Para los que no sepáis realmente de qué va esto, en este artículo vamos a tratar de explicarlo de una forma sencilla.
Los problemas de IPv4
Allá por los años 1980-81 se terminó la definición del actual IPv4. Básicamente lo que decía es que cada equipo conectado a Internet tendría una dirección identificada por un número de 32bits (eso que véis en el ordenador o en la consola de "direccion IP x.x.x.x), con lo cual se conseguirían un total teórico de 4.228.250.625 dispositivos independientes conectados. En realidad son menos pues hay algunas reservadas, pero...¡¡igualmente eran muchísimas, con eso habría para rato!!
O quizás no. Internet se disparó y nadie pudo prever hasta que punto. Todo el mundo tiene su ordenador conectado, los servidores se han multiplicado, consolas, teléfonos inteligentes, lavadoras que avisan al móvil cuando han terminado la colada... y todos ellos necesitan una dirección IP.
Se encontraron una serie de soluciones para reducir el número de ips necesarias (asignar ips de forma dinámica, según se necesiten, a los clientes de los ISP, o el famoso NAT), pero no siempre son aplicables y ¡tenemos un problema Houston: Las IPs se están agotando!
Llega IPv6, pero no es un camino de color de rosas
Bueeeeno, que no cunda el pánico, aquí llegaron los amigos Steve Deering y Craig Mudge para diseñar un nuevo protocolo, el llamado IPv6. Su principal característica es que en vez de 32 bits usa la friolera de 128 bits, con lo cual tenemos la tontería de 340.282.366.920.938.463.463.374.607.431.768.211.456 direcciones disponibles o, para hacernos una idea visual, 670.000 billones de direcciones para cada centímetro cuadrado del planeta. Con esto se supone que ya sí que tendríamos para un buen rato de una vez por todas... Podríamos darle una ip a cada grano de arena de todas las playas del mundo, si supieran conectarse a Internet, y ni se notaría la falta de direcciones.
¡Qué maravilla! Pues venga, vamos ya, que yo quiero 40 o 50 ips estáticas para cada uno de mis ordenadores, y para montar servidores virtuales y para no tener que hacer NAT y para un montón de cosas! ¿A qué estamos esperando?
Pues aquí es donde llega el problemita... llamándolo "problemita" para no extendernos, ya que pueden correr ríos de tinta. Tu ordenador con Windows ya soporta IPv6, y el tuyo con Linux también, pero hasta aquí hemos llegado... más o menos. En la mayoría de los casos, el router que te ha regalado tu operador no soporta este nuevo protocolo, tampoco lo soportan muchos de los equipos de enrutamiento y conexión de tu ISP, muchísimos de los servidores de Internet tampoco están aún preparados.... en definitiva, si cambiásemos a IPv6 mañana, sería un auténtico CAOS.
La migración a IPv6
Así pues la migración tiene que hacerse de forma escalonada, y dual. Lo primero de todo es que las tripas de Internet, los servidores, tengan y funcionen a la vez con IPv4 e IPv6 y, para ello, se han desarrollado varias técnicas, muy largas de explicar, pero que existen. Cuando todo esté preparado, le toca a los ISPs cambiar sus equipos, y a estos mismos otra cosa más que por la que les va a doler el bolsillo: cambiarnos a todos los routers por routers compatibles IPv6. Verás que gracia les va a hacer, en esta parte hay mucho de la madre del cordero.
Bueno, pero nos queda tiempo, ¿no? Pues sí...todo el que haga falta, o ninguno. Prácticamente no quedan ya ips v4 libres, las poquitas que quedan se asignan con cuentagotas y es un problema. Los que se están apañando a trompicones son los ISPs, porque saben que el desembolso va a ser tremendo y se resisten como leones a dar el cerrojazo.
El problema existe, se conoce desde 1994 y mirad por donde andamos. Así que se admiten apuestas y vamos a abrir una porra ¿Quién es capaz de decir el año de la muerte definitiva del IPv4? Tirad largo...
Ingeniero en informática de sistemas, apasionado de la electrónica y del cacharreo. Pesequis le da una vuelta a todo lo que cae en sus manos para explicarnos cómo funciona... más o menos.