en la mesita de noche. Nadie podrá comprender lo que sentí en aquel momento. En cierto modo y aunque parezca extraño, sé que ella era la mujer de mi vida y estaba convencido de que los problemas durarían unos pocos meses o quizás un par de años y luego seríamos felices, pues ambos lo merecíamos, ya que nuestras vidas están escritas con una parte importante de sufrimiento. El caso es que todo aquello se me vino abajo. Yo no me vine más abajo porque no podía, pero creo que en ese momento empecé a desestabilizarme yo. Pensé en que yo no quería una mujer así para mis hijos y pensé en irme, pero tampoco creo que eso sea amar. No era más que una dificultad y ella se comprometió a ponerle solución yendo a un psicólogo.
El caso es que unos días o semanas más tarde tuvimos una discusión por teléfono. Dadas las horas, le dije de dejar la conversación para el siguiente día. Siguió y siguió hablando hasta que no recuerdo si se le acabó el saldo o yo me quedé dormido, muy a mi pesar, no podía más. Al día siguiente el móvil estaba sin batería, lo cargué, lo encendí y recibo un mensaje de ella desde una cabina: "QUE NO TENGO HUEV...". Nada, supuse que era ella diciéndome que sí tenía huevos a suicidarse. Me fui al aseo y cuando volví tenía dos llamadas perdidas de ella. La llamé pero nada. La seguí llamando pero nada, no hubo manera. Al final me llamó ella por la tarde y... bueno, estaba con unos amigos que le habían tenido que llevar a urgencias, pues había ingerido insulina. Sí es cierto que vi las ampollas en la papelera, pero bueno.
El caso es que yo ya no podía más. Y sabía, porque me conozco, que yo no iba a ir a mejor, pues mi autoestima ya no estaba, como la de ella. Y ambos estábamos desequilibrados emocionalmente. Bueno, quizás ella más, pues yo hasta la fecha no había llegado a ningún extremo. Simplemente, si había algo que no me gustaba, me iba. Desde luego, no me siento orgulloso tampoco de este tipo de comportamiento.
El caso es que hablé con ella y le dije que lo mejor era terminar. Que ella fuera feliz con otra persona y yo con otra. Y bueno, me dijo algo que aún hoy recuerdo: "Salgamos juntos de esta. Te ayudaré con tu problema y tú con el mío, y saldremos reforzados como pareja". En principio me fui y ya en casa me puse a pensar en todo. Y la verdad es que pensé que tenía razón. De modo que le envié un mensaje y le dije que sí, que tenía razón, que como pareja debíamos luchar por alcanzar la felicidad. No obtuve respuesta. La llamé, pero nada.
Al día siguiente o a los dos días, no recuerdo, me llamó y me dijo que estaba con sus padres, que le diera unos días y que nos veríamos. Le dije que me parecía perfecto. Pasaron unos días, me llamó y me dijo que se acabó. Me quedé contrariado, pues unos días antes había dicho lo contrario. De modo que el sábado de esa misma semana fui a su piso y allí estaba, viendo la boda del Principe de Inglaterra (creo). Hablamos, hablamos y al final terminé besándola. Se podría decir que nos reconciliamos. Y entonces alguien llamó a la puerta. Su madre. Apareció llorando y gritando y se puso a discutir conmigo: que qué le estaba haciendo a su hija, que eso no se hacía, que no hacía más que llorar, etc. Sinceramente, creo que amar no es llorar. Yo nunca le he pedido que sufra. Y sus lloros no han hecho sino que enviarme más al fondo, hacerme sentir más miserable, pero yo tampoco consideraba, por aquel entonces, que estuviera haciendo nada malo. Pues, hay parejas que terminan, discuten y se dicen de todo y no llegan a los extremos a los que llegaba ella.
Lo sorprendete de aquel día es que mientras yo intentaba defenderme - era la primera vez en mi vida que me pasaba aquello - ella, mi pareja, se puso también en mi contra. Sí señor, 2 contra 1. Yo no saba crédito. Casi rompo a llorar aquel día. Me sentía como el mismísimo diablo. Y aunque puedo entender que las circunstancias cambian a las personas y que las personas atravesamos baches, no justifica para nada su comportamiento ni el mío. Ni yo hacía bien huyendo cuando teníamos una discusión, ni ella hacía bien llorando, gritando, presionando, etc. Pero tampoco era para tacharme así. Entre su hermana con aquel mensaje, su madre y ella me eliminaron por completo lo poco que quedaba de mí, si es que ya quedaba algo, que yo creo que no.
El caso es que se hacía necesario replantear la relación, por lo menos desde mi punto de vista. Pero aquel momento nunca llegó.
Se acercaba el verano y llegamos a hogueras. Las hogueras... Comenzamos con la mascletà. Ella quería bajar a verla, pero yo le dije que no me parecía bien que habiendo cosas que hacer en el piso, bajara a verlas. Sin embargo, yo sí bajé por primera vez en mi vida. Debo decir que no es que no me pareciera bien que no bajara porque hubiera cosas que hacer o no en el piso, la realidad - y esto nunca se lo he dicho - es que me daba cierto "miedo" estar en primera línea. Y a ella en cambio no. Sí, es una solemne estupidez, pero no quise sentirme inferior por un motivo que comentaré más adelante. De modo que mi complejo, mi miedo lo disfracé de aquella forma. No obstante, sí que le dije un día que se bajara conmigo, a lo que se negó, supongo que por lo que comentaré ahora.
La realidad es que la relación estaba podrida, eso estaba claro. En su momento, creo que ninguno de los dos sabía en qué punto estábamos. Quizás, cada uno conocía únicamente le suyo. Ella estaba sin autoestima y desequlibrada emocionalmente, como yo. Y la decisión que tomó fue anularse como persona y no hacer nada que ella pensara que a mí pudiera molestarme. Yo tomé la decisión de no mostrarle a ella que era inferior a ella, pues tenía el convencimiento de que si lo hacía, no me consideraría válido y me dejaría, de modo que a toda costa tenía que ser superior. En algunas cosas no era necesario demostrarlo, pero en otras necesitaba hundirla a ella para sentirme bien... bien unos segundos, porque luego me sentía peor. No obstante, quiero dejar claro que no es una decisión que tomé conscientemente; es decir, no me puse un día y dije venga, destruyámosla. Simplemente, pasó hasta que me di cuenta casi a finales de año.
El caso es que en hogueras un amigo nos invitó a una barraca y echamos una partida de póker. Yo le dije que tenía trabajo al día siguiente y que a las 2.00 nos fuéramos. Aceptó. El caso es que a la 1.55 o así, yo perdí - no voy a entrar a decir si me dejé o no, da igual -. Ella siguió, y siguió. Y aquello se prolongó. Al final ganó. Mi amigo dice que gano porque jugó bien, aunque dado que todos ellos eran unos expertos del póker y ella y yo unos novatos... En fin. Me sentó mal. Mi orgullo, no en el sentido de que tenía que haber ganado, sino en el sentido de que temía que me considerara inferior y me dejara por ello se vio dañado. Me cabreé y mucho. Sin motivo alguno. Todo por una tontería. Conduje de una forma un poco agresiva (realmente sólo fueron dos curvas, pero nada de exceso de velocidad o saltarme semáforos). La dejé en su casa y le dije que si se creía alguien por haber ganado una partida de póker estaba muy equivocada y algo más. No puedo estar más arrepentido de aquello. No soy quién para hacerle eso a un ser humano. Desgraciadamente, no sería la última.
Arreglamos o arreglé la situación y seguimos adelante. Y el siguiente punto nos lleva a un viaje a Islandia a finales de agosto. Sin embargo, quiero comentar algunas cosas que fueron sucediendo.
Ella y yo siempre hemos tenido un problema muy grave de comunicación. De tal modo que algunos intercambios de opiniones para ella era como que yo le intentaba imponer mi razón. Llegó a la conclusión de que yo no quería que trabajara y la quería en casa todo el día. Y que tampoco quería que estudiara. Ah, y que le chantajeaba para que no viera a sus padres. Sin embargo, tal y como reconozco mis fallos, también tengo que defenderme de acusaciones por su parte injustas. Nunca fue tal cosa. Ni yo quiero una esclava en casa, ni una inútil - por decirlo de alguna forma -. Y al respecto de sus padres... había una cosa que no lograba transmitirle. Simplemente le decía que si ella se iba con ellos o me iba con mis amigos o me iba con mi primera ex-novia, algo que ella decía no importarle. Ella siempre lo ha visto como un chantaje para que no subiera a ver sus padres, cuando yo lo único que pretendía era ocuparme el tiempo si ella no estaba.
Y además, entre medias de todo este embrollo, hubo una noche que tuvimos una discusión y yo me fui, recapacité y volví. Y cuando volví descubrí que estaba buscando por Google algo relacionado con las personas maltratadas psicológicamente. Me fui en cuanto lo vi. Podré haber hecho cosas raras, pero nunca he pretendido, por lo menos conscientemente, hacerle sentir como una mierda. Nunca he menospreciado su inteligencia, ni su capacidad de superación, así como otras muchas cualidades suyas. Nunca.
El caso es que llegamos al viaje a Islandia. En cierto modo fue muy bonito. Tuvimos algún que otro roce, especialmente porque yo no tengo paciencia, algo que debo trabajar, jejeje... Pero fuimos con la advertencia, por mi parte, de que al volver tendríamos que hablar de una vez por todas y solucionar los problemas de la relación.
Total, que volvimos de viaje y nos plantamos en septiembre. Tras unos días de pausa, decidimos hablar. Y un 4 de septiembre, si mal no recuerdo, le dije que tenía que hacer unas cosas - una prueba de inglés - y que si no acaba tarde hablaríamos, sino hablaríamos al día siguiente. Me dijo que me esperaría en casa. Le pregunté por si acaso, por experiencias anteriores, y me dijo que sí, que estaría en casa. El caso es que llegué a eso de las 17-18 y se había ido dejando una nota diciendo, básicamente, que su corazón no podía más y que se iba. La llamé y me dijo que no podía más, que se iba con sus padres. Le dije que yo la seguiría esperando, dado que en eso habíamos quedado. Y así lo hice, esperé hasta que recibí un mensaje diciendo que se iba con sus padres.
Imagino que en aquel momento apareció llorando delante de sus padres, lo cual lamento profundamente. No obstante, yo también he pasado lo mío, aunque mis padres no lo han visto, dado que ya tengo una edad que... En fin, eso.
El caso es que estuve intentando dar con ella toda la semana y no hubo manera. Me respondió a un mensaje y me dijo que habían ingresado a su abuela. yo le respondí diciendo que si necesitaba algo me lo hiciera saber y que, en fin, mi sobrina estaba en la incubadora porque el parto de mi hermana no había ido bien y a mi tía... bueno, problemas. Total, no dijo nada. El viernes de esa misma semana me llamó a eso de las 21.00 diciendo que bajaba al día siguiente para hablar. También me dijo que le parecía muy mal que no hubiera llamado para interesarme por el estado de su abuela. Bueno, realmente llamé el mismo viernes a eso de las 19.00, pero no me lo cogió. Eso sí, no preguntó en absoluto ni por mi sobrina ni por mi tía. Supongo que eso daba igual.
El caso es que bajó al día siguiente, sábado, y dada la casualidad que se había ido justo todo el período que duraban las fiestas de su pueblo, le pregunté si había salido, a lo que me respondió que cómo se me ocurría pensar aquello, estando su abuela en urgencias. Bueno, el caso es que le dije que me dijera la verdad o me enteraría por otros medios - la verdad es que no tenía forma de enterarme, pero viendo toda la purpurina que tenía por la cara... -. Al final me dijo que sí, que salió. Bueno, yo había estado toda la semana encerrado en casa, pensando en la relación, pensando en todo y ella de fiesta. No le di mucha importancia. Sí le pregunté, no obstante, si había visto/hablado con su ex-novio. Respondió negativamente. Bueno, pues nada, a partir de aquí ya fue todo... no tengo palabras.
Ella se iba y yo iba detrás de ella. Yo me iba y ella venía tras de mí. Vi un aspecto que no me gustó nada de ella y era otra persona, totalmente fria, pero cambiaba completamente. Algo muy raro. Pero supongo que no sería más que una máscara.
El caso es que llegó la factura de teléfono y me dijo que tenía la sospecha de que le estaban cobrando de más. De modo que miramos la factura juntos y yo me quedé con un número muy curioso, pues estaba plagado de 7s.
Días más tarde, y como tocado por el cielo, estábamos hablando de música y salió el tema del grupo de su ex-novio, que tocaba en un grupo. Le dije que me dijera el nombre para buscarlo y econtré su página y el teléfono de contacto. Que nadie piense mal, no hice nada de esto para verificar nada. El caso es que ahí estaba, un número plagado de 7s. Empecé a hacer memoria y le dije si podía ponerme la factura. Y ahí estaba. Llamadas y llamadas...
Del alma me salió un "¿como puedes ser tan zorra?" y me largué. Quizás muchos no estéis de acuerdo, pero pensé en que yo había estado en casa dándole vueltas a todo y ella con su ex-novio por ahí. Sí, ya sé que yo podría haber hecho lo propio, pero no lo consideré apropiado.
Aquel día fue horrible, me fui, volví discutimos toda la noche, seguimos por la mañana y al final tras muchas discusiones dije algo de lo que me arrentí en su momento y me sigo arrepintiendo. Le dije que aquella enfermedad que una vez había estado a punto de matarla volvería para hacerlo, puesto que una persona así no merece vivir. Es muy fuerte y, aunque ya no me produce dolor recordarlo, no me deja indiferente. Nunca había dicho eso a ninguna persona. No sé si fue todo lo acumulado o qué, pero tampoco tiene justificación. De esto, también estoy arrepentido. Evidentemente, no le deseaba ni le deseo ningún mal.
Entre medias salió el asunto de su trabajo, que le habían ofrecido trabajar en un evento. Decidió consultarlo conmigo y yo le dije que no lo veía bien para ella, pues acabaría hecha polvo. El caso es que hizo lo que quiso. Que en cierto modo está bien, pero como siempre venía diciendo aquello de que éramos una pareja y se toman las decisiones en común... La verdad es que no vi ninguna puesta en común, pero bueno.
Ella se pensaba que todas las referencias que hacía de dejarse el trabajo cuando me decía pídeme lo que quieras, algo que siempre me ha hecho gracia porque es absurdo, yo le decía lo que sabía que no iba a darme, no por nada, sino porque es que me parecía y me parece absurdo. Pero bueno.
El caso es que tras tanto cabreo por aquí y tanto cabreo por allá, un día, en su piso, estaba ella hablando con su madre y no sé qué le diría de mí. Le dije que me la pasara, que hablaría yo con ella. Bueno, entre muchas de las cosas que dijo, una fue que mi comportamiento respondía al perfil de un maltratador. Me quedé de piedra. Es decir, su hija no era una santa como yo. Y del mismo modo que, más adelante, constaté con un psicólogo que a ella también se le podrían haber puesto muchos apelativos, pero que había que llevar cuidado con las etiquetas que se le ponían a las personas, que muchas veces dejan una marca. Y la verdad es que sí.
Ya sentí que qué más daba. Total, era un maltratador. Lo más gracioso es que para ella, mi pareja, eran cosas de su madre, que no las tuviera en cuenta. Claro, unos meses antes ella busca lo de maltratador y después su madre me tilda de maltratador... Suma y sigue.
Acabó septiembre, no hablamos nada. Y a cada pelea que teníamos le poníamos solución con una gran cena, cara: marisco, vino caro... La pelota de mierda se iba haciendo cada vez más grande. Nos estallaría en breve.
De octubre a Navidades empezaron ya a suceder cosas increíbles (y no lo digo porque fueran buenas).
Recuerdo una chica de una ONG que vino a ofrecerme que me hiciera socio. La chica vino con un compañero que se llamaba igual que yo y nos dejó a ambos, a mi pareja y a mí, una dedicatoria, junto con su número de teléfono móvil.
El caso es que un día llegué a casa y vi que se había creado una cuenta de FB - la anterior se la había borrado - para buscar a la chica esta y denunciarla ante la empresa por acoso a los clientes. No daba crédito a lo que estaba viendo. Estaba bastante cabreada, incluso estaba por llamar a la propia agencia. Le dije entonces que recapacitara, que ella no era así. Le abracé y le dije que se calmara. También le dije que se desahogara y me dejó el brazo lleno de moratones. Ella dice que yo se lo pedí, pero yo digo que si no hubiera querido, no lo hubiera hecho.
Luego, en alguna otra discusión que tuvimos ella rompió un cajón de la cómoda. Lo partió por la mitad de un puñetazo o patada, no recuerdo. Este momento es cuiroso, porque ella lo recuerda como algo trágico. Y la verdad es que entiendo que lo recuerde así, pero yo lo hice con mis mejores intenciones (aunque me salió como el culo). Me pasé todo el día pensando en cómo podía hacer que se diera cuenta de que ella no estaba siendo ella (bueno, yo tampoco estaba siendo yo). De modo que hablamos por la noche y le dije que si le parecía bien que yo hiciera eso también cuando pierdo los estribos, que le pegara un golpe a las cosas o que la pegara a ella, por desahogarme. Entonces le dije que ahora iba a sentir lo mismo que el cajón, que ahora le pegaría yo un puñetazo en la espalda. Ni de broma le iba a pegar. La empujé a la cama y ya está. Yo... ya no sé qué decir, me arrepiento sí, pero ya no sabía qué hacer y yo creo que ambos estábamos metidos en una relación... por estar. No sabría si decir si había amor, obsesión, qué se yo... Ya no sé nada.
Una cosa muy curiosa y que ayudó a esta chica a formarse una opinión de mí de maltratador fue que en una discusión me dio por darle una palmada a la puerta del armario. Me hizo gracia porque se asustó como si fuera a hacerle algo y me quería echar. Supongo que se pensaría que estaba loco o algo así, pero simplemente me acordé de lo que todo el mundo me decía: que cuando discutía no parecia importarme demasiado puesto que no me alteraba o no ponía emoción, etc. De modo que pensé, bueno, le voy a dar una palmetada al armario para mostrar que me afecta y así lo hice. No sé, no soy de levantar el tono de voz ni de gritar (de momento, recientemente he descubierto que sí).
Después de lo del cajón... Me pregunté si yo tendría la misma fuerza que ella para romperlo. Absurdamente, la puse como una chica fuerte (la verdad es que los cajones eran del IKEA baratos) y despertó en mi la necesidad de enfrentarme contra ella en peleas y demostrarme a mí mismo que estaba por encima en ese aspecto, pues, como he dicho antes, no podría estar con alguien más fuerte que yo. Y así lo hacíamos, nos peleábamos. Yo nunca he pasado del brazo. Y ella bueno, espalda, estómago y brazos. Siempre ganaba yo, evidentemente. Y no me siento orgulloso, de modo que si alguien piensa que ya podré con una mujer, esto yo no lo pensaba así. El caso es que cuando ganaba me sentía bien durante unos segundos. Luego me sentía peor. Era como una droga, aunque parezca raro. Quería más y cada vez me sentía peor. Afortunadamente puse punto y final a esta espiral. Ella esto lo recuerda como que yo pegaba a una mujer. Sí, en cierto modo se puede ver así, pero si quiero dejar claras unas cosas. Tenía su consentimiento y la que introdujo este tipo de juegos en la relación fue ella. Nunca he llegado a esto con nadie. Y del mismo modo que yo daba, ella también daba y los puñetazos en la espalda dolían, jejeje... Sin embargo, ella dice que lo hacía por amor a mí, pero eso no es amor. Eso es no quererse a uno mismo y, por tanto, no puedes querer a la otra persona. Entiendo por qué lo hizo, pero también he pasado yo por otras cosas que ella no valora, como sus ataques de celos, sus mentiras, sus chantajes, etc.
Un último ya antes de llegar a Navidades fue un día en casa de sus padres que me llamó una amiga. Le dije que no podía quedar y que ya la llamaría. A la vuelta, me preguntó quién me había llamado y le dije que una amiga. Insistió en saber en quién era y le dije que no iba tolerar que dudara de mí cuando el que más motivos tenía para dudar era yo, después de las mentiras que ha vertido en más de una ocasión. Además, ya estaba cansado de todas la veces que cada vez que aparecía un nombre de chica como remitenten en el correo electrónico me hiciera poner el mensaje y que, alguna que otra vez, me cogiera el móvil para ver los mensajes. Ya estando en casa la discusión fue a peor. Elevó el tono de voz y se volvió agresiva. De modo que le dije que me iba y que cuando se le pasara ya volvería. Entonces se tiró sobre mí y tuve que agarrala por la espalda y pedirle que se calmara, que se estaba pasando. Se fue entonces a la habitación y sacó un libro gordo que me estaba haciendo como detalle. Lo tiró al suelo. Gracias a Dios que no me lo tiró a mí porque era más gordo que el libro de Petete. Nada, seguí por el pasillo hasta la puerta y me tiró de la bufanda, lanzándome al suelo. Me fui y me quedé fuera esperando a que se le pasara. Empezó a dar golpes, a gritar... Armó tal escándolo que subió un vecino preocupado. Le dije que una discusión. Pasó un momento y la escuché llamar a su hermana y decirle que le había dejado. ¿Dejado? Era un ataque de celos completamente injustificado. Llamé, me abrió y le dije que eso era mentira. Que contara la verdad. Que contara cómo se había puesto. No sé si llegó a hacerlo. Supongo que no.
El caso es que llegó Navidades. En principio yo iba a comer a casa de sus padres el día de Navidad. Sin embargo, culpa mía por asumir que en mi casa no se celebrearía, pues las cosas estaban muy mal en mi casa. Bastantes problemas familiares. Cuando se lo dije a mi madre un par de días antes me dijo que, aunqe no pasaba nada, toda la familia iba a venir. La llamé entonces a ella y no se lo tomó nada bien, aunque le pedí disculpas y le pedí que me disculpara ante su familia. El caso es que no sé cómo pero volvimos a discutir. Yo le envié un mensaje diciendo que esto no podía seguir así y había que acabar con la situación. Ella interpretó que le decía de acabar con la relación y me llamó gritando. No entendí nada, salvo que fuera a recoger mis cosas a su casa, erróneamente, por cierto.
Total que fui y estaba fuera de control. Me gritaba, me decía de todo e incluso amenazó con llamar a la policía, algo que me hizo mucha gracia, después de todo creo que los dos tenemos mucho para poder decir el uno del otro. El caso es que se calmó y se fue a cenar con sus padres el día de Nochebuena.
Al día siguiente, intercambiamos un par de mensajes y me llamó. Le dije que teníamos que hablar que esto no podía seguir así.
¿Alguno se habrá preguntado? Pues sí que había que hablar siempre... No, el problema es que nunca hemos hablado. Nunca.
El caso es que me envió un mensaje a las 17.30 más o menos diciendo que en terminar de levantar la mesa me llamaría e iría al piso. Y así me quedé yo... esperando eternamente. Una vez más, de otras tantas. Nunca llamó. A las 23.00 la llamé y me dijo: "¿Después de todo crees que te mereces una llamada?". Acto seguido, me dio: "Ah, mañana me voy a Irlanda dos semanas."
Le pedí hablar, me dijo que no, que la respetara. Entonces le pregunté que qué había de todas las veces que le he pedido yo tiempo, espacio para pensar y ella me ha frito a llamadas. No importó. La conversación terminó diciéndome que se pensaría si irse o no de viaje. El caso es que ya tenía los billetes comprados, como admitió más adelante.
Nada. Se fue las dos semanas. Hablamos en un par de momentos. No respondía a los mensajes. Nada. Es cuando me hacía "gracia" el pensar en todas esas veces que cuando ha sido al revés, yo sí he contestado. Pero bueno.
Llegó del viaje. Me llamó cuando lo vio apropiado, independientemente de que yo hubiera estado dos semanas llorando y encerrado en mi habitación - salvo el día de Nochevieja, que una compañera de trabajo me llamó para salir -. Total, me llamó para decirme que no era seguro hablar conmigo, me tenía miedo. Supongo que aquello del maltratador ya lo tendría asumido.
Esa misma noche le envié un mensaje con toda mi buena intención. Se me escapó un "no te permito que nos condenes a..." no dicho en el sentido de que diera una orden, sino una expresión, nada más. Me respondió diciendo que eso no se lo decía ni su padre, que se acabó y que la dejara en paz. La llamé varias veces y le envié varios mensajes. Nada. Al día siguiente llamé a su madre para ver si podía hablar con ella, pero nada. Estuve hablando con su madre y me dijo que si yo veía normal que una chica tan guapa, inteligente, que siempre le ha gustado ponerse tacones y maquillarse lo hubiera dejado todo por mí. Algo sorprendente, pues más de una vez le he dicho que se pusiera tacones y ella me decía que no, que no la estilizaban en ese momento. En fin...
Total, que pude hablar con ella. Como ella dijo, aunque me dijo que no me hablaría más, haría una excepción. La conversación no tuvo desperdicio. Ahí fue donde me dijo que una psicóloga le había dicho que yo respondía al perfil de un maltratador. Me destrozó la vida. A lo mal que yo tenía la autoestima, el concepto que tenía de mí mismo, se sumó eso. Me despidió diciendo que ya hablaríamos.
Finalmente, acabé cansado y le envié un mensaje diciendo que vale, que me iba de su vida, tampoco merecía ser tratado así, porque si diera yo todos los detalles, tampoco se podría decir que ella fuera un ángel. A fin de cuentas, yo la dejaba muchas veces llorando detrás de la puerta, pero no era eso lo que le pedía. Le pedía espacio, tiempo, que me dejera cabrearme y disculparme. Pero no, tenía que ser todo a la fuerza. Es gracioso que ella me dijo que no tenía opción a cabrearse conmigo pues que sino se terminaba la relación, pero yo no podía ir a disculparme, ir a pedir perdón. No he tenido tiempo de reflexionar sobre mis errores porque, simplemente, no me dejó. De modo que le dije que vale, que adiós y que devolviera los 2000 € que me debía, algo que ha admitido en más de una ocasión. Tras eso, le envié otro mensaje y le dije que dejara estar lo del dinero, que me daba igual.
Total, que al día siguiente recibo crucé un par de mensajes con su madre. Uno de ellos decía: "Si te has gastado ese dinero ha sido porque has querido. Has tenido casa gratis y puta gratis (así la has tratado). [...] Esto tiene un nombre y sabes cuál es...". Supongo que el del maltratador.
El caso es que yo me olvidé de ella como pude. Fui al psicólogo a recuperarme de todo porque había sido una relación más que destructiva y, sinceramente, el largarse llamandome maltratador sin tener en cuenta cómo se había comportado también ella. Al final es lo que tiene cuando llevas a una persona al límite. Y del mismo modo que ella podía desahogarse con un cajón, yo me desahogaba diciendo "tonterías", como ella. Bajo mi punto de vista, ambos habíamos hecho cosas malas.
El caso es que me compré un par de libros de autoayuda, me apunté al club de remo y comencé a salir por ahí. Me costó, pero hubieron un par de detalles que me ayudaron.
El primero de ellos fue recordar que en su día, cuando me habló de su anterior novio, resulta que también había sido un maltratador. El segundo fue ver en el FB de su hermana las fotos de ella con su ex-novio en las fiestas de su pueblo, al que supuestamente no había visto. Bebiendo y abrazados. Y mientras yo en casa como un imbécil llorándola. Total, que seguí adelante y decidí alejarme de relaciones por un tiempo.
Estamos en febrero del presente año 2012. Ya queda poco
Lo dicho, en febrero conocí a una amiga - que no pasaría de eso - y empezamos a hablar por el FB. Empezaron a suceder cosas extrañas. Día sí dia también me desaparecía de la lista de contactos. Le pregunté si era ella la que me borraba y me dijo que no. Pregunté al soporte técnico de FB y me dijeron que no había ningún problema, simplemente se estaba borrando. Al final cambié mi contraseña, no era muy complicada, y dejó de suceder.
A los pocos días me vio con un amigo y unas amigas suyas de erasmus. Y a los pocos días me envía una carta. El viernes 10 de febrero. No voy a decir que me disgustó, en absoluto.
La carta... Bueno, era volverme a decir todo lo que ella había vivido y que abriera mi mente y mi corazón. En cambio, ¿qué importaba lo que yo sintiera o cómo me hubiera sentido? Días más tarde, el 21 de febrero me llamó desde otro número. Se había cambiado el número, supongo que porque le envié esos mensajes. Es aquí donde me pregunto hasta dónde llegaría ella si yo hiciera en estos momentos lo mismo que ha hecho ella en otras muchas ocasiones, pero bueno...
El caso es que volvimos y he de reconocer que, por un momento, fue muy feliz. Sin embargo, le pregunté si se arrepentía de lo que había sucedido, si le parecía bien haberse ido a Irlanda así, sin más. Y mientras ella me decía lo bien que se lo había pasado allí yo me sentía como un imbécil, porque yo había pasado las dos peores semanas de mi vida. El caso es que me dijo que no, que no se arrepentía, que lo necesitaba. Le pedí hablar, yo necesitaba también que se me escuchara, pues toda su familia llamándome maltratador, acosador, etc. Y nada, no pasa nada. Me dijo que sí, que hablaríamos al siguiente fin de semana. Nada, ese momento nunca llegó.
De modo que dentro de mí empecé a preguntarme por qué había vuelto. En enero me llama maltratador y a las pocas semanas vuelve, ¿por qué? ¿y yo? ¿qué importaba lo que yo sintiera? Yo sólo tenía que poner buena cara y la sonrisa, aunque por dentro estuviera destrozado. Ni había tenido tiempo de asimilar todo lo que pasó y volvió con todo aquello y son mostrarse arrepentida. Ya dudaba si había vulto conmigo porque me quería o porque apareció la amiga en mi vida y, tal y como me dijo ella una vez, le jodería mucho verme feliz con otra. Ya no sabía por qué había vuelto.
Volvimos un poco a caer en la espiral de me voy, pero esta vez era un me voy de necesito más tiempo. Semanas, un mes, no lo sé. Pero nada. Además, recuerdo que no era la misma, por algo que sucedió con un viaje relacionado a Londres que tenía yo. Le dije que se viniera, algo en plan locura, que era como yo la había conocido pero salió la persona responsable, que está bien, pero yo ya no sabía qué hacer. Recuerdo que quise dejarla por lo de Londres, pero no por lo que se piensa ella de que se viniera. Simplemente... no sé, todo era diferente, parecía otra y luego estaba todo lo anterior.
En este segundo capítulo volvió a aparecer, bueno, es que no había tiempo de solucionarme a mí mismo, mi complejo de inferioridad (absurdo, por otra parte). Pero esta vez me dio por los tests de inteligencia. La verdad es que a la pobre la freí a tests de inteligencia. Pero bueno, en cierto modo, también manteníamos el cerebro despierto, por verle algo positivo.
El caso es que seguimos medio bien, aunque caímos en la rutina. Yo ya estaba cansado. Salía del trabajo para estar con ella y luego por la tarde/noche me iba a cenar con ella. Siempre me movía yo. Y además, empecé a pagar absolutamente todo. Algo dentro de mí me decía que saliera de allí, que con todo lo que había sucedido no podía seguir adelante, de modo que así se lo hacía saber. Y ella no logró entender que lo que me estaba pidiendo era que luchara contra lo que yo sentía para seguir con ella.
Yo la quería, pero necesitaba deshacer todo lo sucedido. De tal modo que cualquier cosa que no me gustaba me hacía amargarme. Yo tenía que tener para ella siempre una sonrisa. Una cosa curiosa es que durante este tiempo le habré preguntado bastantes veces qué le pasaba. Muchas veces bajaba con la cara mustia y yo venga a preguntarle y a preguntarle. En cambio, cuando era al revés... Nada, sólo quería verme una sonrisa. Y si no estaba, todo estaba mal. No pudo llegar a entender (ni lo llegará a entender) todo lo que tenía por dentro. Creo que se piensa que yo soy como una máquina que no sufre y que no tiene sentimientos, cuando he llorado tanto como ella, pero en mi casa y si algo me hubiese gustado recibir por su parte es comprensión y un hombro sobre el que llorar y desahogarme de todo lo sucedido durante estos 4-5 años en los que mi vida se ha ido al traste. Pero como llorar delante de una persona que sientes que no te escucha, que lo único que quiere es que sonrías.
Otro momento triste es cuando me cabreé con ella por cierto motivo y le pedí que se disculpara por correo. Más adelante me preguntaría qué clase de pareja es aquella que le hace a la otra disculparse por algo que ni siquiera sabe que ha hecho mal y por correo. Bueno, es muy simple es aquella que no se siente escuchada ni comprendida. Y de paso, que entienda por todo lo que he pasado yo cuando me dejó como única via de contacto el chat.
El caso es que alguna que otra discusión por aquí y por allí, llegamos al 1 de Junio. Ese día encontré un post suyo en el foro de enfemenino.com... Bueno, soltaba cada perla de mí: "inteligentemente me apartó de mi familia y de mis amistades", "me controlaba todos los movimientos"... Vamos, no podía sentir más vergüenza, ¿apartarla de su familia? Vaya, pues cuando se fue a las fiestas de su pueblo yo me quedé en mi casa, ¡menudo maltratador! ¿amigos? es curioso porque me dijo que no tenía... Es más recuerdo haberle dicho en alguna ocasión de subir a verlos y se ha negado. ¿Controlar? Sí, una vez le dije que si se había ido a algún sitio, que había movido el coche de sitio. Una vez. En fin...
Total, la mandé a la mierda. Ya estaba bien. Pero bueno, días después continuamos. Por lo menos se disculpó a su manera, diciendo que estaba desesperada y tenía que hablar con alguien, pues sus amigos no la escuchaban. En fin, no sé.
De mientras estábamos planificando un segundo viaje a Islandia: 30 días en bicicleta. En qué momento, pues es lo que ha utilizado ella para colgarme la etiqueta de no válido para ella.
Los días previos al viaje fueron un infierno. Yo en mi casa planificándolo todo, de lo cual asumo mi culpa, pues le dije que yo me encargaría de la planificación, dado que ella nos metía 100 km diarios en bicicleta. Sin embargo, no se preocupó por nada. Ni por imprimir los billetes de avión ni tan siquiere de su tarjeta sanitaria, que se tuvieron que encargar sus padres. Nada. Todo era hacerlo yo. A veces me preguntaba, ¿y si paso de imprimir los billetes? Hago como ella, llego al aeropuerto y le digo... ¿y los billetes? En fin, todo fue una mierda.
Yo estaba cabreado porque ella se iba a la playa con su familia mientras yo me quedaba en casa planificándolo todo. Llevaba días, semanas en casa que sólo hacía que planificar y ya está. De modo que le dije que no me parecía bien que ella estuviera en la playa mientras yo estuviera planificando. Sin embargo, ahora mismo, veo que hice el tonto. Total, ya que uno pringaba que el otro por lo menos disfrutara. Pero ya llevaba muchas cosas acumuladas. Demasiadas. Y en ese momento... Supongo que ella se quedó con la copla de que me molestaba que fuera a la playa... Cosas de ella.
El caso es que yo ya estaba asqueado del viaje. Le dije que no nos íbamos, luego que me iba yo pero ella no, luego que sí. Harto. No quería hacer el viaje. Por otro lado, le dije que si lo haciamos era con la condición de que me pagara más adelante la mitad del viaje, estuviéramos o no juntos. Otros 2000€ que sumados a los 2000€ que ya debía en su día hacían un total de 4000€. Aceptó.
Sin embargo, a sus padres se lo ocultó todo. Se enteraron por mí. Claro, yo no sabía nada. De modo que su madre, cuando se enteró que lo pagaba yo todo, me dijo dos cosas: la primera que le parecía muy mal que me gastara ese dinero con los tiempos que caen (aunque es mi dinero y hago con él lo que quiera, entiendo) y la segunda, la mejor, una advertencia: cuidado lo que haces con mi hija porque te la llevas con una mano delante y otra detrás, te hacemos responsable de ella allí. Bueno, esa la primera.
Luego vino la advertencia de su padre, aunque más sensato, puesto que el hombre reconocía que su hija les había dado una imagen de mí que no correspondía con la realidad de sus actos.
Entre medias de todo esto, sucedió algo que no desvelaré porque implica a otras partes de su familia y no quiero decir aquí. Aunque sí puedo decir que me llamó un día llorando y gritando que la estaba secuestrando... su propia familia. El caso es que su madre admitió que su hija estaba para ser encerrada en un psiquiátrico, que no era normal que me tuviera miedo. Y francamente, le doy la razón en lo segundo. Quizás le habría ido mejor si hubiera hecho lo que más de una vez le pedí, que me dijera las cosas. Aunque yo creo que no las decía porque le daban igual... Cuando ya le tocaban las narices, entonces las soltaba.
Total que finalmente hicimos el viaje juntos... Menudo infierno. Yo intenté que todo fuera bien. Me dije: olvídate de todo y disfruta. Y todo fue bien hasta que llegamos allí y enciendo el móvil. Sorpresa, un mensaje de su padre diciendo: "[...] espero y deseo que tu comportamiento con mi hija sea el de un CABALLERO [...]". Otra vez.
Estuve más de la mitad del viaje desquiciado. Me volví loco. La empredía a golpes con la tienda, con las bicicletas, con todo. Más de la mitad de los días resonaban esas palabras en mi cabeza. ¿Cómo me sentía? Juzgado por toda la familia, por ella. Y ella esperando que estuviera siempre con una sonrisa, independientemente que sus padres o ella me dijeran que era un loco, un maltratador, un acosador, etc.
En fin, por abreviar diré que si alguien reprodujese sólo la parte del viaje diría que estoy loco. Lo admito. Pero creo que hay que ver toda la película. Y aún queda más.
Resulta que esa voz que me decía termina la relación también me dijo en abril o mayo - no lo recuerdo - que en volver del viaje me pegaría la patada. Recuerdo una conversación - que guardo en el historial - que me decía: porque yo quiero a un <mi nombre> enfadado, alegre, triste... quiero a un <mi nombre> independientemente de las circunstancias. Entonces le dije, te recordaré estas palabras cuando volvamos del viaje y me mandes a la mierda. A lo que dijo que eso no iba a ser así, pero donde dije digo, digo diego.
Total que ella lo pasó mal en el viaje. No paraba de llorar y yo no paraba de desahogarme no sé si con ella o con todo y también llorar de rabia, de impotencia, de sentirme, como he dicho antes, juzgado por todos.
El peor día, supongo que para ella, fue un día que nos depertamos y teníamos que hacer una etapa. Sin embargo, yo quería hacer un poco el tonto con ella en los sacos, divertirme. Pero nada, se puso encima mía a darme un masaje - y aprovecho para darle las gracias por todos los que me ha dado - y llorando, de rabia supongo, dijo que así no se podía. Y ya la dije que me daba asco, que se fuera a la mierda. Sí, es cierto, es una falta de respeto, como también mentir y otros insultos que ha proferido ella. Pero yo hice un viaje para disfrutarlo con ella, para unirme más a ella. Y sus padres se encargaron de depositar la semilla que, junto con todo lo que ya tenía, estallara. La verdad es que sentí profundamente haberle dicho esto. Pero ni corta ni perezosa cogió todas sus cosas y se largó. Me dejó allí tirado, con las dos bicicletas y todo el equipaje. Pasado un tiempo salí a buscarla en bicicleta para hablar con ella y nada, no la encontré. Me llamó y me dijo que me pusiera en su lugar, pero ella podría haberse puesto alguna vez en el mío, digo yo.
¿Cómo puede una persona estar tan ciega? Del mismo modo que ha justificado ella su actitud agresiva de los cabezazos, los puñetazos, gritos... con que se sentía presionada, etc. Del mismo modo, ¿acaso no puede entender lo que es soltarle a alguien que es un maltratador, un acosador, que lo vas a denunciar, etc. y luego volver a las pocas semanas como si nada? Y volver con una carta volviendo a repetirlo absolutamente todo. Más todos los problemas que ha tenido con su hermana, con el novio de su hermana, etc. De los que seguramente ahora me haga responsable y diga que yo la... pfff... no lo sé.
En fin, llegamos del viaje y en casi dos semanas de distancia pasó decirme: "si escalas por la nieve, lo hago yo también, si te matas tú, me mato yo también". Pasé de eso a que me dijera: "te juro que hubiera dado la vida por ti". Entre eso... bueno, ya estábamos los dos desgastados. Yo ya no tenía ni ilusión por ella, ni ella por mí. La relación había muerto. Y aunque intentamos resucitarla, aunque intenté poner un día mi mejor cara, al día siguiente volvió con problemas, esta vez era la deuda del banco, de 1500€.
Más problemas. Le dije que se lo dijera a sus padres. Dijo que ni en broma y, en cierto modo, me sentó mal. Es decir, cuando ha sido para ponerme verde a mí, no has tenido problema, pero para esto... Total, que le dije que nada, que viviéramos juntos y me haría cargo de su deuda hasta que trabajara. Aceptó. No obstante, al día siguiente se fue a entregar un CV a una empresa y... ¡magia! Se ve que había cogido aire y ya no necesitaba vivir conmigo, ya no lo veía bien. Ante esto, uno ya se siente más que utilizado. Porque con los casi 5000€ que me debía, pues el viaje se salió del presupuesto, más estas cosas...
Total, que se fue a las fiestas de su pueblo, nuevamente y supongo que como ya tenía allí algo en lo que apoyarse, pues yo no le era necesario. Habló de darnos un tiempo pero yo no estaba muy de acuerdo, aunque reconozco que nos hubiera venido bien. Sin embargo, sé por qué lo quería. Lo quería por si acaso en el tiempo en el que lo dejaramos ella me echara de menos y yo encontrara a otra persona. Nunca se ha creído lo que la he amado. Nunca.
En fin, ya en el mes de septiembre se acabó todo. Ella se pensó que me había metido en su cuenta de correo a borrarle las conversaciones que tuvimos, cuando realmente fue que tenía desactivado el historial de chat. En una de esas conversaciones le dije que o vivía conmigo o le decía a sus padres lo de la deudad del banco. Al principio supuse que no me tomaría en serio, pues han habido tantas "chorradas" de estas... Sin embargo, cuando me dijo que su madre había entrado en la habitación... Supongo que lo utilizaría para contárselo y desviar la atención, no lo sé.
Al día siguiente le llamé y me dijo que no quería saber nada más de mí. Entonces, yo, en un acto de estupidez le dije que o me daba los 5000 € o me hacía con su cuenta. Vamos, una patraña como un camión, pues antes debería saber su contraseña. Luego me llamó la madre diciéndome que o le daba la cuenta o me plantaba una denuncia, que estaba con el abogado y había grabado la conversación de antes. Intenté decirle que no podía darle la cuenta porque no había hecho nada, que le preguntara a su hija si podía acceder o no. Nada. Me acusó también de haber entrado a borrar las conversaciones. Claro, no tengo otra cosa mejor que hacer que pasarme días probando claves. Total: que si iba a hablar con mis compañeros de trabajo para que todos supieran como soy, que hablaría con inspección para que me sancionaran, etc.
Días después le he enviado un mensaje por FB con un documento con casi todo lo que os he contado aquí. Porque como la conozco, sé que contará ahora su verdad, para que todos vean que ha estado con la peor persona de este mundo.
Es curioso, pero con tantos viajes que he hecho con mis anteriores parejas, no he tenido más que roces. En uno incluso alquilamos una bicicleta y no pasó nada, salvo que se me quedó el culo...
He estado con una pareja durante más de 9 años y nada.
He estado con otra que podría haberme acusado de maltrato y ella misma reconoció que del mismo modo que se me podía acusar a mí, se lo podría acusar a ella de otras cosas.
Ningún problema con padres.
De hecho, recientemente, hasta la madre de mi primera novia está intentando juntarnos nuevamente, aunque yo creo que la magia que hay entre la última chica y yo no la habrá nunca.
Que cada uno saque sus propias conclusiones, si quiere. Yo, desde luego, no me considero un maltratador, ni un acosador, ni un loco, ni alguien que va entrando en las cuentas de correo para hackear... Me considero una persona con una autoestima frágil, un complejo de inferioridad, con carácter y con poca paciencia. Pero tengo muchas virtudes que, con todo lo sucedido en estos últimos años, se me han ido olvidando. Y desde luego, nunca he tenido maldad con nadie. Nunca.
Fin.
El caso es que todo este rollo para qué. No es para que nadie me juzgue. Como digo, habría que estar dentro para saber lo que cada uno ha sentido. Desde luego yo me arrepiento de mis errores, lo cual quiere decir que he viajado hacia atrás y pido perdoón por todas y cada de mis acciones que le han hecho daño a las personas. En el caso de esta última chica, le envié una carta a sus padres disculpándome por todo lo que habían tenido que sufrir, pidiéndoles perdón por todo y agradeciendo las veces que me han invitado a su casa. Me hubiese gustado que ella hubiera hecho algo similar, pero no ha sido así. Bueno, allá cada uno con su conciencia. Lo más gracioso es que es gente de Iglesia... Supongo que con ir a Misa y decirle al de turno... O eso, o peor, no siente que haya hecho nada malo, pues sólo me ha tenido amor. Lo que no sabe es que yo también le he tenido amor.
A lo que voy. Con todo esto, estoy ya cansado de todo. He perdido la ilusión por absolutamente todo. No es porque esté destrozado por ella, ni nada. En ese aspecto, como ya me mandó a freír espárragos en enero y, en cierto modo, me esperaba que pasara esto, pues eso.
El caso es que no me apetece amar más. Reconozco que he cometido errores, pero también aciertos y muchos. Y aunque aquí haya puesto sólo lo malo, hay muchas cosas buenas.
El trabajo... lo detesto. Ya no puedo, ni quiero, seguir siendo profesor. He pensado en irme al extrajero a trabajar y, aunque tengo algunas ofertas, luego pienso que es más de lo mismo.
El caso es que hay algo dentro de mí que me dice que tengo que afrontar mi destino. Y mi destino, por absurdo que parezca, es cruzar andando Islandia. Por varias razones: en primer lugar, porque lo considero un viaje de penitencia; en segundo lugar, porque me ayudará a encontrarme a mí mismo; en tercer lugar, porque me ayudará a eliminar mi complejo de inferioridad (sí, eliminar, porque tengo claro que viene porque para mí, sólo valgo para programar máquinas, en eso soy muy bueno, pero tengo la sensación de que no he hecho otra cosa en mi vida, aunque sí lo haya hecho, pero ya no lo recuerdo) y por otras razones menos reslevantes.
¿Dónde está el problema? El problema es que me tengo que enfrengar a viento, lluvia y temperaturas bajo cero por la noche. Alguno que otro ha fallecido. Francamente, no sé si sobreviviré. No es un suicido, aunque existe un alto riesgo de quedarme allí. Es por ello que estoy preparando una serie de cartas para todas las personas que han sido importantes en mi vida. Son cartas de agradeciemiento en algunos casos y de disculpa en otro.
En resumen, se trata de perdonar mi pasado y afrontar este reto, pues no puedo seguir llevando la carga de mis errores y siento que debo librarme de ellos de este modo. La pregunta es, ¿qué opináis al respecto?