La clasificación del Blade Stealth 13 como Ultrabook es interesante, puesto que dicho concepto se guía por una serie de especificaciones marcadas por Intel (peso, duración de la batería, grosor) y los fabricantes que quieren utilizarlo en sus descripciones han de satisfacer los debidos requisitos. Se entiende por tanto que este es el primer equipo para juegos en cumplir todas esas exigencias.
Títulos y prebendas aparte, el Blade Stealth 13 es un equipo interesante. En sus 15,3 mm de grosor y menos de 1,5 kg de peso alberga un nuevo procesador Ice Lake y dos posibles configuraciones de pantalla: Full HD o 4K. Todas ellas cubren el 100 % del espectro sRGB y tienen un tamaño de 13,3 pulgadas. La versión 4K es además táctil y viene con una lámina de cristal Gorilla Glass.
Razer ofrecerá una versión básica sin gráficos dedicados. Este modelo tendrá un procesador Core i7-1065G7 que deberá exprimir la nueva iGPU Gen11 de Intel. Los otros dos modelos (FHD avanzado y 4K) integrarán una GTX 1650 con 4 GB (se entiende que en su adaptación Max-Q). También incrementarán su espacio almacenamiento a 512 GB frente a los 256 GB del equipo Mercury White, que es el más sencillo.
Toda la gama posee 16 GB de RAM y un repertorio de puertos que incluye un Thunderbolt 3, un USB-C 3.1 para alimentación y dos USB 3.1 de diseño convencional.
Como referencia, la generación anterior del Blade Stealth 13 equipaba procesadores Core U de bajo consumo y, como máximo, una GeForce MX150. El salto es por tanto generacional.
Razer parece haber ampliado la disponibilidad internacional de su gama de portátiles, aunque por ahora seguimos sin tener un lanzamiento oficial en España. Esto quiere decir que los interesados en uno de estos equipos deberán adquirirlo a través de Francia, Alemania o los países nórdicos y lidiar luego con el teclado.
El precio base (FHD sin GeForce) será de 1.679 euros.