La última actualización del Windows Media Player de Microsoft, que soluciona varios problemas graves de seguridad, ha venido rodeada de una gran polémica, ya que incluye en su licencia un nuevo apartado que autoriza a Microsoft a instalar software de protección de derechos reservados y copyright sin la necesidad de contar con la autorización expresa del usuario. Como es natural ha saltado la alarma entre los usuarios y las principales asociaciones de derechos digitales y privacidad han avisado de los problemas que puede acarrear este "cheque en blanco".