Yo no espero gran cosa de España. Pero no me quiero marchar. Aquí esta mi familia, mi trabajo, me gustan los tópicos del solecito, la comida y mi cultura. Estaba orgullosa de mi sanidad, de las energías renovables, del trato social... Estaba.
Nos hemos vuelto un país socialmente asqueroso. Racista, xenófobo, egoísta, falto de empatía, desagradable, individualista. Y cómplices de aquellos que nos roban y nos enseñan a ser peores, a no tener solidaridad, a cargarse el país en todos los aspectos. Podríamos ser potenciales mundiales en investigación, medicina, energías renovables, incluso agricultura y ganadería. Pero solo importa el dinero. Que se jodan los pobres y las futuras generaciones.
Me moriré dentro de un país muerto.