El mejor camino para conseguir que alguien haga algo, es hacer que le convenga hacerlo, en un mundo donde alguien puede decirte que no, debes conseguir que te diga sí por voluntad propia, hasta que no aceptemos que esto funciona así, seguiremos haciendo el canelo insultando a gente y quien sabe si algún día poniendo un muro en las fronteras o incluso matándonos unos a otros.
Se puede tener más o menos razón, unos serán unos egoístas sin corazón que dejan que se muera el resto y los otros unos super altruistas con un corazón enorme que sólo piensan en el bien común pero la realidad de todo esto, es que hay que hacer que los que tienen pasta se queden y el mejor camino, es hacer que quieran hacerlo.
Estamos en España, ni siquiera hace falta que los impuestos estén al nivel de Andorra, basta con que la diferencia no sea tan abismal como para que a alguien le valga la pena cambiarse de residencia.
De toda la vida en España ha habido libertad para irse, nunca se ha criticado a nadie (por lo menos a gran escala como ahora) por irse a buscar trabajo a otro país, ya sea por motivos económicos o por que te salga de los mismísimos.
Hemos caído en la trampa, un bando defiende hasta la estupidez extrema la obligatoriedad de que se queden, y el otro exactamente igual pero a la inversa, lo único común es la estupidez, ahora gradualmente se empezará a tratar de comer libertad e ir metiéndonos en la cabecita que no dejar salir a la gente del país es una buena solución, cada vez violando más la libertad individual hasta que desaparezca y nos lo comeremos, como siempre y por previsible que sea.