Resolución diurna 2 - Primera quema
Tras un aciago y lluvioso día en Ciudad Reloj, tocaba dar muerte al primero de los sospechosos de ser un esbirro de Skull Kid y el elegido no había sido otro que
elares.
Los ciudadanos esperaron a que el cielo se despejase un poco y le dieron quema con los últimos rayos del sol de un día totalmente cubierto por las nubes. Al quemarlo, de entre las llamas surgieron gritos de dolor, de desgarro. Tal era el dolor que sentía
elares en su pellejo. Cuando parecía que ya iba a soltar un último grito, en su lugar, comenzó a reírse a carcajada limpia y a gritar: "¡Lo tenéis todo perdido! Disfrutad de vuestros últimos días de vida, pues mañana por la noche, la luna caerá sobre Términa y será destruida. Bebed, pecad y gozad vuestros últimos momentos en vida". Tras una última risa, todo quedó en silencio.
El fuego crepitaba y se podía oír perfectamente el chisporreteo de las brasas. El olor a carne quemada llenaba toda la plaza... ¿O quizá no? Un momento, no era a carne a lo que olía, sino a paja quemada, como si hubiesen quemado un espantapájaros. Lo que queda de humano de un
niño perdido, es solo la silueta, al fin y al cabo.
Cuando la muchedumbre empieza a festejar el resultado de una primera quema tan prometedora, en medio del vino, las canciones y los tocamientos, un desquiciado
Lestat25 surge de entre las sombras de un callejón. Su rostro tiene una mueca de desesperación y sus gritos ensordecedores compiten con los de elares al ser quemado. Entre balbuceos y susurros se le puede llegar a entender "Yo... No puedo más... No aguanto esta situación". Acto seguido saca un cuchillo, se apunta con él al pecho y, soltando una lágrima, se lo clava con todas sus fuerzas.