A mi me pasó también cuando me compré las Quest 1, de hecho me gasté la pasta que conseguí vendiendo las Oculus anteriores en montones de juegos. Al final vendí las Quest por no usarlas. Me encanta la VR pero llega un punto en que o tienes un espacio acondicionado y todo listo, o te da pereza.
No olvidemos que una de las grandes bazas de la VR sin cables es la libertad de movimientos. Cuanto más espacio tengas más divertido es.
También tiene otro gran handicap, no puedes pretender estar cuatro horas con los cascos puestos. Acabas agotado, y posibemente mareado. Alguna vez me pasó por abusar de querer jugar o ver alguna peli, algo que desde luego es posiblemente la experiencia más cercana a tener una sala privada personal de cine de bolsillo que jamás he experimentado.
Y tengo claro que caeré con la VR de PS y si en Xbox sacan algo también. Pero que conjugar las dos es lo mejor, también. Y sin cables, por favor. Estar atado a un cable es una limitación muy importante, salvo que diseñes juegos para estar sentado y poco más. Y aunque los hay, donde verdaderamente tienes el potencial es cuando te puedes agachar, gatear, dar cinco pasos o seis hacia cualquier dirección (o más!). Y eso requiere como digo, un espacio diáfano y libre de obstáculos. No todos podemos.
Pero de verdad que quiero seguir con la VR. He probado de todo en VR y el mercado está casi a punto. Solo es necesario un hardware mucho más ligero y menos intrusivo y eliminar del todo el screendoor. Y los cables. Pido demasiado, pero llegaremos. Estoy seguro.